Definir lo que cuenta como «reciclable» se ha convertido en un punto de discusión en la revisión de la ley de residuos de envases de la UE, con los recicladores presionando por objetivos altos y los fabricantes preocupados por que los productos no alcancen el umbral.
En noviembre, la Comisión Europea planea presentar su revisión de la directiva de envases y residuos de envases para alinear la ley anterior con los objetivos ambientales de la UE, incluido el objetivo de que todos los envases sean reciclables o reutilizables para 2030.
Algunos aspectos de la revisión, como la idea de lograr una mayor armonización en toda la UE al convertir la directiva en un reglamento, cuentan con un amplio apoyo.
Pero la definición de lo que es “reciclable” está resultando polémica.
Según fuentes familiarizadas con el proceso de redacción, la Comisión Europea quiere establecer por ley que el 95% del peso de los envases debe ser apto para el reciclaje para que cuente como reciclable.
Sin embargo, este objetivo es «extremadamente controvertido», según Clarissa Morawski, directora ejecutiva y cofundadora de Reloop Platform, un grupo de expertos.
“Cuestiona mucho cosas como los tipos de empaques de múltiples materiales, como Tetra Pak, Polypouches o EXKI, donde tiene un recipiente de papel, pero tiene una tapa de plástico”, explicó.
El 95% «sin duda sería muy alto», dijo Annick Carpentier de Alliance for Beverage Cartons and the Environment (ACE), que representa a empresas papeleras como Stora Enso y fabricantes de cartón para bebidas como Tetra Pak.
Si bien depende de cómo calcule la Comisión si se alcanza el umbral, advirtió que una medida estricta podría significar potencialmente que «el 90% de los envases en el mercado no cumplirían el objetivo».
En una reunión de la UE a principios de este año, todos los actores de la industria dijeron que este umbral sería «escandaloso y de facto prohibiría los formatos de empaque», advirtió.
Mientras tanto, el organismo de la industria del reciclaje EuRIC apoya una definición sólida para garantizar que la reciclabilidad real se realice en los envases comercializados.
“No podemos darnos el lujo de tener productos de vida útil muy corta que no son reciclables cuando llegan al final de su vida útil”, explicó Emmanuel Katrakis, secretario general de EuRIC. Los productos aún deben ser funcionales, pero los productores también deben observar el diseño para asegurarse de que sean fácilmente reciclables al final de su vida útil, agregó.
Ya existe una definición global de reciclabilidad para los envases de plástico, establecida por la Asociación de Recicladores de Plásticos y Recicladores de Plásticos de Europa en 2018. Para cumplir con esto, los envases deben cumplir ciertas condiciones, entre ellas, estar hechos de un tipo de plástico que ya se recolecta y reciclado mediante procesos comerciales que lo convierten en materia prima para ser utilizada en nuevos productos.
Casilla para la reciclabilidad
Además del umbral del 95 %, la Comisión Europea está considerando criterios de reciclabilidad y una lista negativa de tipos de envases para eliminar los procesos que impiden el reciclaje.
“Quieren tener una serie de criterios, como que reciclabilidad significa verificar, verificar, verificar, verificar”, dijo Morawski a EURACTIV.
Sin embargo, una lista negativa tendría que actualizarse regularmente para mantenerse al día con los cambios en la tecnología, dijo Maria Vera Duran de EuRIC.
Carpentier criticó una lista negativa, diciendo que no permitiría la innovación ni tomaría en cuenta el potencial de un tipo de empaque para volverse reciclable.
En cambio, apoya las pautas de «diseño para el reciclaje», que reconocerían la composición y la funcionalidad, brindarían detalles técnicos sobre lo que es compatible con el proceso de reciclaje y lo que debe probarse para ver si el producto puede reciclarse.
“Creemos que es lo suficientemente técnico para ser robusto y no tirar al bebé con el agua del baño”, dijo.
Las reglas del ejecutivo de la UE también podrían significar que algo solo es reciclable si existe la posibilidad de reciclarlo a escala, con un plazo de tres años para nuevas innovaciones para desarrollar un proceso de reciclaje.
“Básicamente, lo que les están diciendo a los innovadores es ‘tengan cuidado con sus innovaciones, reconozcan que, si quieren vender en todos los países de Europa, deben poder recolectarlas a través del sistema municipal y reciclarlas a escala. ‘”, dijo Morawski.
La colección es clave
Pero definir la reciclabilidad no garantizará el reciclaje, advirtió Carpentier, quien le dijo a EURACTIV que se necesita desesperadamente una mejor recolección.
“Si no se aborda el aspecto de la recolección, no tiene sentido imponer una definición de reciclabilidad muy ambiciosa”, explicó.
Si bien ciertos plásticos de alta calidad tienen un objetivo de recolección obligatorio según la directiva de plásticos de un solo uso, esto no se extiende a otros materiales de embalaje.
Carpentier, por lo tanto, pidió a la Comisión Europea que introduzca objetivos de recolección vinculantes similares en la próxima ley de empaques de la UE.
“Tan pronto como se adopta un objetivo de recolección, la industria sabe que los volúmenes serán predecibles y seguros, y eso sin duda desencadenará inversiones en tecnologías de clasificación y reciclaje”, dijo.
Cualquiera que sea el texto final, debe haber una implementación y cumplimiento «mucho mejor» de las obligaciones de recolección separada existentes para eliminar las disparidades entre los países de la UE y garantizar que los envases lleguen al reciclador, dijo Katrakis.
Fuente: Euractiv