Los compromisos de los países siguen estando lejos de cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Último informe de ONU Medio Ambiente llama a la acción urgente

Posted by aclimaadmin | 02/11/2017 | Sector News, Uncategorized EN

Los gobiernos y los actores no estatales deben adoptar de manera urgente compromisos climáticos más ambiciosos para garantizar que los objetivos del Acuerdo de París aún se puedan cumplir, según un nuevo reporte de ONU Medio Ambiente presentado hoy.

La octava edición del Informe sobre la disparidad en las emisiones (enlace en inglés), publicado en vísperas de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP23), que se celebrará en Bonn del 6 al 17 de noviembre, considera que los compromisos nacionales solo alcanzarían un tercio de la reducción de emisiones requerida en 2030 para cumplir los objetivos climáticos, siempre que el sector privado y los actores subnacionales aumenten su tasa a un nivel que ayude a cerrar esta preocupante brecha.

El Acuerdo de París busca limitar el calentamiento global a menos de 2 °C y tiene sobre la mesa un objetivo más ambicioso, de 1.5 °C. El cumplimiento de estas metas reduciría la probabilidad de impactos climáticos severos que podrían dañar la salud humana, los medios de subsistencia y las economías de todo el mundo.

Tal y como están las cosas, incluso la plena implementación de las actuales contribuciones determinadas a nivel nacional -condicionales e incondicionales- hace muy probable un aumento de la temperatura de, al menos, 3°C para el año 2100, lo que significa que los gobiernos deben comprometerse de forma más contundente en la revisión programada para 2020.

Si Estados Unidos cumpliera con su intención declarada de abandonar el Acuerdo de París en 2020, la situación podría ser aún más sombría.

En este escenario, el informe presenta formas prácticas de reducir las emisiones a través de una rápida acción de mitigación basada en opciones existentes en los sectores de la agricultura, la construcción, la energía, la silvicultura, la industria y el transporte.

Las medidas enérgicas contra otros causantes del cambio climático, como los hidrofluorocarbonos, a través de la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, y otros contaminantes climáticos de vida corta (como el carbono negro), también podrían ser una contribución real.

“Un año después de la entrada en vigor del Acuerdo de París, aún nos encontramos en un escenario en el que no estamos haciendo lo suficiente para salvar a cientos de millones de personas de un futuro doloroso”, dijo Erik Solheim, director ejecutivo de ONU Medio Ambiente.

“Esto es inaceptable. Si invertimos en las tecnologías correctas, y aseguramos que el sector privado se involucre, aún podremos cumplir la promesa de proteger el futuro de nuestros hijos. Pero tenemos que abordar el problema ahora”, añadió.

Las emisiones de CO2 se han mantenido estables desde 2014, en parte gracias a las energías renovables, especialmente en China e India. Esto ha aumentado las esperanzas de que las emisiones hayan llegado a su punto máximo, un pico que solo puede alcanzarse antes de 2020 para que el mundo permanezca en una trayectoria climática exitosa. Sin embargo, el informe advierte que otros gases de efecto invernadero, como el metano, siguen al alza y que una racha en el crecimiento económico mundial podría volver a poner fácilmente las emisiones de CO2 en una tendencia ascendente.

El estudio concluye que las promesas actuales del Acuerdo de París harían que las emisiones en 2030 estén entre 11 y 13.5 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2e), por encima del nivel necesario para mantener al mundo en el camino de menor costo hacia el objetivo de 2°C. Una gigatonelada equivale aproximadamente a un año de emisiones del transporte en toda la Unión Europea (incluida la aviación).

La brecha de emisiones en el caso del objetivo de 1.5 °C es de 16 a 19 GtCO2e, lo que está por encima de las estimaciones previa, según nuevos estudios disponibles.

“El Acuerdo de París alentó la acción climática, pero ese impulso ahora está tambaleando”, dijo el Edgar Gutiérrez Espeleta, ministro de Medioambiente y Energía de Costa Rica, y presidente de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente de 2017. “Nos enfrentamos a una dura elección: elevar nuestra ambición o sufrir las consecuencias”.

Invertir en tecnología, la clave para el éxito

Para evitar rebasar los límites impuestos en París, los gobiernos (incluso actualizando sus compromisos), el sector privado, las ciudades y otros deben buscar urgentemente acciones que produzcan recortes más profundos y rápidos.

