El mercado funciona segĆŗn el principio de ālimitación y comercioā y se aplica a 11.000 empresas europeas de sectores conocidos por su emisión de gases de efecto invernadero (industria, energĆa, transporte aĆ©reo). Cada aƱo, la Unión Europea asigna gratuitamente derechos de emisión a las empresas afectadas. Si emiten menos dióxido de carbono que el limite mĆ”ximo de la cuota que tienen, pueden vender el saldo en el mercado. En el caso contrario, deben comprar este derecho. El objetivo es animar a las empresas a reducir su huella de carbono.
En los paĆses europeos en los que la electricidad se produce en centrales de carbón, el precio por tonelada de CO2 tambiĆ©n influye en el coste por kilovatio-hora. Por eso, cuando el mercado del carbono es escaso, algunas empresas prefieren cambiar a una energĆa mĆ”s limpia. Pero a partir de cierto nivel, pueden acabar repercutiendo este coste adicional en sus precios, con el riesgo de perder parte de sus clientes.
Un boom de precios sin lĆmites reales
A 44 euros, la tonelada de CO2 alcanza un nuevo mÔximo histórico. Ha superado su mÔximo de 2008, de 31 euros, que dio paso a un desplome del precio hasta los 2,7 euros/tonelada en 2013. La Unión Europea reaccionó entonces decidiendo retirar las cuotas excedentes a partir de 2019, lo que generó un repunte del precio hasta los 30 euros/tonelada. La adopción en diciembre de 2020 del «pacto verde» de la Unión Europea, que prevé una reducción del 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE para 2030, supuso una nueva sacudida. Anticipando una drÔstica reducción de los derechos disponibles, el mercado estÔ empezando a desbocarse.
En teorĆa, el precio del carbono no tiene lĆmite. Un mercado en el que la oferta empieza a escasear puede ver cómo sus precios se disparan hasta niveles irracionales. Sobre todo, porque el mercado del carbono estĆ” atrayendo a los fondos de cobertura (hedge funds), que ven en la tonelada de CO2 un nuevo activo con gran potencial de subida. Ā”Un patrón peligroso para las empresas que necesitan comprar estos derechos! Por encima de los 50 euros por tonelada, los sectores del cemento y el acero podrĆan empezar a sufrir seriamente. Por otro lado, las empresas mĆ”s Ā«verdesĀ» de las 11.000 afectadas encontrarĆan una poderosa ventaja competitiva.
Existe un escudo protector contra la escalada de precios: la voluntad europea. No olvidemos que el mercado del carbono es una herramienta polĆtica que pretende influir en el comportamiento de las empresas. Su objetivo es evitar penalizar la competitividad del Viejo Continente. Sin embargo, en un mundo en el que el desarrollo sostenible ha adquirido una importancia considerable, la UE podrĆa mantener la mano dura con los Ā«malos alumnosĀ». Por tanto, no se puede descartar una fuerte subida de los precios.
La inversión «responsable» se convierte en una necesidad
Podemos asegurar una cosa: el tema ilustra hasta quĆ© punto el desarrollo sostenible se estĆ” convirtiendo, y seguirĆ” haciĆ©ndolo, en una cuestión tanto Ć©tica como financiera para las empresas. Los grandes emisores de carbono se enfrentan a nuevos riesgos, que van desde un golpe reputacional hasta el seƱalamiento polĆtico. El āgreenwashingā publicitario ya no serĆ” suficiente para salvar a las empresas que no hagan verdaderos esfuerzos por cambiar. Y el hacha puede caer antes de lo que pensamos.
Para los inversores, la toma de consciencia de este tema se ha convertido en algo esencial. La estrategia medioambiental de las empresas es ahora uno de los principales criterios que hay que analizar para anticiparse a los riesgos y construir carteras resistentes. Este enfoque permite identificar a las empresas mÔs avanzadas en este Ômbito, asà como a las que estÔn realizando los progresos mÔs tangibles para diferenciarse de la competencia.
La selección sigue siendo la palabra clave. Desde el aƱo pasado, muchas empresas āverdesā han alcanzado niveles de valoración excesivos. Las modas siempre serĆ”n el peor enemigo de un inversor: el desarrollo sostenible no es una excepción a la regla y debe abordarse con una mente ilustrada para separar el grano de la paja.
Fuente: El Mundo Financiero