Euskadi lidera opiniones y acciones en este campo de las regiones de la UE
Las oportunidades y los resquicios para nacer, crecer o despegar -según el caso- son muchas. Todas, se atreven a decir algunas voces expertas en materia de economía circular. Y las autoridades vascas y un ramillete de empresas que operan en la CAV llevan ya unos cuantos años apostando por este modo de entender los mercados. Los últimos datos apuntan a más de 150 firmas que han incorporado criterios de sostenibilidad y de responsabilidad en sus estrategias. “Contamos ya con el compromiso de buena parte del sector industrial vasco, con una facturación de 2.800 millones de euros en productos que incorporan criterios de economía circular y de análisis de ciclo de vida”, ilustraba ayer Iñaki Arriola.
Desde Bruselas, el consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda manifestaba que la aplicación de medidas de economía circular en la industria vasca permitiría ahorrar 2.000 millones de euros anuales. Arriola aprovechó el acto de investidura del Gobierno Vasco como cabeza visible y portavoz de las regiones europeas sin representación en el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la UE para dar valor a la apuesta vasca por la economía circular, el ecodiseño y la ecoinnovación.
De hecho, el Diagnóstico sobre economía circular en la industria vascapone de relieve que el sector industrial que opera en Euskadi consume 46,5 millones de toneladas de materias primas al año y genera el 72% de los residuos totales, de los que un 42% acaban en vertedero, “aspectos ambos que suponen una pérdida de competitividad de la economía vasca”.
Ese diagnóstico señala además que las materias primas representan en las empresas de Euskadi un 61% del coste de los bienes producidos y que la adopción de soluciones innovadoras más circulares “supondría un ahorro potencial medio alcanzable del 6% del consumo de dichas materias primas, lo que supondría un ahorro anual de 2.000 millones de euros. Sobre todo concentrado en los sectores del metal y de la movilidad, que acumularían el 49% de ese ahorro potencial”, describía el consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda.
La transición hacia ese modelo de economía circular [enfrentado al tradicional triangular de tomar, hacer y desechar] ofrece grandes oportunidades para Euskadi. Así lo estimaba Arriola cuando hablaba de expectativas de “crecimiento en los mercados mayores para los productos o negocios de economía circular” que para los productos clásicos. Tanto, que según ese Diagnóstico sobre economía circular en la industria vasca para el año 2025, las empresas vascas esperan un incremento de hasta el 46% en las ventas previstas de esos productos más verdes.
La idea es compartida por otros agentes, empresas y administraciones. Hace unos meses, desde la Fundación para la Economía Circular subrayaban que la implementación de este modelo debería comenzar desde el nivel municipal porque su incidencia trasciende a los efectos meramente ambientales para generar impactos a nivel económico y social. Una idea que también exportó Arriola ante sus homólogos europeos cuando dijo que “la apuesta por la sostenibilidad ha dejado hace tiempo de ser una opción para convertirse en una obligación con importantes consecuencias medioambientales, sociales y económicas”.
EUSKADI EN EUROPA
Progreso. Arriola señaló que el consenso entre las regiones “ha sido amplio ya que existe una apuesta general y compartida por el desarrollo de la economía circular como factor de progreso sostenible, y además estamos convencidos del papel protagonista que en esta transición deben tener las regiones”.
LA CIFRA
1%
Se estima que, a nivel europeo, una mejora de la eficiencia en el uso de los recursos de un 1% supondría para las empresas un ahorro de 23.000 millones y crearía 200.000 empleos.