La nueva Bauhaus Europea será verde. No podía ser de otra manera. En la adaptación a los tiempos actuales del proyecto que floreció en la república de Weimar y que transformó el diseño moderno, la arquitectura y el arte, el componente de sostenibilidad es esencial. Se trata de replicar el lema central de la Bauhaus de Weimar, aquella idea revolucionaria de que “la forma sigue a la función”, pero enfocándola a una tripleta de objetivos: , sostenibilidad, estética e inclusión.
“Es un proyecto de esperanza para explorar cómo vivir mejor juntos después de la pandemia. Se trata de combinar sostenibilidad con estilo, llevar el Pacto Verde Europeo más cerca de las personas y los hogares. Necesitamos todas las mentes creativas: diseñadores, artistas, científicos, arquitectos y ciudadanos para que sea un éxito”, dijo ayer la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen en la presentación del proyecto.
Es una idea que Von der Leyen anunció en su discurso del Estado de la Unión el pasado setiembre y que ahora empieza a tomar forma. Se lanza la primera fase, la de diseño del proyecto, a la que seguirán las de entrega y diseminación. En términos prácticos, lo que se activa es un diálogo abierto para buscar las fórmulas que establezcan una relación entre ciencia y tecnología por un lado, y arte y cultura por otro. Lo que de forma tan excelente supo llevar a cabo la Bauhaus original, con una influencia que se ha prolongado hasta nuestros días, es lo que aspira a imitar su réplica al cabo de cien años.
La iniciativa busca relacionar la ciencia y la tecnología con el arte y la cultura
Además, conscientes de las críticas que recaerían a un proyecto top-down , impulsado y dirigido desde el poder político, se abre este proceso de consultas para establecer un debate con artistas, diseñadores, científicos, empresarios y otros actores interesados. Un debate que se canalizará hacia una decena de premios que se entregarán en verano, en base a realizaciones ya existentes.
Es por ello que el concepto que se presenta es aún ambiguo, muy abierto para que no se interprete que viene dictado por las alturas, y que se insista en que vamos a “moldearlo juntos” en un proceso colectivo. “Quiero invitaros a todos a participar”, dijo Von der Leyen. Se tratará de establecer un diálogo social sobre toda una serie de alternativas a las prácticas actuales, que permitan por ejemplo, poner el diseño a disposición de la lucha contra el cambio climático. “Necesitamos nuevas fuerzas motrices” que replanteen como convertir el arte y la cultura en una herramienta de transformación, dijo la comisaria de Innovación y Cultura, Mariya Gabriel.
Más tarde, para el otoño está prevista la elección de cinco proyectos piloto que se ubicarán en distintos países de la Unión Europa, para preparar “el codiseño de soluciones nuevas e inclusivas con estilo”. Sería la segunda fase, mientras que, en la tercera, la de diseminación, se trataría de difundir las ideas y los conceptos para una audiencia más amplia. “Ayudar a los pioneros a replicar sus experiencias en ciudades, áreas y localidades e inspirar una nueva generación de arquitectos y diseñadores”, indica la Comisión Europea.
El objetivo es claro, inspirarse en la Bauhaus original, la que nació y murió con Weimar, para buscar una transformación similar, pero ésta más verde y sostenible. Los nazis cerraron la Staatliche Bauhaus (Casa de la Construcción Estatal) en 1933, pero ello no anuló el impacto que se prolongaría en muchos ámbitos y que supuso un cambio radical en cómo se afrontaba el diseño y la arquitectura. Su huella se puede encontrar hoy en día en muchos terrenos. Incluso en los más cotidianos, como pueda ser la omnipresente IKEA, que nos ofrece un mobiliario inspirado en las ideas de aquel movimiento y que ha tenido éxito al colocar al alcance de cualquier consumidor unos productos que combinan funcionalismo con estética.
“Se trata de acelerar la transformación verde combinando sostenibilidad y estética”, dijo la comisaria de Innovación y Cultura Mariya Gabriel. Se ha tomado un referente brillante del siglo pasado para bautizar a un proyecto que intenta colocar a la cultura en el centro del proyecto europeo. Que la Unión Europea no solo sea verde y digital, como son sus actuales prioridades esenciales, sino también una fuerza movilizadora cultural que contribuya a fortalecer la cohesión social. “La parte de la inclusión es especialmente relevante. Necesitamos asegurar que la sostenibilidad con estilo no es el privilegio de unos pocos, sino una oportunidad para muchos. En un cierto tiempo, la nueva Bauhaus europea debe ser relevante para todas las regiones y los territorios”, dijo la comisaria de Cohesión, Elisa Ferreira.
En la fase de diseño que arrancó ayer se busca la participación de personas y organizaciones, centralizada a través de una página web, para definir el concepto de la nueva Bauhaus europea. A partir de ejemplos ya existentes, de problemas a resolver y de ideas para conseguirlo, se abre el proceso que, en su primera instancia, va a definir las reglas del juego, para después premiar a los proyectos que las cumplan mejor, y finalmente, aplicarlos y promoverlos.
Diez premios en verano y cinco proyectos piloto en distintos países europeos en otoño
Un proyecto abierto que puede que tenga que replantearse incluso su nombre. La referencia al Bauhaus ha provocado protestas. Una petición lanzada en Holanda firmada por artistas, profesores e investigadores critica que no es “inclusivo”, y que se refiere a un movimiento “muy occidental y eurocéntrico”. “Lo importante no es el nombre sino el concepto”, contestó la comisaria Ferreira, aceptando que todo, incluso el nombre, estaba abierto a debate.
Se buscan nuevos Paul Klee y Vassily Kandinsky para rediseñar la sociedad europea pospandémica, inspirándose en el referente de aquella Bauhaus, fundada en el año 1919 en Weimar por el arquitecto y urbanista alemán Walter Gropius.
Fuente: La Vanguardia