Concienciación ciudadana contra la basuraleza

El cuidado del medio ambiente y el avance hacia la sostenibilidad y las prácticas relacionadas con la Economía Circular no deben ser esfuerzos limitados a las administraciones públicas y las empresas. Es necesario que los ciudadanos sean parte activa, e incluso tomen el liderazgo, de las iniciativas en favor de la naturaleza. Además, tenemos que estar cada vez más concienciados de que nuestro campo de acción no se restringe tan solo al reciclaje. El hogar es un terreno en el que debemos implantar prácticas sostenibles, pero como ciudadanos podemos hacer mucho más. Por ejemplo, prevenir en la medida de lo posible la acumulación de residuos en entornos naturales y, recogerlos para su reciclado en el caso de que sea necesario.

El término basuraleza es de reciente creación y con él se quiere aludir a la basura tirada en entornos naturales. Esta nueva denominación la han propuesto Ecoembes y la Sociedad Española de Ornitología SEO Birdlife para sustituir a la palabra inglesa “littering” con la que se designa el abandono de residuos en el medio ambiente.

En definitiva, se trata de dar nombre a un grave problema que causa un elevado perjuicio en el medio ambiente. No en vano anualmente más de 8 millones de toneladas de plástico acaban en los océanos, se calcula que cada día los ríos de todo el mundo reciben dos millones de toneladas de desperdicios, y los espacios naturales como bosques, montes, parques naturales etc. acumulan cantidades de residuos producidos por los visitantes.

Entornos afectados

Los espacios naturales afectados por la basuraleza son diversos, pero fundamentalmente los podemos agrupar en:

Mares, costas y playas: No es un secreto que cada vez hay más restos contaminantes en los océanos. Pero, además, los ciudadanos provocamos el ensuciamiento de las playas y litorales al dejar envases, colillas de cigarros, latas de refresco vacías y otro tipo de residuos. Si fuéramos más cívicos y evitáramos este tipo de basuraleza nuestras costas estarían sensiblemente más limpias.

-Ríos y entornos fluviales: La contaminación de los ríos es uno de los mayores problemas ambientales, ya que acumulan desperdicios no sólo orgánicos (cuyo origen principal son los desagües), sino también químicos, de procedencia agrícola e industrial. La consecuencia de esto es la pérdida de biodiversidad para el ecosistema acuático y el empeoramiento de la calidad del agua. Además, el agua puede provocar que los residuos dejados por los humanos sean más difíciles de retirar, ya que a menudo pueden acabar en el fondo de los ríos o semienterrados en las tierras húmedas aledañas a los ríos.

Montes y bosques: En estos entornos la mayoría de los residuos suelen ser de origen humano, generados por los visitantes que no cuidan el medio. Hay que destacar la influencia de los restos de cigarrillos, posiblemente la principal fuente de basuraleza mundial. La práctica totalidad de los cigarros llevan un filtro de acetato de celulosa, un derivado del petróleo fotodegradable pero no biodegradable. Aunque el sol desmenuce el filtro en pequeñas fibras, este material nunca desaparece y acaba persistiendo en el agua y en el suelo durante largo tiempo. Y también hay que apuntar que en muchos casos los cigarros mal apagados son el origen de incendios forestales.

Entornos seminaturales: Nos referimos a lugares no naturales pero inscritos o cercanos a entornos naturales. Un buen ejemplo son las carreteras, que cada vez acumulan mayores cantidades de basuraleza. Estos residuos pueden provocar accidentes de tráfico e incrementan el riesgo de inundaciones al impedir el correcto funcionamiento de las vías de encauzamiento del agua.

Ciudadanos concienciados

Lo cierto es que la basuraleza no debería existir, los ciudadanos tendríamos que estar concienciados de que al acudir a un entorno natural nuestro rastro de residuos fuera el menor posible. Pero la realidad nos enseña que esto no es así. Por eso, un mayor esfuerzo en formación y educación ambiental es necesario.

Según un reciente estudio, un 54% de los españoles se siente preocupado por la contaminación de los espacios naturales. Además, el 46,1% de los ciudadanos recogería un residuo abandonado en el medio natural, aunque no fuera suyo, y un 33,8% llamaría la atención a quien lo ha tirado.

Como vemos, la ciudadanía está cada vez más concienciada respecto a la importancia del cuidado del medio ambiente y de la proactividad requerida por su parte. Sin embargo, la parte negativa es que la sensación de mayor acumulación de basuraleza es creciente. Por ejemplo, el 96% de los encuestados afirma haber encontrado basura en las playas, y el 33% piensa que la situación ha empeorado en los últimos diez años.

El papel de la formación y la educación en el empoderamiento ciudadano respecto al medio ambiente es fundamental, pero las buenas intenciones no bastan, es imprescindible que surjan acciones prácticas que den visibilidad y sirvan de ejemplo a los propios ciudadanos. La mejor medida contra los residuos es no generarlos, pero si existen, es imprescindible organizar métodos de recogida selectiva para evitar que se acumulen y afecten negativamente al entorno.

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