La cumbre de aniversario de París se cierra con otra llamada a la ambición climática

Posted by aclimaadmin | 17/12/2020 | Noticias del Sector

La Cumbre de Ambición Climática 2020, organizada de manera virtual este fin de semana por la ONU, el Reino Unido y Francia, se ha clausurado con el anuncio del regreso de Estados Unidos al Acuerdo de París y los aumentos de ambición de China y la Unión Europea

A pesar de las dificultades, el Acuerdo de París sigue más vivo que nunca. En el quinto aniversario de este histórico pacto, los líderes mundiales se han reunido este fin de semana de manera virtual durante la Cumbre de Ambición Climática 2020, organizada por la ONU, el Reino Unido y Francia. El objetivo no era otro que el de urgir a todos los países a alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2050, en un año en el que la pandemia ha obligado a posponer el principal evento internacional de negociación climática, la COP. Sin embargo, esta cumbre telemática ha servido también para constatar el regreso de Estados Unidos a la lucha contra el calentamiento global y el papel de liderazgo que actualmente han asumido dos gigantes como China o la Unión Europea.

Eso sí, para lograr frenar el cambio climático no basta con promesas de reducción de emisiones y transición energética: es necesario pasar de las palabras a los hechos. Por eso, al inaugurar este evento virtual donde participaron más de 75 dirigentes y entidades, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió a los jefes de Estado y de Gobierno declarar una “emergencia climática” en sus territorios “hasta que se alcance la neutralidad de carbono”.

Es más, este veterano diplomático portugués quiso avisar de que, a día de hoy, todavía “no se avanza en la dirección correcta”. “Si no cambiamos de rumbo, podemos encaminarnos a un aumento catastrófico de la temperatura de más de tres grados este siglo”, ha añadido Guterres, que ha lamentado que hasta ahora solo unos pocos países (apenas 15, según los datos de Climate Action Tracker) hayan revisado ya al alza sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés), en las que se recogen los planes de cada país para recortar emisiones en la siguiente década.

Sin embargo, varios compromisos clave han conseguido hacer olvidar esta falta generalizada de aumento de ambición. Por un lado, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha asegurado que el país regresará al Acuerdo del Clima de París “el primer día” de su presidencia, y que convocará una cumbre mundial sobre el tema en sus “primeros 100 días” en la Casa Blanca. Es más, Biden ha agregado que su Administración aumentará “la ambición de los objetivos domésticos” sobre el clima y pondrá “al país en un camino sostenible para alcanzar emisiones netas cero no más tarde de 2050”.

Pero más allá de esta promesa del que es el segundo mayor contaminador del mundo, otras dos potencias han demostrado su intención de liderar la acción climática. En primer lugar, la Unión Europea consiguió acordar justo esta semana un objetivo de recorte a 2030 del 55% respecto a los niveles de 1990, lo que supone 15 puntos más que el anterior. Pero es que, además, el principal emisor de carbono del planeta, China, también quiso anunciar la revisión al alza su NDC, con la intención de alcanzar su techo de emisiones de dióxido de carbono antes de 2030.

Concretamente, el presidente chino, Xi Jinping explicó que el gigante asiático reduciría sus emisiones por unidad de PIB más de un 65% para 2030 respecto al nivel de 2005, lo que supone un aumento de la ambición del 5% respecto a lo anunciado el pasado septiembre. Además, el mandatario chino ha asegurado que también aumentará cinco puntos más la participación de los combustibles no fósiles en el consumo de energía primaria y que multiplicará casi por tres su capacidad eólica y solar actual.

En cualquier caso, estas buenas noticias no son suficientes. De la cita de hoy, dirigida a tomar impulso de cara a la COP26 de 2021, quedaron excluidos grandes países contaminantes como Rusia, México, Arabia Saudí y Australia, pues los organizadores consideraron insuficientes sus compromisos climáticos. Y es que, desde la histórica cumbre de París en 2015, las emisiones de CO2 a la atmósfera han aumentado de 53.000 millones de toneladas a unos 55.000 millones actualmente, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP).

Sánchez participa en la cumbre

Por su parte, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se ha comprometido durante su intervención en la cumbre a que un 97% del consumo de energía en su país se cubra con fuentes renovables para 2050. “La acción climática no es solo una inversión potencial para nuestras economías, que lo es, sino que es una obligación para la seguridad de nuestros ciudadanos y ciudadanas, así como también una garantía de futuro para las próximas generaciones”, ha afirmado el político socialista.

Sánchez ha recordado que el Ejecutivo español emitió en enero una declaración de emergencia climática, en mayo presentó un proyecto de ley de cambio climático y transición energética y, en septiembre, adoptó un plan nacional de adaptación al cambio climático. Además, ha anunciado “un nuevo impulso a todo este compromiso” del Gobierno y la sociedad española, con la reciente aprobación de la Estrategia de descarbonización a largo plazo para alcanzar la neutralidad climática en 2050.

También ha anunciado nuevas medidas el primer ministro británico, Boris Johnson, que participó como coanfitrión de la cumbre, antesala de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático COP26, que organizará el Reino Unido el próximo noviembre en Glasgow. Johnson ha asegurado que apostar por un desarrollo verde “no es de eco-frikis”, sino que tiene sentido económico porque permitirá crear “millones de empleos”.

Es más, Johnson ha explicado que su país, que se ha comprometido a reducir las emisiones en un 68% sobre niveles de los años 90 del siglo XX para 2030, se convertirá en “la Arabia Saudí de la generación de energía eólica” en la próxima década. En este sentido, el Gobierno británico ha anunciado este fin de semana que dejará de financiar mediante préstamos y ayudas proyectos de petróleo, gas y carbón con participación británica en el extranjero, en los que en los últimos cuatro años ha invertido 21.000 millones de libras (unos 23.000 millones de euros).

Por último, en esta cumbre virtual también ha participado el papa Francisco, que quiso aprovechar su intervención para asegurar que “ha llegado el momento de un cambio de rumbo” en la defensa del medioambiente “para no robar a las nuevas generaciones la esperanza en un futuro mejor”. En su discurso, ha destacado que “la actual pandemia y el cambio climático, que tienen una relevancia no sólo ambiental, sino también ética, social, económica y política, inciden, sobre todo, en la vida de los más pobres y frágiles”.

Fuente: El Ágora 

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