‘Hoy en día se nos pide mucho a los recicladores’, comenta Bart Verrecht, del procesador belga de metales preciosos Umicore. Se refirió a una ‘era de la ambición’ en el reciente Congreso Internacional para el Reciclaje de Baterías (ICBR) en Salzburgo. ‘Me doy cuenta de que los objetivos trazados por la UE y las asociaciones comerciales pueden parecer demasiado para estar a la altura. Básicamente, debe garantizar una reducción efectiva del volumen y la masa de la huella a gran escala, al menos un millón de toneladas por año.
Umicore actualmente recicla alrededor de 7 000 toneladas de baterías de iones de litio en su sitio en Hoboken cada año, el equivalente a 350 000 baterías de automóviles eléctricos. Esto incluye la chatarra de producción de los fabricantes de baterías y automóviles. Umicore gestiona el reciclaje de extremo a extremo, con una tasa de reciclaje del 95 % para el níquel, el cobalto y el cobre, y más del 70 % para el litio de grado de batería.
«La ruta de la mina urbana a la rueda no siempre es fácil», lamenta Verrecht. Él dice que Umicore está «ansioso por contribuir» y planea construir una planta de reciclaje de baterías de 150 000 toneladas por año en Europa para 2026. «Se darán más detalles sobre este centro de baterías de última generación en los próximos meses».
La empresa busca tecnología avanzada para optimizar sus operaciones. “Hemos solicitado 20 patentes, 15 de las cuales ya han sido concedidas”, señala Verrecht. El reciclador cree que combinar altas temperaturas con pasos de procesamiento químico húmedo es esencial para cumplir con los requisitos circulares a largo plazo.
El pretratamiento mejora aún más los resultados de este enfoque pirohidroeléctrico. Umicore cree que se trata de encontrar el «punto óptimo» entre reducir los costos, garantizar una producción de alta pureza y aumentar la eficiencia general.
«Nuestro nuevo método hace un uso eficiente de la energía química presente en la batería», dice Verrecht. ‘Esto significa que el pozo de nuestro horno ya no requiere grandes cantidades de coque. El carbono en el grafito y el electrolito también actúa como reductor, lo que significa que los metales interesantes se separan en las aleaciones y los demás pasan a la escoria.
‘Mejor aún, habrá un montón de exceso de energía. Puede usar esto para alimentar sus instalaciones y generar calor. Eso es especialmente útil en un momento como este con los altos precios de la energía.’
Las partes interesadas argumentan que reciclar grafito es crucial para mejorar la sostenibilidad en el sector. «Pero todavía no es factible a escala industrial, al menos no todavía», observa Verrecht. He oído que la UE está redactando propuestas al respecto. Tendremos que esperar y ver qué significa esto exactamente.
Él enfatiza que se trata de carbono en masa negra, no del carbono puro utilizado en la fabricación de baterías. “Obviamente, la calidad se deteriora durante el ciclo de vida de la batería. Así que tengo curiosidad por ver cómo podemos comenzar a devolver el carbono a la batería. ¿Tenemos que recurrir a otros usos, es decir, al downcycling? ¿Habrá objetivos para evitar eso?
Luego, hay tendencias que pueden afectar la reciclabilidad, como la presencia de silicio en los ánodos, así como en los ánodos de metal de litio. También puede afectar la demanda futura de grafito.
«En última instancia, incluso si es técnicamente posible reciclar todos los materiales de las baterías, debemos considerar si es una realidad sostenible», concluye Verrecht. ‘¿Cuáles son los costos involucrados en la producción de los materiales en cuestión y cuánto cuesta el reciclaje? Tenemos que ser transparentes con respecto a esas cifras para encontrar soluciones que realmente beneficien a nuestro mundo, no solo en el papel”.
Fuente: Recyclinginternational.com