La contaminación del medioambiente –tanto dentro como fuera de los hogares- es producida por agentes químicos, físicos o biológicos, los que modifican las características naturales de la atmósfera. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), algunas de las fuentes comunes de contaminación son el accionar de dispositivos de combustión domésticos (tales como estufas), vehículos motorizados, realización de actividades industriales y ocurrencia de incendios forestales.

Una atmósfera contaminada repercute negativamente en la salud pública. En una resolución de la OMS se señala que 4.3 millones de muertes ocurren cada año por exposición a contaminación del aire dentro del hogar, mientras que 3.7 millones de muertes se debe a contaminación atmosférica en espacios exteriores. La contaminación del aire afecta de manera especial a menores de 5 años y adultos entre 50 y 75 años, y a personas en situación de pobreza, siendo un factor de riesgo para enfermedades tales como cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares y neumonía, entre otros. Además de la salud, la contaminación del aire repercute en el clima, la biodiversidad y la seguridad alimentaria.

Reducir la contaminación del aire es parte fundamental de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, tal como se establece en el Objetivo Nº11 sobre ciudades y comunidades sostenibles.

El nivel de contaminación del aire durante el 2016 fue el peor de los últimos 800.000 años, por lo que los Estados reactivan compromisos

En noviembre de 2017 se realizó la Conferencia sobre el Clima de la ONU (COP23). Uno de los compromisos adquiridos por parte de los Estados fue evaluar sus emisiones de CO2 en el año 2018. Ello ya que informes especializados publicados en este foro señalaron que en el 2016 los niveles de dióxido de carbono alcanzaron el nivel récord de 403.3 partes por millón, siendo mayor que los niveles registrados en el 2015 (400 ppm). Esto se debió, según este informe, a la acción humana y al fenómeno de El Niño, que el 2016 fue más fuerte de lo normal.

Para el año 2017 el Global Carbon Budget–estudio realizado por 80 científicos de 15 países- proyecta que las emisiones de CO2 a nivel mundial crecerán en un 2%. Ello se debería principalmente a un mayor uso de carbón principalmente por parte de China, pero también de India.

En este contexto de empeoramiento de la calidad del aire en el mundo, ¿cuál es la situación de América Latina?

América Latina y la contaminación del aire

En nuestra región, 100 millones de personas viven en áreas susceptibles a la contaminación atmosférica, según Naciones Unidas.

En el año 2015, sólo 17 de los 33 países de la región latinoamericana medían la calidad del aire de alguna manera y las estaciones de medición solían estar ubicadas en las ciudades más grandes. En el año 2015, las ciudades que contaban con los mejores sistemas de monitoreo de la calidad del aire estaban en Brasil, Chile, Colombia y México. En el caso chileno, este artículo señaló que la mayoría de los sistemas de monitoreo en Chile se encontraban en la Región Metropolitana.

En el año 2014, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente realizó un informe en el cual evaluó los avances en el mundo en seis categorías vinculadas a la contaminación atmosférica: contaminación dentro de los hogares, emisiones de vehículos, transporte público, actividades industriales, quema de basura y regulaciones y legislación. En su conjunto, América Latina estuvo relativamente bien evaluada en transporte público, en prácticas industriales y en la existencia de leyes que regulen la materia. Sin embargo, en el 2015 se detectó la existencia de grandes falencias en casi todo el subcontinente en lo que se refiere a quema de basura, emisiones de vehículos y contaminación dentro de los hogares.

Chile: en el camino correcto para mejorar la calidad del aire

En nuestro país, la contaminación del aire es el principal desafío para el Ministerio de Medio Ambiente, según lo establece esta misma repartición del gobierno. En Chile, 10 millones de personas están expuestas a un nivel de contaminación de aire que supera la norma.

En el año 2014 el gobierno publicó la “Estrategia de Descontaminación Atmosférica 2014-2018”, con los propósitos de establecer 14 planes adicionales de descontaminación que redujeran las emisiones en zonas saturadas o latentes, e implementar medidas de corto plazo en zonas donde no hay planes pero existe información que advierte sobre concentración de la contaminación. Hasta el 2014 existían 10 planes de descontaminación vigentes, de los cuales cinco correspondían a ciudades del norte; cuatro a la zona central; y uno a una ciudad del sur. Ello, a pesar de que la mayor contaminación atmosférica se encontraba en la Región Metropolitana, y en ciudades del sur tales como Temuco, Coyhaique, Osorno y Valdivia.

Los Planes de Descontaminación Atmosférica creados en el período 2014 – 2017 han logrado reducir significativamente la contaminación del aire en Chile, convirtiéndolo en un líder mundial en la materia. Gran parte de estos planes se han concentrado en ciudades del sur del país, donde existía una deuda en esta ámbito.

Por otra parte cabe mencionar el anteproyecto “Santiago Respira”, un nuevo plan de descontaminación de la capital que se encuentra en proceso para ser aprobado. Su foco es disminuir el material particulado fino (MP2,5), el que implica un alto riesgo para la salud de las personas. Algunas de las medidas contempladas en el plan, son:

  • Restricción permanente de dos dígitos por antigüedad a vehículos con sello verde, entre los meses de mayo y agosto
  • Incentivos a la compra de vehículos híbridos y eléctricos
  • Prohibición de uso de calefactores y cocinas a leña en el Gran Santiago. Para el resto de las comunas de la Región Metropolitana se evaluarán los datos de calidad del aire a 5 años, para implementar esta prohibición
  • Construcción de 300 kilómetros de ciclovías y 3.000 bici-estacionamientos
  • Incremento de áreas verdes y masa de vegetación que rodean la cuenca de Santiago