La Comisión Europea propuso hoy dos nuevos Reglamentos a fin de controlar más estrictamente los gases fluorados de efecto invernadero y las sustancias que agotan la capa de ozono (SAO). La adopción de estos Reglamentos supondría un paso importante de cara a limitar el aumento de la temperatura del planeta según lo establecido en el Acuerdo de París. Además, la propuesta sobre los gases fluorados contribuirá a reducir las emisiones en un mínimo del 55 % de aquí a 2030 y a conseguir que Europa sea climáticamente neutra de aquí a 2050. Juntas, ambas propuestas podrían hacer posible una reducción total de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la UE de 490 millones de toneladas (equivalentes de CO2) de aquí a 2050. Como término de comparación, la cifra es ligeramente superior a la de emisiones anuales totales de gases de efecto invernadero de Francia en 2019.
Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde Europeo, señalaba lo siguiente: «Durante décadas, la Unión Europea ha tenido la política más ambiciosa del mundo en materia de gases fluorados y sustancias que agotan la capa de ozono. Si bien hasta ahora la legislación vigente ha dado resultado, hoy la ciencia nos insta a ir más lejos y más deprisa. Hacer más disponibles las tecnologías respetuosas con el clima nos ayudará a alcanzar los objetivos climáticos de la UE a largo plazo y animará a los países de fuera de Europa a reducir a su vez las emisiones de gases fluorados y la utilización de sustancias que agotan la capa de ozono».
Los gases fluorados y las SAO son gases artificiales de efecto invernadero sumamente potentes — a menudo miles de veces más que el dióxido de carbono (CO2)— que al liberarse a la atmósfera contribuyen al calentamiento global. Las SAO dañan la capa de ozono que protege a la Tierra de las peligrosas radiaciones solares ultravioleta. Ambas categorías de sustancias tienen o han tenido aplicaciones prácticas en nuestra vida cotidiana: para refrigeración, aire acondicionado, aislamiento, líneas de alta tensión, protección contra incendios o propelente de aerosoles. Aunque la legislación europea vigente ya ha limitado significativamente el uso y las emisiones de este tipo de gases, los Reglamentos hoy propuestos las reducirán aún más y crearán incentivos para utilizar alternativas respetuosas con el clima.
En la UE, los gases fluorados representan actualmente el 2,5 % del total de emisiones de gases de efecto invernadero. La propuesta sobre gases fluorados reforzada las reducirá en el equivalente a 40 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) de aquí a 2030, más que la reducción prevista según la legislación vigente, lo que en total supondrá una reducción adicional equivalente a 310 millones de toneladas de CO2 de aquí a 2050.
Al introducir nuevas medidas sobre productos que en el pasado utilizaban legalmente SAO, la UE quiere evitar la emisión del equivalente a 180 millones de toneladas de CO2, esto es, 32 000 toneladas de emisiones con potencial de agotamiento de la capa de ozono (PAO) de aquí a 2050.
El Protocolo de Montreal al Convenio de Viena, relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, adoptado en 1987, establece un calendario mundial de eliminación gradual de la producción y consumo de casi 100 sustancias que agotan la capa de ozono. La UE y sus Estados miembros, que son Partes en el Protocolo, han eliminado poco a poco las diferentes categorías de SAO según el calendario previsto.
En 2016, las Partes en el Protocolo de Montreal también decidieron regular un grupo de gases fluorados, los hidrofluorocarburos, pese a que no agotan la capa de ozono. El motivo de esta denominada enmienda de Kigali era una grave inquietud por el creciente uso de hidrofluorocarburos, con su consiguiente impacto climático.
La UE ha introducido una legislación eficaz. El actual Reglamento (CE) n.º 1005/2009 sobre las SAO prohíbe en general la producción, comercio y uso de SAO, a la vez que exime algunos usos específicos. Muchos SAO se erradicaron progresivamente de la Unión años antes del calendario global acordado en virtud del Protocolo de Montreal. El Reglamento sobre las SAO también va más allá del Protocolo, pues limita el comercio y uso de productos y equipos que contengan SAO.
El actual Reglamento (UE) n.º 517/2014 sobre los gases fluorados tenía por objetivo reducir las emisiones de gases fluorados de efecto invernadero y facilitar un acuerdo mundial para reducir gradualmente los hidrocarburos, finalmente adoptado en 2019 a través de la enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal. En general, cuando se prohibieron las SAO, se sustituyeron por gases fluorados.
Fuente: Comisión Europea