Arcelor priorizará sus planes ‘verdes’ según las ayudas, la influencia política y su competitividad

Posted by aclimaadmin | 19/01/2023 | Sector News

Arcelor es un gigante del acero y también económico, pero no tiene una chequera infinita para abordar a la vez las inversiones ‘milmillonarias’ de descarbonización que supone la sustitución de buena parte de sus hornos altos en Europa. Incluso con las ayudas que ha solicitado en los distintos países para sus planes ‘verdes’, cuyos expedientes examina ahora con lupa la Unión Europea (UE), la multinacional tiene complicado asumir su coste en un periodo demasiado limitado de tiempo. De ahí que la compañía vaya a asignar prioridades a esos proyectos, según explican fuentes conocedoras de la situación en la que se encuentra el grupo. Los distintos planes, entre ellos el asturiano, compiten ya entre ellos por salir adelante y hay diversos factores que pueden mover la balanza, aunque los principales pasan por la rapidez con la que se concedan las ayudas, su intensidad, la influencia política de los gobiernos implicados, la competitividad que permitan ganar las inversiones y que se garantice el suficiente suministro energético renovable a costes asumibles, tanto de electricidad como de hidrógeno.

Arcelor ha presentado ambiciosos proyectos de descarbonización en prácticamente todos los países en los que cuenta con hornos altos en Europa. El proceder ha sido similar: la firma de algún tipo de acuerdo con el gobierno correspondiente para que fondos públicos financien la mitad de la inversión. En el caso asturiano ronda los 1.000 millones de euros. Se prevé construir una planta de reducción directa del mineral de hierro (DRI) que funcione con hidrógeno, aunque también podría hacerlo con gas, e instalar un horno eléctrico híbrido en la acería de Gijón. Con ello, las emisiones podrían reducirse a la mitad. En Francia o Alemania la inversión prevista es mayor, pero se plantean instalaciones nuevas en más de una factoría. Solo Polonia no cuenta aún con un plan de descarbonización de este tipo.

En total, la multinacional pide ayudas por más de 3.000 millones de euros y ahí reside buena parte del problema. Las autoridades de Competencia de la Comisión Europea vigilan de cerca casi cualquier subvención, pero más por un montante tan importante, ante el riesgo de que se distorsione el mercado. Porque no solo Arcelor pide fondos, la patronal siderúrgica Eurofer cuantifica en 60 los proyectos de bajas emisiones que tiene el sector en el continente.

La multinacional trabaja en dos rutas para descarbonizarse, una que en principio es menos costosa, aunque también tiene una menor ambición, la conocida como ‘Smart Carbon’ (carbono inteligente), basada en usar energías limpias, el aprovechamiento de gases y la captura de emisiones. Y otra más compleja, cara y tecnológicamente aún inmadura, denominada DRI, por las siglas en inglés de ‘direct iron reduction’ (reducción directa del mineral de hierro). Es esta segunda la que se ha elegido para poder cerrar hornos altos en Europa, cuya vida útil se va terminando y cuyas emisiones comienzan a ser inviables en el contexto normativo y económico de la UE, que cada vez grava más los gases de efecto invernadero.

Arcelor ha presentado ya proyectos para una y otra ruta. Sin embargo, son los planes ‘verdes’ que pasan por la reducción directa del mineral de hierro los que plantean un desafío mayor. Ahí entran los acuerdos suscritos por el grupo con los gobiernos de Alemania, Francia y Bélgica, así como el memorando de entendimiento firmado en Gijón por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los máximos responsables de Arcelor, Lakshmi y Aditya Mittal, en julio de 2021. Precisamente, con ellos se reunirá el martes en el foro de Davos. En todos los casos, se destaca la necesidad de un apoyo financiero «crucial» para desarrollar el proyecto. En principio, la ayuda en España se articulará mediante el proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (PERTE) de la descarbonización industrial, que pilotará el asturiano Luis Ángel Colunga.

Desde el Gobierno central se insiste en que la subvención se otorgará rápido, una vez que se tenga el visto bueno de Bruselas, pero la empresa ha criticado varias veces los retrasos. La solicitud para el plan asturiano se cursó ya en julio de 2021. Año y medio después, Arcelor sigue sin respuesta. El expediente está bloqueado por su cuantía individual, pero sin olvidar también la suma total de las ayudas que pide la empresa. «Tengo constancia de que la Comisión quiere evaluar todos los planes de apoyo a inversiones de ArcelorMittal en toda la Unión para tener una idea clara de los impactos de las ayudas en unas plantas y en otras», apunta el eurodiputado socialista asturiano, Jonás Fernández, que ve «difícil desligar una decisión para las inversiones en Asturias previa a su valoración global». No obstante, fuentes del gigante siderúrgico insisten en que las solicitudes se realizaron por separado y que las respuestas se prevén de forma individualizada y en distintos momentos.

