El twinning (unión o hermanamiento) de las dos transiciones (es decir, su capacidad para reforzarse mutuamente) dependerá de la capacidad para desplegar tecnologías a gran escala, tanto existentes como otras nuevas. Hasta 2030, la reducción de la huella de carbono y la resiliencia de los sectores que más gases de efecto invernadero emiten en la UE (energía, transporte, industria, construcción y agricultura) serán el resultado de tecnologías disponibles en la actualidad, pero será necesario desplegar otras nuevas que se encuentran actualmente en fase experimental, de demostración o de prototipo- para conseguir la neutralidad climática y la circularidad en 2050.

Así mismo, será necesario afrontar o adelantarse a los factores geopolíticos, sociales, económicos y reglamentarios que pueden determinar la evolución de estas transiciones.

Pese a los efectos presentes y futuros de la guerra de ucrania, la comisión mantiene sus objetivos a largo plazo, así como su apuesta por una transición digital y ecológica justa

Para ello, el informe de prospectiva estratégica de 2022 determina diez ámbitos clave en los que será necesario actuar:

  1. La autonomía estratégica y resiliencia en sectores críticos vinculados a las transiciones (agricultura, edificios y construcción, energía, e industrias que hacen de ella un uso intensivo, transporte y movilidad). En concreto, en el sector de la energía, primarán los recursos ecológicos y las soluciones de almacenamiento, que se complementarán con una apuesta general por la eficiencia energética.
  2. La cooperación mundial, aprovechando su capacidad de regulación y normalización, y promoviendo al mismo tiempo los valores de la UE, a través de una agenda de investigación e innovación con socios afines.
  3. La gestión estratégica del suministro de productos básicos esenciales como el cemento o el acero. La diversificación de fuentes de suministro se complementará con la promoción de la economía circular, el desarrollo de minas urbanas (a través de la recuperación y reutilización de metales procedentes de obras en edificios o desechos reciclados) y la creación de un mercado de materias primas secundarias.
  4. La cohesión social y económica, reforzando la protección social y el estado del bienestar, sustentado en la disminución de las desigualdades, la conectividad y el desarrollo de capacidades y competencias.
  5. La adaptación de los sistemas de educación y formación a la nueva realidad socioeconómica, para desarrollar capacidades tecnológicas y ecológicas y aumentar la sensibilización climática. También será necesario aumentar la movilidad laboral entre sectores, así como fomentar una política migratoria que fomente la contratación en origen y con garantías legales de los perfiles profesionales demandados.
  6. La orientación de las inversiones hacia tecnologías e infraestructuras de apoyo a la unión de las dos transiciones, orientando los recursos hacia el largo plazo y hacia activos sostenibles. Inversiones que combinen recursos públicos y privados, con fiscalidad adaptada.
  7. El establecimiento de marcos de seguimiento sólidos y fiables para medir los efectos facilitadores de la digitalización y del uso de la energía y los recursos También se precisarán avances a la hora de medir y supervisar el bienestar más allá del PIB.
  8. El desarrollo de un marco regulador de la UE ágil y con perspectivas de futuro, centrado en el mercado único, que propicie modelos empresariales y patrones de consumo sostenibles, y que cuente con incentivos para la innovación.
  9. El establecimiento de normas para la unión de las dos transiciones, y para garantizar la ventaja de la UE como pionera en la sostenibilidad competitiva, en donde el diseño de productos basado en el principio de «reducir, reparar, reutilizar y reciclar» sea la norma general.
  10. La definición de un marco más sólido en materia de ciberseguridad e intercambio de datos, con vistas a liberar el potencial de las tecnologías necesarias para la unión de las dos transiciones.
La comisión europea asume que la unión y refuerzo mutuo de las dos transiciones, energética y digital, requiere una mejor comprensión de las interacciones entre ambas

Para todo lo anterior, la Comisión Europea asume que la unión y refuerzo mutuo de las dos transiciones, energética y digital, requiere una mejor comprensión de las interacciones entre ambas. Todo ello sin olvidar que dicho avance se producirá en el contexto de nuevas megatendencias futuras y de acontecimientos imprevistos. De ahí que vaya a ser necesario un enfoque dinámico sobre los diez ámbitos de actuación descritos, anticipando los cambios que se puedan producir y adaptando las respuestas políticas en consecuencia. De esta forma, la Comisión busca contribuir a posicionar a la UE como defensobra de la sostenibilidad competitiva, y reforzar su resiliencia y autonomía estratégica de la mano de una transición justa que no deje a nadie atrás.