Euskadi 2100: Sin playas, ciudades inundadas y tornados en el Cantábrico

Posted by aclimaadmin | 17/11/2022 | Sector News

El último informe sobre el cambio climático del Gobierno vasco vaticina una subida de un metro del nivel del mar para finales de siglo, desapariciones de playas e inundación de pueblos costeros o ribereños. Bizkaia cambiaría por completo.

El Gobierno vasco ha actualizado los datos del impacto de la crisis climática en Euskadi en vista de cómo se están acelerando los efectos del calentamiento global en el planeta. Un nuevo informe elaborado por Azti y Tecnalia aborda las consecuencias que sufrirá la costa vasca por la subida del nivel del mar, con el objetivo de proponer medidas de adaptación para minimizar daños. Los expertos han examinado al detalle el impacto en playas, suelo residencial e industrial e, incluso, por primera vez, emiten una aproximación a las pérdidas económicas que podrían producirse.

Contemplan varios escenarios de gravedad, pero en sus conclusiones inciden especialmente en el «más pesimista»: que el mar suba un metro de aquí a final de siglo al no haber conseguido frenar las emisiones. Ello provocaría que, en combinación con eventos extremos, playas como las de Ereaga, Arrietara, Azkorri y Zarautz desaparecieran prácticamente y que la cuenca del Nervión se ampliara por la zona inundable, afectando a buena parte del suelo residencial de Bizkaia y Gipuzkoa, especialmente a Bilbao, que podría perder hasta un 27,8% de su superficie dedicada a viviendas, y a Getxo (25%).

En la cumbre climática que se celebra estos días en Egipto han desechado ya la idea de que podamos quedarnos en el límite fijado en el Tratado de París (2015). Se hablaba entonces de no superar el grado y medio (1,5º) de incremento medio de la temperatura del planeta con respecto a los niveles anteriores a la Revolución Industrial –cuando la humanidad comenzó con sus emisiones de CO2 a gran escala–. Pero la realidad se impone, las buenas intenciones no se traducen en hechos y los científicos hablan de escenarios más y más abruptos, como que para 2050 el aumento de la temperatura sea de 2º o 3º en el mejor de los casos, a la vista de que ya hemos crecido 1,3º.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, dijo en su discurso de inauguración de la COP27 que «estamos en una autopista al infierno climático y con el pie en el acelerador». Los científicos del Global Carbon Budget, que hacen mediciones reales del CO2, aseguraron ayer en Egipto no haber encontrado ningún indicio de retroceso de la cantidad de este gas presente en la atmósfera, con lo que el planeta sí o sí alcanzará los 2º a mediados de este siglo.

No se trata de ser apocalíptico, sino de que, para ser realistas en las predicciones, los expertos están eligiendo los escenarios más pesimistas para que los países puedan prepararse con tiempo.

Es lo que refleja ‘Kostaegoki. Vulnerabilidad, riesgo y adaptación de la costa del País Vasco frente al cambio climático’, el último y detallado estudio elaborado por Azti y Tecnalia, y la sociedad pública Ihobe como promotora.

El ámbito de la Ría Las conclusiones del informe, al que ha tenido acceso este periódico y que será presentado el miércoles en el congreso ‘Uhinak 2022’, aportan información para minimizar las consecuencias si las aguas suben finalmente un metro en 2100. Algo especialmente preocupante en una comunidad como la vasca, con buena parte del territorio expuesto al mar y con varias poblaciones orilladas a estuarios; el 90% de los vizcaínos vive en el ámbito de influencia de la Ría.

Efrén Feliú, responsable de Adaptación al Cambio Climático en Euskadi de Tecnalia, explica la razón por la que han tenido tan en cuenta ese escenario dramático: «La reducción de emisiones no va tan rápida como para cumplir el Acuerdo de París y para 2030 superaremos los 2º. En la cumbre no están EE UU ni China, que aportan el 40% de las emisiones totales… Pues tiene toda la pinta de que no vamos a cumplir. Así que es mejor prevenir y prepararnos para la adaptación. Teniendo en cuenta el alto grado de incertidumbre, ponerse en lo peor no es descabellado, en realidad es lo más prudente».

