Restaurar el flujo de las mareas en humedales de agua dulce es fundamental para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a alcanzar los objetivos de reducción de carbono de Australia, según un estudio dirigido por la Universidad de Griffith.
El estudio, publicado en Restoration Ecology, compara las emisiones de gases de efecto invernadero de los humedales costeros de agua dulce confinados con las de los manglares y marismas bajo el efecto de las mareas en la cuenca Burdekin de Queensland.
«Los humedales de agua dulce confinados, creados cuando se restringe artificialmente el flujo de las mareas a los humedales costeros, emitían más de 100 veces más metano que los manglares y las marismas«, afirma el autor principal, Charles Cadier, doctorando del Australian Rivers Institute y del Coastal & Marine Research Centre.
Los humedales costeros bajo la influencia de las mareas, como manglares, marismas mareales y praderas marinas, se conocen como ecosistemas de «carbono azul» por la capacidad de sus suelos de acumular gran cantidad de carbono. Aunque ocupan menos del 2% de la superficie oceánica, son responsables de casi el 50% del almacenamiento de carbono en los sedimentos marinos.
«En el último siglo, los humedales han disminuido rápidamente en todo el mundo, y el cambio en los usos del suelo ha afectado a la capacidad de los humedales costeros para capturar carbono», explica la coautora del estudio, Fernanda Adame Vivanco, investigadora del Australian Rivers Institute y del Coastal & Marine Research Centre.
«Cuando el carbono almacenado en los suelos se altera y se expone al oxígeno, el dióxido de carbono se libera a la atmósfera, con lo que pasan de ser de sumideros a ser fuentes de gases de efecto invernadero». La restauración de humedales de agua dulce confinados puede proporcionar una opción de reducción de emisiones
Los humedales de agua dulce son también la mayor fuente natural de metano, un potente gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento 25 veces mayor que el dióxido de carbono. Se cree que los humedales de agua dulce son responsables de una cuarta parte de las emisiones mundiales de metano.
«Las condiciones de encharcamiento de estos humedales confinados favorecen la producción de metano por las bacterias del suelo, por lo que emiten mucho más metano que los manglares y las marismas», explica Cadier.
“Según nuestro estudio, los humedales de agua dulce confinados emiten unas 100 veces más CO2 que los manglares y las marismas».
La Dra. Adame sugiere que «el restablecimiento del flujo de las mareas en los humedales de agua dulce es probable que reduzca significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, en concreto por la menor producción de metano».
«Esto es generalmente el resultado de la modificación de las propiedades del suelo, favoreciendo las comunidades bacterianas que desplazarán a las productoras de metano».
El Sr. Cadier concluye que, «aunque los proyectos de restauración de marismas en la Gran Barrera de Coral deben considerar el valor de cada tipo de humedal y evitar un único enfoque, la restauración de humedales de agua dulce confinados puede proporcionar una opción de reducción de emisiones que ayude a cumplir los objetivos de reducción de emisiones de carbono de Australia, en particular respecto a inventivos por emisiones de metano evitadas.»
Fuente: iAgua