El aceite industrial usado constituye un residuo peligroso de gran poder contaminante que debe ser sometido, conforme a la normativa vigente, a una correcta gestión para evitar sus negativas consecuencias para el medio ambiente y la salud, toda vez que tiene una enorme capacidad de difusión en el medio acuático, de empobrecimiento de la tierra si se vertiese al suelo o incluso de contaminación atmosférica si se quemase indebidamente.
Así lo corroboró en EsRadio Galicia Fermín Martínez de Hurtado, Director de Comunicación y Relaciones Institucionales de SIGAUS (Sistema de Gestión de Aceites Industriales Usados en España). Tal y como señaló, estamos ante un residuo de características especiales, ya que se genera en establecimientos industriales o en talleres de automóviles. “Cuando llevamos el coche al taller para cambiar el aceite, desconocemos la operativa a seguir, no sabemos dónde acaba ese residuo y qué tratamiento recibe”. En este sentido, recordó que hay una norma a nivel nacional que obliga a la recogida del 100% de este desecho y al total aprovechamiento del mismo.
Tal y como explicó el portavoz de SIGAUS, el tratamiento prioritario que recibe el aceite industrial usado es el de regeneración a través de un proceso físico-químico de destilación en mini-refinerías, donde se limpia y se descontamina, obteniendo materia prima para fabricar lubricantes. Es lo que se conoce como aceite base. No obstante, señaló también que hay algunos aceites usados que, dado su contenido, no pueden ser objeto de regeneración, por lo que se someten a otros tratamientos, obteniendo a partir de los mismos un combustible de uso industrial con alto poder energético.
Son múltiples los beneficios de la recuperación del aceite industrial. Entre ellos, el propio ahorro de un recurso no renovable, como el petróleo, y la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera.
El caso gallego
En Galicia, 2.468 toneladas de aceites usados fueron destinadas a regeneración, permitiendo devolver al mercado 1.763 toneladas de lubricantes, cantidad con la que se podría llenar el cárter del 29% del parque móvil de turismos de nuestra comunidad y evitar al mismo tiempo la emisión de 7.943 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Los aceites que no resultaron aptos para ser regenerados, fueron tratados para su posterior valorización energética, dando lugar a un combustible de uso industrial utilizado en centrales térmicas de generación eléctrica, cementeras, papeleras, equipos marinos, etc., como sustituto al tradicional fuel óleo. A este tratamiento se destinaron en 2017 un total de 6.134 toneladas que permitieron la generación de energía equivalente a 66 GWh, como la consumida por el movimiento de todos los trenes del Metro de Madrid durante 67 días.
La elevada dispersión de la población gallega supone también para SIGAUS un esfuerzo adicional que debe realizar a la hora de recoger los aceites industriales usados en 297 municipios, en su mayoría de carácter rural, y en muchos casos situados a una gran altitud en los que el recorrido medio fue de 116 kilómetros.
Sobre sigaus
SIGAUS es un Sistema Integrado de Gestión que nace precisamente para dar debido cumplimiento a una obligación legal a la que deben hacer frente los fabricantes e importadores de lubricantes. A día de hoy cuenta con 226 empresas adheridas, gestionando unas 170.000 toneladas de aceites usados al año.
Fuente: ECOTICIAS