El futuro del agua pasa por la economía circular

Posted by aclimaadmin | 13/07/2022 | Sektoreari buruzko albisteak

El problema del agua es fácil de entender: es un bien finito (hay la que hay) y su consumo cada vez es mayor (empresas, industrias y la población abren el grifo cada día). A esto se suman situaciones dramáticas como es el hecho de que más de 2.000 millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua potable, al tiempo que se pierden grandes cantidades entre una incorrecta gestión, las fugas en las instalaciones y los vertidos contaminantes.

El cambio climático ha frenado el ciclo natural de las lluvias, con el cauce a los ríos, la desembocadura al mar y la evaporación final. La Unión Europea, por otro lado, ha hecho un llamamiento a la sobreexplotación del recurso.

Los participantes en el desayuno organizado por CincoDías en colaboración con Cepsa, bajo el título El agua en la economía circular, abordaron todos estos temas e insistieron en la necesidad de emplear la regla de las cinco erres que son los ejes en la propia economía circular: reducir, reparar, recuperar, reutilizar y reciclar, así como en la utilización del término uso en lugar de consumo, que sugiere la UE.

“Llevamos años construyendo infraestructuras para el agua. La primera presa y trasvase se hizo en la época de los romanos. En 2020, con la aparición del Covid y ahora con la guerra en Ucrania, han surgido vulnerabilidades, pero hay una cadena de valor que es la alimentación que depende del agua y está funcionando bien. Las cadenas de valor estratégicas hay que cuidarlas; defendamos el agua, no esperemos a que haya sequías para atender los problemas que surgen”, comentó Isabel García, senior advisor de EY y exministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

Más actuaciones

Miguel Ángel Gálvez, subdirector de depuración y medio ambiente del Canal de Isabel II, comentó que en su gestión añaden otras dos erres a las ya mencionadas sobre actuación del agua: rediseñar y renovar. “Las siete las aplicamos en nuestras depuradoras”. El directivo apuntó que en Madrid 26 municipios utilizan agua regenerada para regar las zonas verdes, para baldeo de calles y para algunos usos industriales.

También, la Comunidad de Madrid cuenta con la mayor planta de recuperación de fósforo de España a través del agua residual que recibe. Lo hace en forma de estruvita, un compuesto con altas capacidades fertilizantes. Y las depuradoras generan energía eléctrica a través de procesos sinérgicos con la gestión del agua. “El 50% de la energía que consumen ya la generan ellas mismas; son economía circular”, señaló Gálvez.

La sostenibilidad en materia de este líquido trasparente, incoloro, inodoro e insípido en estado puro es “algo que Cepsa lo ha llevado siempre en el ADN”, subrayó Marién Benavente, responsable de protección ambiental corporativa en la compañía.

Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, el pasado 5 de junio, la empresa anunció el compromiso de reducir un 20% la captación de agua dulce en zonas españolas de estrés hídrico en 2025. Este mismo año ha dado a conocer su nuevo plan estratégico para 2030, Positive Motion, centrado en la sostenibilidad. “Hemos puesto el foco en el agua, los residuos y en el CO2; así entendemos la economía circular”, dijo Marién Benavente.

La industria textil es una de las áreas de actividad económica con mayor dependencia del agua. “Es un sector muy contaminante por los volúmenes de producción que se manejan, además de por el proceso”, detalló Sofía Núñez, responsable de sostenibilidad y RSC en la cadena de suministro de Tendam (antes Grupo Cortefiel).

La demanda del cultivo

La parte de mayor demandase ocurre en el cultivo de las materias primas, por ejemplo para el algodón. “Somos conscientes de que es un recurso finito y que hay que cuidar, pero no es fácil”. Tendam ha desarrollado diferentes iniciativas verdes. “Nos adherimos hace un año a BEI [Better Cotton Initiative] para llevar a cabo mejores prácticas en la producción global del algodón. Por otro lado, compramos algodón orgánico, que depende básicamente de la lluvia, y reciclado. Estamos aumentando la fabricación en viscosa, usamos lavados sostenibles, en verano adquirimos lino, que no requiere mucho consumo de agua, tenemos como objetivo eliminar las sustancias químicas, y hemos empezado a hacer auditorias sostenibles”, resumió la ejecutiva.

