Tres glaciares de la Antártida se derriten a un ritmo sin precedentes por el calentamiento del mar

Posted by aclimaadmin | 26/10/2016 | Sektoreari buruzko albisteak

Un día después de que la Organización Meteorológica Mundial anunciara que las concentraciones globales de CO2 alcanzaron en 2015 un nivel récord (superando por primera vez las 400 partes por millón) y seguirán por encima de ese nivel durante todo 2016, llega otro preocupante estudio sobre la salud del planeta: tres glaciares de la Antártida occidental perdieron hielo a un ritmo sin precedentes entre 2002 y 2009.

El deshielo que se está registrando en esa zona del continente helado es el más rápido que ha sido observado hasta ahora y ha sido documentado por la investigadores de la NASA y la Universidad de California en Irvine utilizando mediciones realizadas por aviones. Los detalles de este nuevo estudio se publican esta semana en la revista Nature Communications y completan los recabados por otra investigación que el pasado agosto apareció en Geophysical Research Lettersy que utilizó también datos de satélites.

Según señalan los autores del estudio publicado esta semana, los glaciares Smith, Pope y Kohler perdieron cientos de metros de hielo entre 2002 y 2009. Su hipótesis es que el flujo de agua más cálida bajo las capas heladas de la bahía del Mar de Amundsen aumentó significativamente desde mediados de la década del 2000.

Agua más cálida

La región antártica que se encuentra junto al Mar de Amundsen alberga algunos de los glaciares que están experimentando un deshielo más rápido en el planeta. El agua cálida del océano fluye por las cavidades continentales que hay bajo el hielo, de modo que lentamente va erosionándolo, especialmente en las llamadas líneas de tierra de los glaciares (grounding line, en inglés), como se denomina al lugar en el que el glaciar se encuentra con el océano. Hasta ahora, la cantidad exacta de hielo que había desaparecido apenas había sido cuantificada.

Ala Khazendar, autor principal del estudio, y sus colegas usaron datos recabados por los aviones de la misión Icebridge de la NASA. Este programa estadounidense utiliza los instrumentos a bordo de los aviones para hacer mapas de la Antártida y el Ártico una vez al año con el objetivo de monitorizar la extensión de hielo y poder evaluar su evolución. Los vuelos sobre Groenlandia, en el Ártico, se realizan entre marzo y mayo, mientras que la Antártida se sobrevuela entre octubre y noviembre. En el marco de la misión IceBridge también se realizan estudios más pequeños en otras zonas del planeta.

Los investigadores examinaron las variaciones en los niveles de deshielo y en las posiciones de las líneas de tierra de esos tres glaciares de la bahía del Mar de Amundsen. Entre 2002 y 2009 los tres experimentaron un intenso y desequilibrado deshielo aunque los datos más preocupantes fueron los del glaciar Smith, que perdió 70 metros al año, y en total, su espesor de hielo se redujo en medio kilómetro.

Los resultados de este estudio, afirman sus autores, reflejan cómo la interacción entre las condiciones que se dan en el océano y la superficie que hay bajo un glaciar puede influir en su masa helada. Esta información ayuda a los científicos a determinar de una forma más precisa cuánto hielo se va perder en el futuro y el aumento en el nivel del mar global.

«Nuestra pregunta principal es cómo el sector de la Antártida occidental del Mar de Amundsen contribuirá al aumento del nivel del mar en el futuro,particularmente, siguiendo nuestras observaciones de cambios masivos en el área a lo largo de las dos últimas décadas», ha explicado Bernd Scheuchl, autor principal del estudio publicado en agosto, en un comunicado. «Utilizando los datos por sátelite seguimos midiendo la evolución de las líneas de tierra de estos glaciares, que nos ayudan a determinar su estabilidad y cuánta masa ganan o pierden», añade Scheuchl, cuyo equipo utilizó también datos del satélite Sentinel 1 de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de ERS-1 y ERS-2.

La línea de tierra del glaciar Smith retrocedió desde 1996 dos kilómetros al año, mientras Pope retrocedió 0,5 km. al año. Kohler también retrocedió pero desde 2011 su línea de tierra ha avanzado 2 kilómetros.

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