Ghana: el mercado de la gestión de residuos, lejos de la saturación

Posted by aclimaadmin | 21/03/2019 | Sektoreari buruzko albisteak

Ghana es una de las economías que más crece en el mundo y ha conseguido convertirse en un referente de estabilidad en el continente africano, pero sigue lastrada por graves carencias, entre las que destaca la fragilidad del sector local dedicado a la gestión y el tratamiento de residuos. Su modernización y fortalecimiento es uno de los principales retos a los que se enfrenta el país.

Situado en pleno centro de la capital del país, Accra, y a escasa distancia del océano por el que llegan en barco los cientos de miles de materiales electrónicos, el barrio de Agbogbloshie se ha convertido en uno de los principales destinos de la basura tecnológica de Occidente. Cada día, miles de personas queman los restos de antiguos ordenadores, móviles o televisores procedentes de Europa o de los Estados Unidos para extraer los preciados metales, que luego podrán vender a los mayoristas y estos, a su vez, los reintegrarán en el ciclo productivo mundial.

Aunque se ha intentado poner freno a este comercio, el tráfico ilegal sigue alimentando una maquinaria que apenas da para subsistir a los recolectores y que ha convertido la zona en uno de los lugares más contaminados y tóxicos del planeta.

Además de captar el interés mediático internacional, el debate sobre la gestión de los residuos en Ghana es un asunto recurrente en la política local por sus implicaciones en el medio ambiente y la salud de las personas, especialmente cuando llega la estación de lluvias. Existe entonces una mayor presión para mantener las calles limpias y evitar así situaciones como el accidente de junio de 2015, cuando un centenar de personas murieron por las deficiencias en los sistemas de saneamiento.

Construcción de un modelo

La sociedad ghanesa ha cambiado sus hábitos de vida debido al aumento de la población y al empuje económico registrado en los últimos años, con un crecimiento del PIB que, por ejemplo, en 2018 se situó por encima del 8,5%.

Todo ello ha supuesto un éxodo masivo a las principales ciudades del país y también hacia las regiones costeras. Estas urbes se han visto obligadas a atender y dar servicios a un creciente número de ciudadanos sin una planificación completa previa.

Durante la década de los noventa, se llevó a cabo una transformación en la política medioambiental en la que el sector privado jugó un papel fundamental. En el año 1999, el Gobierno, junto con el Banco Mundial, desarrolló el Urban Environmental and Sanitation Project (USEP) en las cinco mayores ciudades del país. El banco suministró fondos y asistencia técnica para privatizar el proceso de la recogida de residuos. El fin de esta iniciativa era mejorar la productividad, ya que anteriormente recaía sobre un sector público con poca supervisión e incentivos, mala gestión y una escasa financiación.

A partir de ese momento, se comenzaron a subcontratar los servicios de recolección de residuos sólidos al sector privado. Esta política, que continúa hoy en día y ha permitido la consolidación de empresas locales como Zoom Lion o Jekora, supone que cada compañía responsable del servicio de gestión de residuos recibe una zona particular para administrar.

Bajo ese sistema, las distintas firmas soportan el coste del servicio, que es subsidiado en parte por el Gobierno, mientras que los usuarios deben pagar entre el 10% y el 20% del coste total.

El abono se realiza en función de una cuota proporcional a los residuos generados, por lo que se pretende además que el incentivo sirva para reducir el volumen de los deshechos y de los gastos de la Administración. En líneas generales, las dos formas de gestión más desarrolladas en Ghana son: casa por casa y a través de contenedores.

El primer modelo se usa de manera más habitual en las zonas con mayores ingresos y en las instituciones públicas. Aquí, el usuario tiene que registrarse y pagar una tarifa en función de sus ingresos. Una vez realizado el trámite, se abona un canon mensual que ronda los tres euros en Kumasi y se acerca a los cinco euros en Accra.

En el caso de la recolección colectiva a través de contenedores, puede utilizarse el pago por contenedor (que se recoge cuando está lleno si se paga previamente) o el sistema de vertedero libre. Este último está pensado para lugares públicos e implica áreas de almacenamiento, en las que las basuras son recolectadas de manera periódica con una tarifa preestablecida que varía en función de la actividad…leer más.

Fuente: ICEX

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