Miguel Ángel Gálvez insistió en que “la presión sobre el recurso cada vez es mayor”. Como dato, en el primer semestre de este año, los embalses que gestiona Canal de Isabel II en la Comunidad de Madrid tenían almacenados 652,7 hectómetros cúbicos, lo que supone el 69,2% de su capacidad máxima,y 6,5 puntos por debajo de la media histórica. “Si se consume, se puede recuperar; regeneramos el 25% del agua. Para la industria, por ejemplo, es más seguro la regenerada que la potable porque si esta escasea corre el riesgo de tener que parar”, señaló. En Madrid, una papelera de referencia a nivel europeo situada a las afueras de la ciudad (Fuenlabrada) utiliza agua regenerada para su producción.

Pero para mejorar el proceso Gálvez consideró que “hay que ir abandonando los plásticos, ir atacando la contaminación en origen”.

Apoyo europeo

En opinión de Isabel García, España tiene la oportunidad en este momento de avanzar en el ámbito de la sostenibilidad con los 140.000 millones que va a recibir del fondo de recuperación europeo. “El agua no debe ser un factor limitante del bienestar y crecimiento económico. No caben ideologías, solo rigor científico: es una oportunidad única”, manifestó.

Para la representante de EY “la gestión del agua es urgente” y “toda fuente alternativa debe ser considerada”. Y para conseguirlo, “se necesita la colaboración pública y privada, la ciencia, la tecnología y un marco normativo que lo apoye y que facilite la inversión”. “Es importante el impulso que se dé desde la regulación a la taxonomía europea”, añadió.

El problema del plástico

Los ponentes dedicaron un tiempo a debatir sobre la contaminación de los microplásticos en el agua. “Llegan a la depuradora y es muy difícil de gestionar. Europa tiene que ir prohibiéndolos; Reino Unido ya lo ha hecho”, comentó Miguel Ángel Gálvez, que insistió a lo largo de sus intervenciones que en que “el agua regenerada es el futuro”; “en Singapur ya se bebe y California está abriendo las puertas”.

En ese sentido, Isabel García contó que “la UE ya está trabajando sobre la utilización de plásticos y microplásticos”.

Para Marién Benavente la mejor solución para atajar el problema “es producir en origen”. “En Cepsa hace un tiempo formamos un equipo en economía circular, y se trata de forma particular los microplásticos”. “Si se recuperan, se les puede dar una segunda vida, pero hay que tener esa legislación que lo apoye, sinergias entre empresas y colaboración pública y privada”.

La cooperación es fundamental, y así lo plasmó igualmente Sofía Núñez: “Tenemos que unir fuerzas, hacer alianzas porque a veces nos movemos en países donde la normativa no es la correcta o simplemente brilla por su ausencia”. De forma paralela, otra de las grandes preocupaciones en la industria textil es la cadena de suministro, que es extensa y compleja, y no siempre transparente. “Crear un mapa mundial para identificar problemas medioambientales es muy complicado”, matizó Núñez.

En medio de la necesidad de una correcta gestión del agua para su aprovechamiento en todas sus vertientes, subyacen problemas como el gasto indebido o las fugas en las redes públicas, que en España están entre el 20% y 25%, según los datos expuestos por Gálvez. “Hacen falta medidas de eficiencia, y de concienciación”, dijo.

En cuanto a consumo, Isabel García expuso que “hay mucho potencial de ahorro en España, especialmente en los regadíos. Hay que invertir y evitar las fugas, porque cada gota tiene mucho valor”. A su juicio, “España debe ponerse al día en depuración y en el tratamiento de aguas, y con el dinero que hemos recibido de Europa hay posibilidad de hacer esto. Tenemos que tener la mentalidad de vivir en sequía permanente”.

En el ámbito de las finanzas cada vez tienen más peso las acciones empresariales contra el cambio climático y el cuidado del planeta. Así lo reflejó Marién Benavente: “Para un tema de refinanciación que hemos tratado con la banca nos han pedido indicadores de sostenibilidad y del agua. Están siendo más exigentes en este sentido, y no vale con que hayas tenido una buena nota en 2021, hay que demostrarlo constantemente. Para los inversores es muy importante, y los ratings lo tienen muy interiorizado”.

Benavente concluyó comentando la participación de Cepsa en la plataforma mundial Carbon Disclosure Project (CDP), reconocida como un referente a nivel internacional por las certificaciones ambientales corporativas exhaustivas que emite, y donde participan más e 13.000 empresas. Cepsa ha conseguido liderar el ranking sobre seguridad hídrica en el que solo estuvieron presentes el 7% de las energéticas.

Fuente: CincoDías

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