La mayoría de las empresas de agua no solo están dispuestas, sino que cuentan ya con la capacidad y la tecnología necesarias para aumentar de manera importante la cantidad de aguas regeneradas. Por este motivo, las fuentes del sector apuntan a dos frenos indiscutibles: la gobernanza y la concienciación social, aunque este última parece tambalearse dados los resultados de una reciente encuesta.
“Una percepción negativa anticipada del reciclaje de agua, o la reutilización de aguas residuales, se cita con frecuencia como un obstáculo cuando se llevan a cabo proyectos de reciclaje de agua a gran escala. Sin embargo, las encuestas han revelado que
el público está más abierto al reciclaje de aguas residuales de lo que históricamente ha creído el sector del agua”, destacan desde el Water Reuse Europe, artífice del análisis junto a la Universidad de Cranfield.Para llegar a esta conclusión emitieron un cuestionario centrado en el agua reciclada para beber y los nutrientes recuperados para cultivar alimentos a más de 2500 participantes en el Reino Unido, España y los Países Bajos. Los resultados mostraron que
en España el 73% de los encuestados apoyó o apoyó firmemente el uso de agua reciclada para beber, en comparación con el 67% en el Reino Unido y el 75% en los Países Bajos.
También observaron un apoyo del 80% cuando fueron preguntados por consumir alimentos cultivados con nutrientes recuperados de las aguas residuales. Heather Smith, profesora principal de Gobernanza del Agua en la Universidad de Cranfield, señala que esto se debe a la percepción de una conexión más cercana entre el agua limpia y las aguas residuales que los nutrientes y los alimentos recuperados.
“Observamos los factores que impulsan las reacciones de la gente y hay una poderosa influencia de lo que llamamos normas sociales. Las opiniones tanto sobre el agua reciclada como sobre los alimentos se vieron fuertemente afectadas por las creencias en sus redes inmediatas”, añade Heather Smith.
Por su parte, Jos Frijns, líder del equipo de gestión y gobernanza de la resiliencia en KWR, explica que la aceptación varía según la confianza establecida hacia la gestora del agua: “Un elemento en la aceptabilidad del reciclaje de aguas residuales se relaciona con la confianza. Confíe en la calidad del agua y la experiencia del personal, pero también confíe en la organización que brinda el servicio”.
“Este nuevo entendimiento ayudará a aliviar la percepción de que el público va a reaccionar mal ante este tipo de esquemas. Sin embargo, tiene que haber una estrategia a más largo plazo de participación pública. Comprender la percepción pública de este tipo de soluciones es solo una parte del rompecabezas”, concluye Heather Smith.
Fuente: El Ágora