Estas son las principales conclusiones del informe.

Suelo residencial «Deberemos ir alejando nuestras casas de la costa»
27,8% de la superficie destinada a viviendas en Bilbao y el 25,1% en Getxo podría acabar inundada por la subida del mar

En Gipuzkoa, San Sebastián y Hondarribia podrían ver cubierta por las aguas una superficie similar de suelo residencial (25,8% y 23%, respectivamente), combinando la subida del mar con el esperado incremento de fenómenos extremos, como lluvias torrenciales, borrascas. La localidad vizcaína de Plentzia diría así adiós a un 20,6% de terreno de viviendas. Parecido a Erandio (20,2%). Aunque el valor más alto es para Orio, que en estas circunstancias se despediría del 33%.

Rogelio Pozo, director de Azti –centro científico y tecnológico especializado en el medio marino y la alimentación que ha elaborado el informe–, explica que un escenario de calentamiento global entre 2º y 3º «supondría una intensificación de la subida del mar y el calentamiento marino y del aire. Conllevaría mayores daños en la costa con temporales y fuerte oleaje». ¿Su consejo? «Ir alejándonos paulatinamente de la línea de costa y, en zonas muy urbanizadas, reforzar las estructuras existentes».

Suelo industrial Erandio, con sus empresas junto a la Ría, la más afectada
27,3% del suelo industrial de Erandio se convertiría en Ría.

Sería de hecho la localidad más afectada, perdiendo 54 de sus hectáreas destinadas a usos industriales, el 27,3%. Le siguen de cerca Trapagaran, con un 24,2% de suelo menos por la subida de las aguas, y Leioa, que perdería un 20,8%.

Más lejos quedan Barakaldo (13,8%) y Sestao (26,1%). Murueta alcanzaría un 85% de terreno empresarial afectado. Según el informe, este tipo de suelo se verá menos afectado que el residencial en términos globales.

En cuanto a las infraestructuras, la única «fuertemente afectada» sería el aeropuerto de Hondarribia. Las vías de circulación y el ferrocarril se verían perjudicados hasta en 57 kilómetros con inundaciones periódicas. Los puertos de Bilbao y Pasaia, al ser competencia del Estado, quedan fuera de este estudio.

Playas y costa Arrietara no tendría arena seca y Aizkorri desaparecería
89% de la playa de Ereaga se perdería por el avance del mar. Y el 74% de Plentzia. Zarautz quedaría solo con el 9% de arenal.

En 2050, con un ascenso del nivel medio del mar previsto de 26 centímetros, la playa más castigada sería Zarautz, que vería barrida un 31% de su superficie, mientras que ese mismo año Ereaga, Plentzia y Hondarribia perderían respectivamente un 26%, 23% y 11%. Sin embargo, en 2100, con un metro de subida del nivel del mar, Zarautz ya habría visto desaparecer el 91% de su playa, Ereaga un 89%, Plentzia el 74% y Hondarribia, un 48%.

«En cuanto a los valores más altos en porcentaje de pérdida de superficie de arenal, las playas de Azkorri (Getxo), Arrietara (Sopelana), Muriola (Barrika), Isuntza y Karraspio (Lekeitio), Itzurun (Zumaia) y Gaztetape (Getaria) desaparecerían, al perder prácticamente el 100% de su superficie».

Efectos en la economía Millones de euros perdidos al menguar los arenales
430 millones de euros perdería el sector del turismo por la desaparición del área de playa estimada para Ereaga.

En cuanto a la cuantificación de pérdidas en el sector del turismo por la desaparición de superficie de arenales, el informe ‘Kostaegoki’ apunta «algunos datos que pretenden servir de referencia: por sus características y por el área potencialmente perdida por el aumento del nivel del mar, las playas que mayores daños económicos sufrirían serían Ereaga y Hondarribia, con 430 y 400 millones de euros de pérdidas, respectivamente, en el peor de los escenarios. Para Plentzia se calculan 300 millones de pérdidas, que serían 260 en el caso de Zurriola».

