‘Start up’ que le ayudan a cuidar el medio ambiente

Posted by aclimaadmin | 04/12/2019 | Sektoreari buruzko albisteak

A medida que aumenta la conciencia medioambiental, crece también la demanda de soluciones que facilitan que el ciudadano sea más ecológico en su día a día, desde el reciclaje y la movilidad sostenible hasta las energías verdes.

El medio ambiente no es sólo responsabilidad de los políticos y las grandes empresas. Los ciudadanos son cada vez más conscientes de que hay que cuidar del planeta y quieren poner su granito de arena. “Ha habido un cambio de mentalidad enorme y bastante reciente”, afirma Zacarías Torbado, coordinador de TheCircularLab, la aceleradora de ‘start up’ de Ecoembes.

Los españoles saben además que como consumidores tienen una herramienta importante para conseguirlo. De hecho, el 91% considera que sus decisiones de consumo son importantes para el medio ambiente, según el informe Los españoles ante el cambio climático elaborado por el Real Instituto Elcano.

Potencial al alza

En este contexto, la demanda de soluciones que permitan al ciudadano ser más ecológico está en pleno auge. “Efectivamente, hay un interés cada vez mayor del mercado en lo que respecta a causas sociales y el respeto del medio ambiente”, comenta Antón Jaúregui, responsable de Operaciones de la Bolsa Social. Algo que él achaca principalmente a “la entrada en el mercado de las nuevas generaciones, desde los Millennial hasta la llamada Revolución Zeta”.

Uno de los grandes ámbitos en los que el ciudadano puede ser más ecológico es la economía circular y el reciclaje. Torbado señala que este mercado todavía es incipiente en nuestro país, pero por la misma razón cree que es un momento excelente para que los emprendedores den forma a sus ideas de negocio y vayan posicionándose. “Dentro de un par de años, el sector será imparable”, afirma.

Otro segmento con mucho futuro es el del transporte sostenible. La sociedad (y particularmente las nuevas generaciones) demanda soluciones de desplazamiento que no sean contaminantes, desde los coches eléctricos a los vehículos de movilidad compartida.

La revolución ecológica ha llegado también al ámbito energético. Los ciudadanos quieren saber qué origen tiene la electricidad que consumen y muchos prorizan aquella que procede de fuentes renovables.

Finalmente, otro ámbito de oportunidad es el de las apps. Desde las que premian el comportamiento ecológico con dinero virtual hasta las que facilitan la coordinación con otros agentes (por ejemplo, para reducir el desperdicio alimentario) o proporcionan información al ciudadano sobre la localización de fuentes de agua y puntos de reciclaje.

Las mil vidas del plástico reciclado

Álvaro Salmerón era un alto directivo del sector del gran consumo que un día tomó conciencia del problema medioambiental y decidió orientar todo su ‘expertise’ al servicio de esta causa. Se fijó como objetivo luchar contra el problema del plástico. Y descubrió que la principal fuente de consumo son las bolsas de basura: unos 4 kilos al año por familia, lo que supone 250.000 toneladas al año en España. Y eso sin contar empresas y organismos públicos.

La solución fue lanzar Relevo, una marca de bolsas de basura, que utiliza plástico 100% reciclado. “El plástico está mal visto, pero no tiene por qué ser negativo. Es un buen aislante y es ligero, lo que reduce el peso de los aviones. El problema es cuando no se recicla”, dice. De hecho, una bolsa de basura se puede reciclar entre 7 y 10 veces, dependiendo del uso. Y a partir de entonces también se puede seguir reciclando, aunque con otros usos.

En su empresa la calidad es una prioridad: “El negocio del plástico reciclado tiene 50 años, pero se hacía mal, con productos de mala calidad”. Así, dedicó dos años a I+D para lanzar un producto de máxima calidad y a un precio competitivo (1,99 euros por paquete de 15 unidades, dentro de una horquilla que oscila entre los 1,49 y los 2,29). El producto se distribuye en supermercados nacionales y en Amazon. “Entramos porque quería que los clientes hicieran valoraciones”, dice. “El que lo prueba, repite”.

La botella que encuentra fuentes

“Soy una persona a la que le duele que el planeta se nos esté yendo de las manos”, dice Carlos Ferrando, CEO de Closca. Así, la ‘start up’ se marca distintos retos, a los que asocia productos o servicios. El primer reto fue la movilidad sostenible. La firma lanzó un casco plegable que incluía un chip con el perfil del usuario y que permitía alquilar patinetes y bicicletas.

