Estado de alarma. Crisis sanitaria. Confinamiento de la población. Cierre de fronteras. Cientos de miles de infectados y fallecidos en todo el mundo. Los titulares de la pandemia de Covid-19 causan terror, pero siempre se puede sacar algo positivo de una situación como esta, por muy catastrófica que parezca.
Al igual que ha ocurrido en China y el norte de Italia, la interrupción de la actividad económica y la prohibición de circular por las calles salvo en circunstancias muy concretas ha permitido reducir de forma abrupta las emisiones contaminantes a la atmósfera, una de las principales causas del calentamiento global.
San Sebastián no es una excepción. Desde que se aplicaran las medidas de aislamiento social impuestas por el Gobierno, los niveles de gases y partículas contaminantes que empobrecen la calidad del aire que respiramos han caído a la mitad en apenas siete días.
Durante el seguimiento realizado por el departamento de Medio Ambiente en las seis estaciones repartidas por la ciudad los martes 10 y 17 -antes y después de la entrada en vigor del Real Decreto- se ha observado que el dióxido de nitrógeno (NO2), un contaminante cuya principal fuente es el tráfico rodado, ha bajado casi a la mitad en todas las áreas urbanas.
Según avanza el concejal del PSE Enrique Ramos, el descenso en el promedio diario es mayor en las estaciones situadas en Ategorrieta y Easo (16 y 14 microgramos por metro cúbico, respectivamente), pero también «importante» en el resto de estaciones, con hasta un 53% de retroceso.
En cuanto a las partículas, consideradas actualmente los contaminantes más dañinos en entornos urbanos junto con el NO2, las de grosor menor a 10 micras (PM10) han experimentado una caída aún mayor que la del dióxido de nitrógeno, con reducciones de hasta el 57%. Esto se explica por la diversidad de fuentes potenciales que las generan -tráfico, industria, obras…- y que al contener o parar su actividad limitan «de forma sensible» la afección tanto sobre la calidad del aire como sobre las personas.
La bajada de las partículas de grosor menor a 2,5 micras (PM2,5), las más nocivas para la salud, ha sido menos acusado ya que se partía de niveles «relativamente bajos» comparados con los anteriores. Así, el descenso máximo ha sido de un 33% y «muy parecido» en todas las estaciones.
Ramos señala que en las próximas semanas el objetivo del departamento de Medio Ambiente será monitorizar los datos para realizar una comparativa «más fiable» de la que poder extraer conclusiones. «Esta evaluación serviría para identificar los contaminantes con mayor margen de mejora, determinar los niveles de fondo de la ciudad y ayudar en el diseño de medidas de actuación futuras», afirma el edil socialista.
Aunque la calidad del aire no era mala antes de la pandemia, Donostia no puede permanecer ajena a los efectos del calentamiento global y por eso el Ayuntamiento ha aprobado esta semana la declaración de emergencia climática, una hoja de ruta con la que luchar contra este fenómeno que amenaza la vida en el planeta.
El documento recoge medidas de aplicación a corto, medio y largo plazo para las que se destinarán las correspondientes partidas presupuestarias. El objetivo es alcanzar en el menor tiempo posible los objetivos establecidos en los planes medioambientales y evitar un desastre que, al ritmo actual, parece inevitable.
Las propuestas se han dividido en cuatro apartados y atañen a la movilidad, la energía, el territorio y la economía circular. En la primera, causante de buena parte de las emisiones contaminantes, se apuesta por establecer la movilidad peatonal como prioridad con el trasvase de un 50% de los desplazamientos internos actuales en automóvil privado a modos de transporte más sostenibles y especialmente a pie.
El consistorio pondrá en marcha esta misma legislatura ‘Donostia 30’, que establece un límite de velocidad máximo de 30 kilómetros/hora en todas las vías urbanas excepto en los ejes principales del transporte público y en las vías de acceso a la red viaria de alta capacidad.
También se prevé establecer un Plan Climático de Calidad del Aire y, en coordinación con la entrada en servicio de la pasante ferroviaria, priorizar el transporte público en superficie y limitar el acceso de los vehículos motorizados privados al Centro.
Otro objetivo es potenciar los vehículos ligeros eléctricos de movilidad urbana, así como promover un programa de sustitución de taxis, motos y vehículos de distribución de mercancías por motores eléctricos. Además, la flota de Dbus deberá ser 100% eléctrica para 2030.
En el capítulo de la energía, habrá un presupuesto extraordinario para el impulso de la producción de renovables en la ciudad, se potenciará el programa de rehabilitación de viviendas con baja eficiencia energética y escasos recursos económicos -especialmente para los bloques construidos entre 1940 a 1980- y se activarán planes de impulso de la producción de renovables para autoconsumo.
La declaración de emergencia permitirá introducir criterios climáticos en la redacción del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), de modo que se restrinja la ocupación de nuevos suelos y se renuncie a la ejecución de parte de las zonas clasificadas como urbanizables en el actual planeamiento, que data de 2010.
Asimismo, se apuesta por introducir los objetivos de cambio climático, de adaptación a la crisis climática y de reducción de emisiones en el futuro PGOU y definir una estrategia de soluciones basadas en la naturaleza como cubiertas, patios y fachadas verdes en edificios.
La economía circular será clave en el éxito de la lucha contra el calentamiento global, para lo que se aboga por alcanzar un 64% de recogida selectiva en 2025, extender el plan de contenerización a todos los barrios, reducir la generación de residuos en un 10% sobre el total de 2010, fomentar la compra de productos y servicios en el comercio local, apoyar a las empresas de economía circular, promover un consumo responsable, establecer una red de huertos de autoconsumo, favorecer decididamente la reducción del uso del plástico o impulsar la compra y contratación sostenible en el Ayuntamiento, entre otras medidas.
Fuente: DIARIO VASCO