La ONU advierte de que la producción de combustibles fósiles supera un 110% lo acordado para frenar la crisis climática

Posted by aclimaadmin | 22/10/2021 | Sector News

Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) evidencia que los compromisos de los países para reducir el consumo de carbón, petróleo y gas no son suficientes para frenar la subida global de temperaturas.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha vuelto a advertir este miércoles que la producción y quema mundial de combustibles fósiles está alejada de los compromisos climáticos alcanzados en el Acuerdo de París. Un nuevo informe, publicado este miércoles por el organismo de la ONU y varias instituciones científicas, revela una peligrosa “brecha” entre los planes de descarbonización de los Gobiernos y los objetivos de reducción de emisiones de CO2 marcados por la ciencia para conseguir mantener el calentamiento del planeta por debajo de los 1,5º C.

Esta publicación de carácter anual llega a las puertas de la Cumbre del Clima de Glasgow (COP 26) y pone de manifiesto que el planeta producirá en 2030 un 110% de combustibles fósiles más de lo que debería para conseguir mantener la subida del termómetro global por debajo de los 1,5º C. Este porcentaje habla de la actual situación, pero también de la próxima década, pues para hacer esa estimación los expertos tienen en cuenta los compromisos que los países han presentado ante la ONU –las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC)– para cambiar su modelo económico en los años venideros.

“La producción mundial de combustibles fósiles debe comenzar a disminuir inmediata y abruptamente para ser coherente con la necesidad de limitar el calentamiento del planeta a largo plazo”, expone el texto, cuyos datos y estimaciones apenas han variado desde los últimos años.

Sólo el carbón ha experimentado un descenso moderado en su extracción actual y en las proyecciones a futuro. Tanto los compromisos nacionales como las proyecciones realizadas por los Gobiernos revelan que la producción de este material ha comenzado a decaer, pero no lo suficiente. En 2030, con los planes aprobados en la actualidad, el carbón llevará asociado unas 7 gigatoneladas de CO2 al año y la ciencia requiere que para entonces el volumen de emisiones asociadas a este mineral no superen las 2 GtCO2/año para mantener la subida de temperaturas por debajo del umbral del 1,5º C. Para finales de década, si no hay un viraje radical de las políticas energéticas globales, la quema de carbón estará un 240% por encima de los niveles requeridos por la ciencia y el Acuerdo de París.

En el caso del petróleo se sitúa en una tendencia al alza, superando para 2030 los 100 millones de barriles diarios. Para reducir la huella ambiental de este combustible se deberían generar, como mucho, unos 40 millones de barriles diarios. En otras palabras la brecha entre ciencia y producción capitalista será del 57% para finales de década. En el caso del gas, los planes de las grandes potencias apuntan a un crecimiento exponencial de su producción que, para 2030, podría estar un 73% por encima de las cantidades exigidas por la ciencia.

La pandemia de la covid 19 no ha movilizado las inversiones hacia las fuentes de energía renovable de la forma que se preveía. Más bien al contrario. Otra publicación reciente sobre el G20 demuestra que el dinero de los fondos de recuperación que estos países han destinado a las energías limpias es muy inferior al que han dedicado a actividades relacionadas con los combustibles fósiles. De 1,8 billones de dólares que se suman de los paquetes de recuperación de estos Estados, sólo 300.000 millones han ido destinadas a las finanzas verdes y al desarrollo de las renovables.

En ese sentido, la ONU pone el foco también sobre los países que componen el G20, pues son los responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global. Por ello, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente pide a los Gobiernos que tomen medidas que ayuden a reducir la demanda de consumo de energías sucias y a reconducir sus planes de descarbonización, alineándolos con el espíritu del Acuerdo de París.

De los países que componen este grupo, tan sólo Indonesia Reino Unido tenían planes en 2019 que contemplaban una reducción drástica de la generación de petróleo y gas. Este último, de hecho, ha anunciado este martes un plan para eliminar las calderas de gas de las viviendas del país financiando con 5.000 libras a los propietarios para el cambio de instalación.  Pese a ello, prácticamente la totalidad de los Gobiernos sigue apostando por estas fuentes de energía. La única nota positiva del informe la pone el carbón, cuya producción de aquí a 2030 descenderá en todos estos países salvo en India Rusia, con subidas del 5% para finales de década.

“Este informe muestra una simple pero poderosa verdad: tenemos que dejar de extraer gas y petróleo del suelo”, ha advertido Antonio Guterres, secretario general de la ONU. “Es urgente que todos los inversores públicos y privados trasladen su apoyo financiero del carbón hacia las renovables”, ha reclamado.

Fuente: Público

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