Efrén Feliú, gerente de Tecnalia, explica que el estudio económico se ha realizado teniendo en cuenta datos catastrales y que algunos de esos datos «podrían ser revisables». «El mensaje es plantear esto como una primera aproximación, un primer estado que analice los impactos económicos para futuros estudios, una llamada de atención».

Empleo El sector más afectado sería el de los servicios
31.000 puestos de trabajo afectados en actividades de comercio, hostelería y transporte.

Analizados los sectores de la agricultura, ganadería y pesca; industria y energía; construcción y servicios (comercio, la hostelería y el transporte), el más afectado sería este último, pasando de unos 4.000 empleados potencialmente afectados en la actualidad a unos 9.000 en 2050 y hasta 31.000 en 2100, es decir, 8 veces más. «En el sector agricultura, ganadería y pesca, el municipio más afectado sería Hondarribia, con una estimación de unos 416 empleados afectados –el 44,1% del sector en este municipio–, seguido de Ondarroa y Orio, con 194 (19,3%) y 113 (56,5%) trabajadores, respectivamente».

En cuanto al grupo de empresas manufactureras, dentro del sector de industria y energía, el peor escenario castigaría con dureza a Erandio, con 2.263 empleados (46,98%), seguido de Leioa y Zumaia, con 1.757 y 1.404 trabajadores, respectivamente (el 70,3% y el 41,55% de todas las manufactureras).

En la construcción, también se sitúa Erandio a la cabeza, con 1.491 obreros perjudicados (el 36,93% del sector en este municipio), seguido de Bilbao e Irún, con 559 y 300 empleados, respectivamente (un 2,75% y un 7,77%).

Población en riesgo Las personas afectadas por la inundación se quintuplican
42.000 vascos se verían directamente perjudicados por la subida de las aguas del mar.

Considerando que la población vasca se mantenga constante, el informe calcula que el número de personas potencialmente perjudicadas por la inundación «podría llegar a ser en 2050 el doble que la actual, y hasta el quíntuple en 2100, pasando de unos 8.000 afectados a 42.000 en el escenario más pesimista. Los municipios con peor previsión en cuanto en este aspecto serían: Erandio (8.757), Getxo (7.729), Irún (6.995), Donostia (4.085), Zumaia (3.220), Bilbao (2.270) y Orio (2.238).

Cambios en el turismo El calentamiento del sur podría atraer turismo de sol
4º por encima de la media vasca se vivieron en Euskadi el pasado octubre, el más caliente del que se tiene constancia y el más seco.

Al margen ya del informe, Euskalmet calificó el pasado mes de octubre como el más cálido de las series históricas, con un valor de temperatura media en Euskadi que supera en 4 °C el promedio normal, y un número inusual de noches tropicales (por encima de los 20º). Además, las cantidades de lluvia recogidas le sitúan como el más seco, superando el anterior récord, registrado en 2006.

«Estos incrementos en las temperaturas globales –señala Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional y director del Laboratorio del Clima de la Universidad de Alicante– podrían conducir a un cambio en las preferencias de los turistas europeos que habitualmente buscan el sol del Sur y el Levante de España».

Huirían del ambiente asfixiante de los destinos tradicionales en Andalucía y la costa mediterránea en busca de un respiro en el Cantábrico, «con temperaturas al alza pero siempre más frescas».

Esta traslación del turismo huyendo de las olas de calor tiene otros ejemplos, como propone el psicólogo ambiental catalán Enric Pol, de la Universidad de Barcelona: «Es un hecho que en el Mar del Norte ya están construyendo centros turísticos muy orientados a sus playas. Porque a ellos, al menos en este sentido, les favorece la crisis climática.

