Detener la financiación de combustibles fósiles es considerado como uno de los pasos más importantes y relativamente fáciles de lograr que el mundo puede dar para limitar el aumento de las temperaturas globales a 1,5 grados, la cifra que según la comunidad científica evitaría los impactos más devastadores del cambio climático. En este sentido, cada vez más países parecen haberse centrado en desterrar el carbón de sus sistemas industriales y energéticos. Incluyendo las principales economías del planeta: los países que forman el G7 han acordado este viernes detener el financiamiento internacional de proyectos de carbón para finales de este año.
El acuerdo se ha producido en un encuentro virtual previo a la cumbre de líderes del G7 prevista en junio en Cornualles (suroeste de Inglaterra), en el que participaban los ministros de Medio Ambiente de Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania, Francia e Italia. En un comunicado conjunto, han reconocido que mantener la inversión global en la generación de energía de carbón “es incompatible” con el objetivo de limitar el aumento de las temperaturas globales a 1,5º C, por lo que “las inversiones internacionales en carbón deben detenerse ahora”.
Esta decisión común es especialmente importante porque es la primera vez que Japón se pronuncia en contra del carbón de una forma tan explícita. De hecho, el país nipón se resistió inicialmente a hacer una declaración conjunta sobre el fin de las finanzas del carbón, pero finalmente aceptó unirse al resto del G7, enviando una fuerte señal al resto de Asia, ya que la medida deja a China muy aislada como el último gran financiador de proyectos de carbón en el extranjero.
La ministra de Medio Ambiente alemana, Svenja Schulze, calificó el acuerdo como “un importante paso adelante” que dotó de credibilidad a las naciones industrializadas para instar a otras a seguir su ejemplo. Por otro lado, su homóloga francesa, Barbara Pompili, aseguró que la medida “prepara el escenario para una transición radical hacia la energía limpia”, un mensaje con el que concidió el enviado especial del Reino Unido para la COP26, Alok Sharma, que consideró que el acuerdo del G7 es una muestra de “gran liderazgo” en la lucha contra la crisis climática.
Aunque el acuerdo en torno al carbón es especialmente importante por su inmediatez y relevancia internacional, no ha sido el único punto ambiental de esta reunión preparativa del G7, ya que los ministros de las principales economías del planeta acordaron además “acelerar significativamente” el abandono de la gasolina en la industria del transporte dentro de esta década. Teniendo en cuenta que estos países albergan a los principales fabricantes de automóviles, la medida puede tener importantes consecuencias a nivel internacional.
En concreto, el grupo de naciones reiteró que su objetivo era eliminar los “subsidios ineficientes a los combustibles fósiles” para 2025 y alentó a todos los países a seguir sus pasos. “Este es un paso importante antes de que celebremos la cumbre del G7 en Cornualles el próximo mes y un signo del compromiso con acelerar las acciones para abordar dos retos paralelos, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad”, afirmó el titular de Medioambiente británico, George Eustice.
Los países del G7 también se han comprometido a implementar un plan para detener la pérdida de biodiversidad de aquí a 2030, adheriéndose al objetivo conocido como “30×30”, impulsado por Costa Rica y otros países en 2019 en la Asamblea General de Naciones Unidas. El plan contempla proteger al menos el 30% de la superficie terrestre y marina en la próxima década, frente al15 % de la tierra y el 7% del mar actualmente protegidos.
Fuente: El Ágora