Sin plazos concretos

En este aspecto, la petición oficial para el proyecto asturiano llegó mucho antes que la de otros planes. Como ejemplo, en el caso francés, el acuerdo entre la empresa y el Ejecutivo de Macron se hizo público en febrero de 2022. Aún no ha cumplido un año. Pero estos expedientes no siguen plazos concretos y unos pueden acelerarse, mientras otros se estancan. ¿Y de qué depende eso? De la intensidad de las ayudas reclamadas, que en este caso es similar, del 50%, o de cómo se articulen, pero también de la influencia política de cada territorio y la importancia que den los gobiernos a la negociación.

«Las inversiones públicas que pide Arcelor siguen debatiéndose en el seno de la Comisión y las próximas semanas serán decisivas. En febrero presentarán su plan para flexibilizar ayudas de Estado a través de la Ley de Tecnologías Limpias, así que la concesión de fondos públicos, ya sea en España, Bélgica o Francia, dependerá de las negociaciones que están manteniendo estos días al más alto nivel la Comisión con los gobiernos nacionales», explica la eurodiputada asturiana de Ciudadanos, Susana Solís, que recuerda que Estados Unidos o China ya tienen ambiciosos programas de ayudas, pero también países de la UE, como Alemania o Francia.

«Las autoridades españolas y los responsables de las plantas de ArcelorMittal en España están haciendo valer los buenos argumentos que hay detrás de nuestros proyectos», insiste Jonás Fernández. Los anuncios de inversiones se realizaron por este orden: Alemania, Asturias, Canadá, Bélgica y Francia, y superan los 6.000 millones, sin contar además con los de la ruta ‘Smart Carbon’. Por poderosa que sea la compañía, resulta complejo que todos se puedan ejecutar a la vez sin poner en riesgo las finanzas.

Y más aún cuando se trata de transformar el proceso siderúrgico de una forma que aún no se ha probado a escala industrial. De hecho, la única instalación de DRI de Arcelor en Europa es la planta piloto que tiene en Hamburgo. Por no contar que, estos proyectos están asociados al desarrollo de renovables y del hidrógeno verde, que requiere ingentes cantidades de dinero y en cuyo proceso está inmersa Arcelor. Como ejemplo, el plan de HyDeal, para el que la multinacional se ha asociado con Fertiberia, Enagás, DH2 y Soladvent, ronda los 8.000 millones.Por ello, el proyecto que primero consiga las subvenciones tendrá más posibilidades de salir adelante, explican desde Arcelor. De momento, el canadiense de Ontario, que se anunció dos semanas después que el asturiano, ya está en marcha, dado que sus administraciones liberaron las ayudas con mucha más rapidez. Sin embargo, ninguno de los grandes planes de DRI europeos ha pasado aún al comité de inversiones de la empresa para su aprobación definitiva.

No obstante, no todo es una cuestión de tiempos. Ese órgano de alto nivel en la multinacional analiza también la idoneidad económica de los proyectos y, de desbloquearse las ayudas a la vez, elegirá los planes más rentables. Además, en el caso asturiano, la compañía pide un acuerdo social que garantice el apoyo de la plantilla a una inversión que implicará una reducción de casi 1.000 empleos, el 20% del total, a cambio de garantizar el futuro de la actividad.

Por otro lado, el proyecto para Gijón, cuenta con un plazo más apretado que otros, ya que el objetivo es que la acería verde funcione ya en 2024 y que en 2025 ya esté en marcha la planta de DRI. Se trata, por tanto, del primer proyecto de este tipo que Arcelor planteaba tener a escala industrial. Este hecho se debe al fin de la vida útil del horno alto ‘A’; a que España cuenta con una menor flexibilidad que otros países en cuanto a estas instalaciones, ya que solo quedan dos, las gijonesas, y también a la actual baja competitividad de la división de largos, que será la que se verá más transformada por las inversiones. Por otro lado, el hecho de contar con el proyecto de HyDeal para poder abastecerse de hidrógeno verde le da cierta ventaja, aunque aún debe ejecutarse.

Más información: El Comercio

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