La innovación, impulsora de una economía circular de los residuos

Posted by aclimaadmin | 07/10/2022 | Sector News

La economía circular es una aproximación económica relacionada con la sostenibilidad, a su vez un concepto de compromiso y equilibrio para conseguir una buena gestión de los recursos a largo plazo, favoreciendo acciones que racionalizan su demanda y que evitan su agotamiento disminuyendo la presión que se ejerce sobre ellos. Su objetivo es activar una alternativa a la economía lineal con la que se impida que productos y materiales se conviertan en residuos, bien prolongando su vida útil el mayor tiempo posible, bien activando mecanismos que permitan su vuelta a la fase de uso.

La innovación, por su parte, es una actividad llena de matices que no es fácil de definir perfectamente. Sin embargo, a efectos prácticos, es un proceso, en el que se modifican elementos que ya existen o se introducen otros, que son completamente nuevos, para dar lugar a productos y servicios mejorados o novedosos.

Es evidente que, para conseguir transitar desde el modelo económico lineal clásico, en el que se asume el consumo de cuantiosos recursos y la generación de residuos, hasta el modelo económico circular futuro, que quiere mitigarlos, se debe contar con la innovación. El Centro Tecnológico GAIKER, desde su Ámbito de Reciclado y Economía Circular, cuenta con varios años de experiencia en el desarrollo e implantación de acciones innovadoras para mejorar la gestión de los residuos y activar su economía circular.

Entre las acciones habituales destacan aquéllas en las que se favorece el cierre de ciclo de los recursos posibilitando la recuperación y el reciclado de los residuos. Así, las tecnologías de separación, basadas en las diferencias de propiedades de los materiales o la posibilidad de reconocerlos automáticamente a través del análisis de composición o de imagen, han dado lugar a desarrollos que permiten separar y recuperar substancias, como metales, plásticos o áridos, con alta calidad. También las tecnologías para tratar plásticos empleando procesos de reciclado químico, basados en la aplicación controlada de calor o medios líquidos muy definidos, que transforman los polímeros en los constituyentes que los originaron, han dado lugar a desarrollos que permiten obtener tanto productos químicos de base como monómeros de alta pureza. En ambos casos, bien con una vía de innovación tecnológica que activa el reciclado mecánico, bien con otra que activa el reciclado químico, se ha conseguido, que residuos que antes se enviaban al vertedero, porque era inviable tratarlos, ahora se puedan aprovechar, directa o indirectamente, como materiales reciclados que vuelven a los circuitos productivos.

Otras acciones, también frecuentes, englobadas en la idea de ecodiseño, son las que se anticipan a tener que realizar el tratamiento de residuos al prevenir que éstos se generen o que, si lo hacen, sea transcurrido más tiempo o en menor cantidad. Se trata, por un lado, de ralentizar los ciclos de los productos a través de diseños que alarguen de partida su vida útil (diseño para durar) o que permitan extenderla al favorecer la reparación y la actualización (diseño para el reciclado). Por otro lado, pero de forma simultánea, bajo la premisa de más por menos, se buscan diseños que consuman menos recursos en las fases de fabricación y uso, pero proporcionando el mismo o un mayor servicio ajustando el uso de componentes y materiales en los productos o el consumo de energía.

Por último, se ha de tener en cuenta que, a corto-medio plazo, los objetivos legales de reciclado serán más estrictos, los vertederos progresivamente menos accesibles, las materias primas más escasas y la energía más cara, con lo que prácticamente se tendrá que evitar el residuo y aprovechar todo empleando casi cualquier alternativa técnica que se pueda desarrollar.

El futuro de gestión de residuos se prevé que estará soportado en continuar con toda innovación que favorezca la economía circular. La industria productiva y manufacturera aprovechará mejor los recursos y generará menos residuos, ecodiseñará sus productos, contará con nuevos materiales más ligeros, resistentes, funcionales, reciclables, de origen renovable y trabajará con materiales reciclados. La industria recicladora será más tecnológica y se hará cargo de residuos nuevos y más complejos, que tratará automáticamente al incorporar una separación de materiales asistida por sensores con alta resolución y combinando varias técnicas de identificación o un desensamblado de componentes asistido por robots. Los procesos de reciclado químico también evolucionarán y serán más selectivos hacia un producto y se combinarán con procesos biotecnológicos para tratar algunos residuos muy específicos. El ecodiseño será una parte integral de la fabricación de los productos que se podrán desmontar y reparar más fácilmente. Además de lo anterior, las tecnologías digitales contribuirán a la trazabilidad, dando soporte al intercambio y al flujo de información entre actores, a lo largo de las cadenas de valor de los sectores industriales, necesarios para aumentar la circularidad. Por último, la innovación en el modelo de negocio, la migración desde la compra y venta hacia el uso compartido, el pago por uso o el leasing, será la última pieza para evitar residuos y activar la economía circular.

Fuente: Retema

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