Jesús Ibarluzea Maurolagoitia (EHU): “El diseño de la ciudad puede mejorar nuestra salud”

Posted by aclimaadmin | 29/07/2021 | Sektoreari buruzko albisteak

Técnico de Salud pública del departamento de Salud del Gobierno Vasco es director del grupo de investigación sobre Epidemiología Ambiental y Desarrollo Infantil y responsable del área de Epidemiología y Salud Pública en Biodonostia y es investigador colaborador de la UPV/EHU e investigador principal del grupo CIBERESP 28 (Instituto de Investigación Carlos III). Recientemente acaba de dirigir el curso ‘Dime dónde vives y te diré a qué te expones. Los efectos en salud de los factores ambientales’, dentro de los Cursos de Verano de la UPV/EHU, en Donostia / San Sebastián.

La relación entre la salud de la población con el entorno que le rodea es un hecho que prácticamente nadie cuestiona, pero a su vez se desconocen los efectos concretos que causan los factores ambientales en la salud humana. ¿En qué medida afectan a nuestra salud las condiciones ambientales en las que vivimos?

Hay diversos estudios que se hicieron a mediados del siglo pasado que verificaron que el componente ambiental es el responsable de aproximadamente el 25 % de la morbilidad y de la mortalidad a nivel mundial. Ese porcentaje de factores ambientales es más pequeño en los países más desarrollados y mayor en los países en vías de desarrollo. Además, los estudios que la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace de los distintos factores de riesgo siguen incluyendo a los factores ambientales como una de las causas principales que contribuyen a la salud.

¿Cuáles son los factores ambientales que influyen o tienen repercusión en nuestra salud?

Los factores ambientales que influyen en las enfermedades y en la salud van variando a lo largo del tiempo. Hoy, en un país desarrollado como Euskadi, los factores ambientales son aquellos que están relacionados con la calidad del agua que consumimos o que utilizamos para ducharnos, la calidad del aire tanto exterior (los contaminantes atmosféricos tradicionales derivados fundamentalmente del tráfico, de la industria…) como interior (contaminantes que se derivan de los materiales que se han utilizado para la construcción, pinturas, barnices o productos que utilizamos para la limpieza de las superficies o incluso higiene personal), la contaminación del suelo…

Y luego están los miles de sustancias químicas que existen en el mercado y tienen una amplia utilización tanto en la industria como en la fabricación de textiles, materiales, productos higiénicos… Estamos expuestos a todas ellas a través de la dieta, a través de las cremas, jabones etcétera que utilizamos. Nos llegan en cantidades muy pequeñas, pero estamos expuestos a muchas sustancias.

Dentro de las sustancias químicas un grupo muy relevante, actualmente, son los disruptores endocrinos. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) los considera como un elemento clave a estudiar, saber si producen o no efectos, qué efectos producen y cómo afrontarlos desde la perspectiva de la prevención. Tanto en salud pública como ambiental, es fundamental conocer para intentar prevenir.

Los disruptores endocrinos son actualmente un grupo relevante sobre el que hay una prioridad establecida a nivel internacional…

Sí, así es. No son los únicos, pero el efecto de los disruptores se considera relevante porque tiene que ver, dicho de una forma exagerada, con la propia supervivencia de la especie. Un disruptor endocrino es una sustancia que actúa como una hormona, por lo tanto, puede ser capaz de romper el equilibrio hormonal dentro del organismo, y el equilibrio hormonal es fundamental en la fisiología, supervivencia y el desarrollo de cualquier organismo. Estas sustancias que actúan como hormonas pueden estar actuando en la diferenciación sexual de un organismo, en la adolescencia, en la fertilidad, en la calidad y cantidad espermática…

¿Y cuáles son los problemas de salud que ocasionan los factores ambientales?

Puesto que hay factores ambientales biológicos, microbiológicos, químicos, físicos y del entorno, se asocian con casi todo tipo de patologías. Los disruptores endocrinos, por ejemplo, pueden ser un factor de riesgo para los cánceres que son hormono dependientes como el cáncer de mama o el cáncer de testículos o de próstata. Pero los factores ambientales, en general, pueden ocasionar enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades de la piel, enfermedades respiratorias, alteraciones en el desarrollo neuropsicológico de los niños… Varios estudios revelan que incluso en el embarazo la exposición de la madre a factores ambientales de riesgo puede generar alteraciones en el desarrollo neuropsicológico de su hijo o hija. Sin embargo, diríamos que no ocasionan tantas enfermedades infecciosas, ya que la transmisión de enfermedades infecciosas a través de los alimentos y del agua se ha visto muy reducida con la mejora de las tecnologías para el tratamiento de las aguas, la mejora de la manipulación de alimentos y las cadenas de frío, etc.