El informe establece formas de hacerlo, particularmente en la agricultura, la construcción, la energía, la silvicultura, la industria y el transporte. Las inversiones en tecnología en estos sectores -con un costo de menos de 100 USD por tonelada de CO2 evitada y a menudo mucho menos- podrían ahorrar hasta 36 GtCO2e por año antes de 2030.

Gran parte del potencial en todos los sectores proviene de la inversión en energía solar y eólica, aparatos y automóviles de pasajeros eficientes, reforestación y detener la deforestación. Centrarse solo en las acciones recomendadas en estas áreas, que tienen costos modestos o netos negativos, podría reducir hasta 22 GtCO2e en 2030.

Estos ahorros por sí solos pondrían al mundo bien encaminado para alcanzar el objetivo de 2 °C, y desbloquearían así la posibilidad de alcanzar la aspiración de los 1.5 °C.

Acción no estatal y otras iniciativas

Las acciones comprometidas por organismos no estatales y subnacionales (como las ciudades y el sector privado) podrían reducir la brecha de emisiones de 2030 en algunas GtCO2e, incluso contabilizando su superposición con las contribuciones determinadas a nivel nacional. Por ejemplo, las 100 empresas más grandes del mundo que cotizan en bolsa representan alrededor de una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, lo que demuestra una gran posibilidad para mayores ambiciones.

La Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal tiene como objetivo eliminar el uso y la producción de hidrofluorocarbonos, productos químicos utilizados principalmente en el aire acondicionado, la refrigeración y el aislamiento con espuma. Si la enmienda se implementa con éxito, se iniciará demasiado tarde como para impactar en la brecha de 2030, pero se hará una contribución real para alcanzar los objetivos de temperatura a más largo plazo.

A mediados de siglo, las reducciones en los contaminantes climáticos de vida corta, como el carbono negro y el metano, podrían ayudar a reducir los efectos basados en la absorción acumulada de calor, y a asegurar una trayectoria de temperatura constante y baja, de cara a los objetivos a largo plazo de París.

Aunque el G20 está bien encaminado en conjunto para cumplir los compromisos climáticos de Cancún en 2020, estas promesas no crean un punto de partida suficientemente ambicioso como para cumplir los objetivos de París (ver el análisis adjunto sobre los compromisos de Cancún). El año 2020 está a la vuelta de la esquina, pero las naciones del G20 aún pueden tomar medidas que conduzcan a reducciones en el corto plazo y abran el camino a más cambios en la siguiente década.

Evitar nuevas plantas de energía a base de carbón y acelerar la eliminación progresiva de las plantas existentes, y asegurar también el manejo cuidadoso de cuestiones como el empleo, los intereses de los inversores y la estabilidad de la matriz eléctrica, ayudaría a lograr las metas globales. Se estima que hay 6 683 centrales eléctricas de carbón en funcionamiento en el mundo, con una capacidad combinada de 1 964 GW. Si estas plantas se operan hasta el final de su vida útil y no se adaptan con la captura y el almacenamiento de carbono, emitirían un acumulado de 190 Gt de CO2.

A principios de 2017, estaba en construcción una nueva central eléctrica de 273 GW generada por carbón, y otra de 570 GW estaba en planificación. Estas nuevas plantas podrían generar emisiones adicionales acumuladas de aproximadamente 150 Gt de CO2. Diez países representan aproximadamente 85% de toda la red de carbón: China, India, Turquía, Indonesia, Vietnam, Japón, Egipto, Bangladesh, Pakistán y la República de Corea.

El informe también analiza como otra opción la eliminación de CO2 de la atmósfera, mediante forestación, reforestación, manejo forestal, restauración de tierras degradadas y mejora del carbono en el suelo.

Además, un nuevo informe publicado por la Coalición 1 Gigatón (enlace en inglés) el mismo día muestra que los proyectos de energía renovable y eficiencia energética en los países en desarrollo pueden reducir 1.4 GtCO2e en 2020, siempre que la comunidad internacional cumpla su promesa de movilizar anualmente 100 000 USD millones para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático y reducir sus emisiones.

“Como la energía renovable y la eficiencia energética producen otros beneficios, como una mejor salud humana y empleos, exhorto a la comunidad internacional a cumplir con los fondos que prometieron para apoyar a las naciones en desarrollo en su acción climática”, dijo Ine Eriksen Søreide, ministra de Asuntos Exteriores de Noruega. “Los proyectos y políticas de energía renovable y eficiencia energética respaldados por socios son vitales para la descarbonización global, ya que proporcionan recursos clave y crean entornos propicios en regiones críticas”.

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