A menudo los ciudadanos no somos conscientes de que disponemos de poderosos instrumentos para el cambio social. Nosotros, como consumidores, tenemos la libertad de optar por un tipo de consumo que favorezca los valores de defensa del medio ambiente, la solidaridad, el comercio justo y la sostenibilidad.
Ya en la Declaración oficial de Naciones Unidas con motivo de la Cumbre de la Tierra de 2002 se manifestaba que una de “las principales causas de que continúe deteriorándose el medio ambiente mundial son las modalidades insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados”.
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2015 se aprobó el Acuerdo de París por los 195 países que tomaron parte. Para impulsar este pacto se están generando iniciativas como la recientemente creada Comunidad #PorElClima. Su meta es promover que se cumpla la cuota que le corresponde al Estado español según el Acuerdo de París, y para ello busca las sinergias entre empresas, administraciones públicas, ONGs, medios de comunicación y ciudadanos.
Consumo responsable
La principal herramienta de la que dispone la ciudadanía para colaborar en este objetivo es el consumo responsable. De esta manera podemos elegir productos y servicios no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que los elaboran.
Pero ¿qué preguntas nos tenemos que hacer a la hora de adquirir algo?
En primer lugar, planteémonos si realmente necesitamos comprarlo o solo se trata de un capricho prescindible.
Valoremos los componentes de los productos, su proceso de elaboración y huella ambiental y si genera algún daño o injusticia social. Con nuestro dinero podemos favorecer al comercio local, optar por productos ecológicos o bienes procedentes del comercio justo.
Pensemos en si lo que compramos es reciclable o no, si genera residuos o se trata de un producto de usar y tirar.
En este sentido, es recomendable que rechacemos las bolsas de plástico que dan en supermercados y comercios y las sustituyamos por nuestras propias bolsas de tela, de papel o de cartón. Otra medida para evitar el consumo de plástico es inclinarse por comprar alimentos envasados de manera más ecológica, frente a las latas y la comida guardada en plástico o aluminio.
Es nuestro derecho informarnos de las repercusiones sociales y medioambientales de los bienes y servicios que adquirimos. Se trata de nuestra responsabilidad.
Escaparate #PorElClima
La Comunidad #PorElClima ha creado una plataforma online que quiere convertirse en la principal oferta de productos y servicios responsables. En ella pueden encontrarse tanto bienes y servicios responsables de las grandes o medianas empresas como los diferentes productos y servicios respetuosos con el medio ambiente.
En el grupo impulsor de la iniciativa participan representantes de los tres sectores claves del cambio: Administraciones públicas, empresas y ciudadanía. Entre ellos la Oficina Española de Cambio Climático, la Fundación Biodiversidad, La Federación Española de Municipios y Provincias, la Asociación Española del Pacto Mundial (NNUU), el Grupo Español de Crecimiento Verde, WWF, SEO/BirdLife, Cruz Roja y ECODES. Esta última entidad actúa como secretaría ejecutiva de la Comunidad #PorElClima.
El escaparate se trata del primer portal agregador de oferta responsable surgido en el Estado, que pretende conectar a los productores con los consumidores y poner en valor los productos y servicios innovadores, relacionados con la nueva economía. Desde esta plataforma se quiere impulsar un cambio positivo en los hábitos de consumo y participar en el impulso de la acción climática, contribuyendo a los objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo del Clima de París.