El segundo reto fue reducir el consumo de plástico. Para ello, lanzó una colección de botellas inteligentes que localiza más de 200.000 puntos de agua en todo el mundo para rellenarlas. La botella está diseñada para llevarla puesta. “Así, se convierte en un mensaje, un símbolo”, señala.

Además, la ‘start up’ premia al usuario con recompensas cada vez que recarga agua. Para ello, ha cerrado acuerdos con empresas como Deloitte, Google y Uber.

Hasta el momento ha vendido más de 130.000 cascos y otras tantas botellas.

Puntos de recarga para el coche

Francisco Casas cuenta con una amplia experiencia en automoción, mientras que José Muñoz y Santiago Ruiz provienen del ámbito de la instalación eléctrica. Recibieron el encargo de realizar una instalación para una ‘utility’ y vieron el potencial que tenía el sector, así que fundaron Emovili, una firma de consultoría, instalación y mantenimiento de puntos de recarga. En aquel momento (2017) se matriculaban 4.000 vehículos eléctricos al año. Hoy son más de 10.000.

La ‘start up’ da servicio a fabricantes de vehículos, como BMW y Tesla. También trabaja con ‘utilities’ y presta sus servicios al particular. “Tenemos 1.000 puntos de recarga y planeamos hacer 2.000 el año que viene”, comenta Casas. “Sabemos que entrarán nuevos jugadores así que nuestro objetivo es pelear la cuota de mercado (actualmente, del 18%) llegando a acuerdos con marcas y con nuestra propia red comercial”. Emovili es la única de su segmento que presta un servicio de asistencia en carretera 100% ecológico.

La ‘app’ que te premia por ser ecológico

Liight es una aplicación que une la inteligencia artificial y la ‘gamificación’ con un solo propósito: motivar a las personas para que cuiden del medio ambiente. De este modo, el usuario recibe recompensas cada vez que usa el transporte público (o compartido), realiza actividad física y cuando recicla. Para comprobar la información, la ‘app’ se vale de una tecnología que es capaz de cruzar datos del móvil del usuario con los de la ‘smart city’. Una vez verificados, le adjudica una serie de puntos, que el usuario puede canjear por productos o servicios que aportan los patrocinadores, desde artículos de moda ecológica hasta entradas de cine y tarjetas regalo para Netflix y Spotify. “Queríamos darle la vuelta a la tortilla: en lugar de penalizar al ciudadano con multas, premiarle”, comenta Santiago Jiménez, cofundador de la empresa junto a Carlos Rosety.

La idea surgió en un ‘hackaton’ donde se buscaban soluciones para las ‘smart cities’. Hoy acumula 7.500 descargas y cuentan con 1.500 usuarios recurrentes a la semana.

La ‘start up’, que ha recibido diversos premios, acaba de abrir su primera ronda.

Contra el desperdicio de alimentos

La historia de WeSAVE Eat comenzó con un trabajo escolar. El hijo mayor de Eva Jorge tenía que escribir sobre el desperdicio de alimentos, que supera los 1.300 millones de toneladas en todo el mundo. Mientras le ayudaba a recopilar la información, descubrió que había una ‘app’ danesa llamada Too Good To Go centrada en este objetivo. Como vio que en España no había nada similar, lanzó WeSAVE Eat. La ‘start up’ funcionaba como una plataforma móvil que conectaba a comercios y consumidores para dar salida a los excedentes alimenticios a precios reducidos.

Un año más tarde, cosas de la vida, la empresa fue adquirida por Too Good To Go. El importe de la operación no ha trascendido. La integración de ambas plataformas se ha producido “despacito pero con buena letra”, según explica Oriol Reull, director de la firma en España: “Para finales de este año esperamos llegar a la cifra de 500.000 ‘packs’ salvados y estar presentes en al menos todas las principales ciudades españolas”.

El auge de la electricidad ‘verde’

Encender el interruptor de la luz también puede suponer una declaración de principios. Cada vez más clientes exigen que la electricidad que consumen provenga de fuentes 100% renovables. “Es una tendencia creciente en los últimos cinco años”, señala Joaquín Coronado, consejero delegado de Podo.

A ello ha contribuido la creciente preocupación por el cambio climático, así como la irrupción de nuevas comercializadoras centradas en el mercado doméstico, como la propia Podo, que han hecho de la energía verde y la digitalización un factor de diferenciación.

Además, ser respetuoso con el medio ambiente no implica pagar un sobreprecio. “Nada más lejos de la realidad”, dice Coronado: “En 2019, la producción de electricidad mediante plantas eólicas y solares es significativamente más barata que la de origen fósil y nuclear”. Actualmente la producción con renovables supone el 35,8% del total en España, aunque podría multiplicarse en los próximos años.

Fuente: EXPANSIÓN

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