Como le pasa a Rusia con el derretimiento del Polo Norte, así se puede aprovechar de las nuevas rutas que se abrirían por mar. En realidad, los perjudicados somos cuatro, los pobres de Europa. Que París llegue a tener el clima de Bilbao o el de Barcelona y que Londres tenga el de París les puede venir muy bien».

La preocupación de cinco expertos. «Si las emisiones no bajan, el cambio en el planeta será de tal magnitud que no podemos pensar en un sistema y estilo de vida como el actual»

Rogelio Pozo Director de Azti
«Se recrudecerán los efectos de las olas de calor en la salud»

A juicio del director de Azti, Rogelio Pozo, si se confirman los efectos que podemos esperar imaginando el peor de los panoramas para 2100, «el cambio en el planeta será de tal magnitud que no podemos pensar en un sistema y estilo de vida como el actual». Explica el experto que los escenarios con los que trabaja la ciencia indican que un calentamiento global de 4 o 5 grados es «muy poco probable, e incluso estaría basado en supuestos de emisiones incorrectos». No obstante, afirma que un calentamiento «mayor de 3º podría provocar retroalimentación del proceso de cambio que aceleraría dicho proceso aún más. Ello provocará, entre otras cosas, la pérdida de hielo ártico en verano y de los glaciares y la subida del nivel del mar, lo que, combinado con oleaje extremo, ocasionará inundaciones por rebosamiento y otros severos daños en la costa, en especial la erosión en las playas». No olvida mencionar «el recrudecimiento de los efectos de las olas de calor en el bienestar y salud humana en las ciudades». Por ejemplo, un aumento en la frecuencia y la intensidad de las enfermedades respiratorias, como el asma y las alergias.

Añade Pozo que si no se ponen las medidas necesarias para revertir el cambio climático, viviremos nuevos patrones migratorios, así como cambios en la producción primaria del océano, «especialmente en los trópicos». A todo esto se sumará una reorganización generalizada de la biodiversidad, «con alteraciones abruptas en los ecosistemas terrestres y marinos, y cambios sustanciales en los patrones de circulación marina, y en fenómenos como el Niño, la Niña y la NAO, con consecuencias difíciles de predecir».

En cuanto a la actividad pesquera, alerta de la ‘tropicalización’ de las especies marinas, favoreciendo a aquellas adaptadas a temperaturas más cálidas en perjuicio de las habituales en nuestras costas: «Ya estamos encontrando evidencias como el desplazamiento de la zona de puesta del verdel hacía el Norte. La anchoa y el chicharro están contrarrestando el calentamiento con el avance de su puesta en el año. También observamos una llegada más temprana del bonito en los años cálidos. Y estamos asistiendo a una disminución generalizada de la talla de los peces adultos, y a un decrecimiento de la biomasa total de los stocks pesqueros».

Jorge Olcina Laboratorio del Clima de la Universidad de Alicante
«Asistiremos a más fenómenos extremos y de mayor magnitud»

Tony Butt Oceanógrafo surfista
«Los surfistas deberíamos ser ‘influencers’»

Tony Butt es un conocido oceanógrafo, activista medioambiental y surfista inglés afincado en el Cantábrico: «Aquí nos va a afectar la crisis climática igual que en el resto del mundo, no estaremos a salvo porque vivamos en un sitio privilegiado», advierte. Reconoce que la subida del mar afectará al deporte que él practica, incluida la famosa ola de Mundaka, que cambiará, aunque siempre habrá olas para surfear. Eso sí, cada vez más grandes, con más energía.

«Otras cosas impedirán la práctica del surf. Si no podemos viajar porque las carreteras están cerradas por incendios forestales, o si no hay luz al caerse los cables por temperaturas muy altas, lo que ha empezado a pasar en Inglaterra este verano. O si las playas están cerradas por una serie de temporales con olas de más de 10 metros que han destruido la infraestructura de la costa. Ya está ocurriendo».