¿Cómo podríamos cuidar la salud ante dichos factores ambientales?

El principal elemento es el conocimiento. Conocer qué es un riesgo alto, bajo o aceptable para la salud y con qué patologías se relaciona cada elemento. Tal y como he comentado anteriormente, nuestra estrategia principal es la prevención, que no se produzcan esas exposiciones, y si se producen y presentan suficiente nivel como para que se produzca el deterioro o la enfermedad, porque no tiene porqué siempre ser así, recibir un tratamiento clínico.  Pero, insisto, lo que debemos de intentar es que no se acumulen esos factores de riesgo e intentar que no lleguen a provocar una enfermedad o alteración.

«Nuestra estrategia principal es la prevención»

Conocer, informar a los profesionales y a la población y promover o obligar que determinadas cuestiones no se puedan realizar o aconsejar vivamente que determinadas sustancias no se utilicen. Hay muchas estrategias. Tenemos un claro ejemplo de lo que estamos hablando: el tabaco. El tabaco ha sido y probablemente sigue siendo uno de los principales factores de riesgo en nuestra sociedad. Al margen del conocimiento y la decisión propia de cambiar la conducta, el encarecimiento del precio del tabaco y la prohibición de su consumo en todos los espacios públicos, han sido los elementos claves para la mejora o al menos la reducción del consumo de tabaco.

Hay más factores ambientales…

Sí, la propia ciudad, por ejemplo, es un factor que puede atenuar o incrementar las exposiciones ambientales a las que estamos expuestos. Las superficies verdes y azules como el mar, los ríos y lagos son elementos que pueden actuar favoreciendo a la salud porque disminuyen otras exposiciones ambientales como el ruido o la contaminación atmosférica, mejoran la conexión de las personas en los encuentros y la socialización; al mismo tiempo pueden prevenir la aparición de enfermedades mentales como la ansiedad, la depresión etc.

El Curso de Verano finalizó con una mesa redonda Efectos de la ciudad y el contexto social en la salud humana, moderada por usted. En la actualidad, la mayoría de la población vive en ciudades. ¿Cómo debería de ser una ciudad para vivir con salud?

Una ciudad no solo es un elemento construido en una superficie; es un elemento que incluye la construcción urbanística junto con la población que vive en ella, la cultura, las convicciones políticas, las condiciones socioeconómicas… La ciudad tiene los componentes arquitectónicos y urbanos, pero también biológicos, sociales, cultures y antropológicos. Por lo tanto, el mejor contexto de saludable puede no ser exactamente el mismo en un entorno u otro.

Vivir en la proximidad de entornos verdes o azules (mar, ríos, lagos,..) puede actuar como un elemento anti-estresante, como regulador de exposiciones ambientales no deseables, como restaurador de funciones cognitivas o como un espacio para el contacto con los elementos de la naturaleza. Esto significa que el diseño de la ciudad puede mejorar nuestra salud. Puede hacer que la caminabilidad sea mayor o menor, que haya más o menos entornos verdes y azules, puede favorecer el ejercicio físico, que se facilite nuestra motivación …

¿Qué es una ciudad saludable?

Una ciudad saludable es aquella que promociona la salud a través de actuaciones que tienen gran influencia en el ámbito de la salud, por ejemplo, el planteamiento urbanístico, la calidad del aire, la vivienda, la educación, la equidad, … Una ciudad saludable tiene que ser una ciudad que permita el desarrollo no sólo de los individuos sino de todo el colectivo.

«Una ciudad saludable tiene que ser un espacio favorecedor»

El periodo de confinamiento de la Covid-19 es un ejemplo claro. ¿No se sentía mejor aquel que tenía un jardín o una terraza? ¿No se sentía mejor aquel que sus ventanas daban a espacios verdes y no a patios interiores? Tiene que ser un espacio favorecedor que promueva el desarrollo personal y colectivo y comprometida con la salud.

¿De qué salud gozan nuestras ciudades?

Gasteiz es una ciudad saludable reconocida internacionalmente. Una ciudad modelo por sus aspectos urbanísticos, entornos verdes etc.  La ciudad que tiene más espacios verdes y mejor calidad ambiental es Gasteiz, sin duda alguna. Probablemente, las características de Donostia por su presencia en el litoral, por su tamaño y limpieza harían que Donostia estuviera en una posición intermedia. Y, por último, Bilbao solo por su propio tamaño y por su densidad y por su historia industrial. Los problemas del entorno urbano y la contaminación no solo se producen en las ciudades, es curioso, pero como en la mayoría de los pueblos de Euskadi, todo está mezclado en un mismo kilometro: las carreteras, la industria, los espacios verdes, las viviendas y los parques… Nuestro entorno es complejo.

Fuente: EHU

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