Los nitratos –nitrógeno (N) y fósforo (F)- son nutrientes esenciales para el desarrollo de las plantas y por eso las personas los han aprovechado para obtener mayores rendimientos en sus cultivos. Sin embargo, el aumento de la demanda de alimentos ha desencadenado una sobredependencia en estos nutrientes que ahora contaminan el agua, el aire y el suelo.
De acuerdo con el último informe de la Comisión sobre la aplicación de la Directiva sobre nitratos (basado en los datos de 2016-2019), a pesar de la aplicación de la directiva hace 30 años, los nitratos siguen causando contaminación perjudicial del agua en la Unión Europea.
En concreto, desvela que el 14,1% de las aguas subterráneas siguió superando el límite de concentración de nitratos fijado para el agua potable. Según las observaciones, el agua declarada eutrófica en la UE abarca el 81% de las aguas marinas, el 31% de las aguas costeras, el 36% de los ríos y el 32% de los lagos.
“Los nitratos ponen en peligro la salud humana, sobre todo al contaminar el agua potable. Esto también tiene importantes repercusiones económicas en términos de limpieza del agua para el consumo humano y para las comunidades que dependen de las aguas contaminadas, por ejemplo, las dedicadas a la pesca y el turismo”, señalan desde la Unión Europea.
“Los costes medioambientales globales de todas las pérdidas de nitrógeno reactivas en Europa se estiman entre 70.000 y 320.000 millones de euros al año, muy por encima de los costes de la reducción de la contaminación en origen”, agregan en un comunicado.
Según afirma, la Comisión actuará para mejorar el cumplimiento de la Directiva sobre nitratos, que es un requisito previo para alcanzar el objetivo del Pacto Verde Europeo de reducir las pérdidas de nutrientes en al menos un 50% de aquí a 2030. Esto requiere medidas reforzadas en la mayoría de los Estados miembros a nivel nacional y regional.
En este sentido, la calidad de los programas de acción nacionales ha mejorado, pero las medidas en vigor no son en muchos casos lo suficientemente eficaces a la hora de hacer frente a la contaminación en las zonas donde ha aumentado la actividad agrícola. Los aspectos relacionados con el cambio climático en la lucha contra la contaminación por nitratos también deben tenerse mejor en cuenta a nivel nacional.
Alemania, Bélgica, Chequia, Dinamarca, España, Finlandia, Hungría, Letonia, Luxemburgo, Malta, los Países Bajos y Polonia se enfrentan a los mayores retos en la lucha contra la contaminación por nutrientes procedente de la agricultura. En Bulgaria, Chipre, Estonia, Francia, Italia, Portugal y Rumanía también hay zonas críticas en las que debe disminuir con urgencia la contaminación.
“La aplicación de la Directiva sobre nitratos en los treinta últimos años ha mejorado indudablemente la calidad del agua en general en la UE. También vemos que los esfuerzos reales por cambiar a métodos sostenibles están dando fruto. Sin embargo, el ritmo del cambio no es suficiente para evitar daños a la salud humana y preservar ecosistemas frágiles. En consonancia con el Pacto Verde Europeo, ahora son necesarias medidas más urgentes para lograr una agricultura sostenible y proteger nuestro valioso suministro de agua”, declara Virginijus Sinkevičius, comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca de la UE.
Las estrategias “de la granja a la mesa” y “Biodiversidad” son iniciativas clave del Pacto Verde Europeo y establecen el objetivo de reducir a la mitad las pérdidas de nutrientes de aquí a 2030. Esto debe lograrse sobre todo “aplicando y haciendo cumplir plenamente la legislación pertinente en materia de medio ambiente y clima”, según la UE.
La Directiva sobre nitratos es clave en este sentido ya que es un importante instrumento para alcanzar el objetivo fijado en la Directiva marco del agua, que no es otro que lograr un buen estado químico y ecológico de todas las masas de agua para 2027 a más tardar.
El Plan de acción de contaminación cero, cuyo objetivo es reducir la contaminación del aire, el agua y el suelo hasta niveles que ya no se consideren perjudiciales para la salud y los ecosistemas naturales de aquí a 2050, también contribuirá a reducir la contaminación por nutrientes.
Fuente: El Ágora