Hace asomar su vena activista cuando habla de asuntos relacionados con el colapso de la sociedad: «Las sequías en el norte de África y las guerras por el agua están causando el movimiento de millones de personas hacia Europa. Los europeos acaban votando contra la inmigración a la extrema derecha, que está a favor de los combustibles fósiles, acelerando la crisis. Un bucle».

Y reivindica el papel de los surfistas como ‘influencers’ medioambientales: «Aunque no lo estamos haciendo bien. Se puede vivir y ser feliz sin consumir excesivamente. Pero el surf no es solo estar en el agua y coger olas, viajamos mucho en coche y en avión, y algunos contaminan el mar con motos de agua».

Efrén Feliú Gerente de Tecnalia
«Solo medio grado más causa graves efectos»

Un estudio del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) que compara el escenario de 1,5º de subida con el de 2º pone de manifiesto «cómo ese medio grado que parece tan poco provoca grandes diferencias», explica el gerente de Tecnalia, Efrén Feliú.

«Con solo medio grado más, la población expuesta a olas de calor se duplica, al igual que ocurre con el estrés hídrico. Los efectos de solo medio grado más son enormes. Cuando se habla de escenarios de calentamiento hay tres tipos: el más benigno, el intermedio y el más pesimista. El benigno lo hemos descartado ya.

Pero si analizamos el intermedio, resulta que tiene previsto un descenso muy acusado en los niveles de emisiones conforme avanzan los años, algo que no parece que vaya a suceder, con lo que el intermedio también es súper optimista».

Incide Feliú en el alto grado de incertidumbre que presenta la crisis climática; recuerda que dos de los temas que más están retrasando la lucha contra este problema son dos lastres que han sorprendido por su virulencia y consecuencias incluso a científicos y expertos estrategas: la pandemia y la crisis energética provocada por la guerra de Ucrania, que ha devuelto la mirada hacia el uso del carbón.

«Esto demuestra lo complicado que puede ser hacer predicciones. No podemos anticipar con seguridad lo que nos vamos a encontrar en unos años, pero como centro tecnológico que somos, no es descabellado contemplar escenarios extremos, teniendo en cuenta que el panorama es cada vez más complejo, con la aparición de nuevos factores que enredan aún más el problema».

Enric Pol Psicólogo ambiental
«El ser humano puede adaptarse a todo»

«El ser humano tiene una capacidad de adaptación infinita. Habrá cada vez más muertos por el calor, por nuevos insectos y virus, pero podremos adaptarnos», tranquiliza el psicólogo ambiental Enric Pol.

Añade que la preocupación que sentimos por el panorama que dejaremos a nuestros hijos o nietos no será tanta para ellos: «Hablamos de cambios relativamente lentos, no tienes playa un día y al siguiente ya no está.

La realidad de la persona no cambiará tanto o no será tan mala porque se habrá socializado en otro contexto y adaptado a las condiciones de supervivencia. O habrá muerto con una parte de la humanidad».

Advierte de que la información sobre esta crisis es contradictoria y casi siempre en forma de tuit, de mensaje corto sin matices: «Construyes una realidad distorsionada. Y se alimenta ese titular tan recurrente de ‘las mentiras del ecologismo’. También se está dando la ‘atribución de causa errónea’: la aparición de insectos que antes no estaban… Pues los han traído los inmigrantes, dicen, no el incremento de temperatura que hace que el medio sea favorable a especies invasoras. El ser humano ante cosas complejas se arruga, se asusta y tiende a simplificar».

Deberemos luchar contra la ‘ecofatiga’ –además de la ‘ecoansiedad’ y la ‘ecodepresión’–: «He decidido que no voy a hacer nada, pago mis impuestos, que lo hagan ellos. Hay un grado de cabreo que lleva a la inhibición ante cosas que hacías y dejas de hacer, como el reciclaje: Me esfuerzo en separar y el camión lo junta todo, porque ese es el mensaje estúpido que cala…». ¿Y los concienciados, agobiados por el futuro? «Puede pasar que dejen de luchar. O que perciban que forman parte de un colectivo que puede lograr cosas».

Fuente: El Correo

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