La comunicación ambiental, palanca de cambio para la acción climática

El lenguaje es el esqueleto básico mediante el cual estructuramos la realidad, por eso las maneras de denominar a los objetos, los conceptos y los fenómenos son absolutamente determinantes para conseguir una concienciación social y para transmitir adecuadamente la importancia de hechos como los relacionados con el medio ambiente.

No solo se trata del modo en el que los medios de comunicación tratan los asuntos ambientales, sino también atañe al lenguaje que empleamos las empresas, los organismos públicos, las entidades sociales y, en definitiva, los ciudadanos. Decidir emplear, y por tanto popularizar, un término u otro puede resultar sustancial a la hora de sensibilizar a la opinión pública. A menudo, en nuestra habla se cuelan expresiones permeadas desde los medios de comunicación de masas que no son nada inocentes.

Por ejemplo, ¿nos hemos planteado por qué usamos “cambio climático” para dar nombre a las transformaciones ambientales que según la ciencia le esperan a nuestro mundo? La palabra “cambio” tiene connotaciones más neutras e irremediables que otras. En este caso, la gran mayoría de expertos recomiendan emplear la expresión “crisis climática” para referirnos a este fenómeno, ya que una crisis implica un cambio profundo y de importantes consecuencias, precisamente el meollo de lo que significa la transformación climática que vive nuestro planeta.

Comunicación ambiental y educación ambiental

La comunicación bien entendida se basa en la difusión de información imparcial, objetiva y relevante. Mediante una correcta comunicación puede fomentarse el sentido crítico en la audiencia, explicar satisfactoriamente el contexto en el que se produce un fenómeno y suscitar que los receptores aprendan a buscar por sí mismos más datos para completar el mensaje.

En lo relativo a la comunicación sobre medio ambiente todas estas funciones son transversales a la educación ambiental, ya que una comunicación pertinente va más allá de la somera difusión de contenidos relacionados con el clima, para asumir los objetivos de divulgar, concienciar y, de esta manera, transformar la opinión pública.

Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sotenible (ODS), sería el 13, Acción por el clima: “Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos” en el que se inscribirían los esfuerzos por conseguir una comunicación eficaz de las causas y consecuencias de la crisis climática.

Pero para que estas directrices se cumplan es absolutamente necesario un firme compromiso de todos los agentes sociales partícipes, sobre todo de los medios de comunicación.

Medios de comunicación responsabilizados

El papel de los medios de comunicación de masas es clave en la creación del lenguaje que los ciudadanos manejamos en nuestra cotidianidad, por eso es tan importante que ejerzan una labor responsable y rectora a la hora de comunicar eficazmente todos los asuntos relacionados con el medio ambiente.

Recientemente, la revista “Bioscience” publicaba un estudio sobre el lenguaje climático empleado en los medios, y su conclusión era que la terminología usada era muy conservadora y poco explícita.

Pero los medios de comunicación ya han empezado a mostrarse más comprometidos ambientalmente, e internacionalmente destacan iniciativas como la de “The Guardian”, que ha cambiado su libro de estilo para priorizar expresiones como “climate crisis” o “climate emergency” frente a “climate change”, o “wildlife” por “biodiversity”. También otro medio de reconocido prestigio mundial, la BBC, ha impulsado una guía para sus periodistas sobre cómo cubrir el cambio climático.

Iniciativas de comunicación ambiental

También en el Estado los medios de comunicación están dando pasos para cuidar el lenguaje empleado en las temáticas ambientales. Quizá el ejemplo más destacado sea el Decálogo firmado por 20 medios de comunicación en el que se comprometen a informar sobre el cambio climático. Este documento, promovido por la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) y el grupo Mediación Dialéctica de la Comunicación Social (MDCS) de la Universidad Complutense de Madrid, cuenta en uno de sus puntos precisamente con el compromiso de popularizar la terminología específica necesaria para la comprensión del fenómeno climático. Entre los firmantes, medios tan relevantes como la Agencia Efe, Atresmedia, Cadena COPE, EiTB, El Correo y Diario Vasco, El País, El Periódico de Catalunya, Europa Press, La Vanguardia, TV3 o RTVE.

En fechas recientes la Fundéu (Fundación del Español Urgente) y EFEverde (plataforma de información ambiental de la Agencia EFE) han constituido un grupo de trabajo sobre el lenguaje de la crisis climática. En él, participan expertos del Ministerio para la transición ecológica, la Oficina Española de Cambio Climático y de diversos grupos y universidades. Una de sus primeras medidas ha sido primar la expresión “crisis climática” en lugar de la más genérica “cambio climático” para hace hincapié en la magnitud y en las consecuencias de este fenómeno para la naturaleza y para el ser humano.

Estos dos medios ya habían habilitado otras medidas, como la publicación de la Guía para periodistas sobre cambio climático y negociación internacional (EFEverde), o las recomendaciones expuestas por Fundéu para una buena redacción sobre asuntos ambientales.

En nuestro ámbito más cercano, Ihobe tiene a la disposición del público su Guía rápida para periodistas sobre cambio climático y también la dedicada a la compra y contratación pública verde. Y la celebración, la semana pasada de  la edición del Curso de Verano UPV/EHU: Comunicación ambiental. Cómo contar los grandes retos a los que se enfrenta el planeta, el cambio climático. Este año los organizadores se han centrado en la comunicación sobre el cambio climático y el calentamiento global.

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