Las posibilidades de las aguas residuales en la economía circular

Posted by aclimaadmin | 27/10/2022 | Sector News

La recuperación de energía y recursos a partir de las aguas residuales es una tendencia prometedora para el sector del agua; la economía circular avanza y las aguas residuales dejan de considerarse un residuo. En un artículo de la CNN, el microbiólogo y periodista científico Bryn Nelson ofrece algunos fragmentos de su próximo libro, titulado en inglés «Flush: The Remarkable Science of an Unlikely Treasure», que explora las infinitas posibilidades que ofrecen las heces como recurso.

Un campo que ha hecho avanzar la innovación en la gestión de residuos hacia una economía circular es la exploración espacial. La capacidad de convertir los residuos en materiales útiles -como combustible o materias primas para la impresión en 3D- se considera fundamental para las futuras misiones espaciales, que se prevé que duren dos o tres años. A diferencia de las tripulaciones actuales en la Estación Espacial Internacional, los astronautas en viajes largos no podrán tener la ayuda de misiones para entrega de suministros o llevarse la basura.

Una opción para producir combustible para un viaje de vuelta desde Marte consistiría en reutilizar los residuos que genera la tripulación para producir combustible. Otro posible uso de la orina y las heces sería utilizar el agua extraída de ellas, así como los residuos esterilizados, para llenar los compartimentos que recubren una cápsula espacial, con el fin de proporcionar un escudo contra la radiación. La densidad de los núcleos de los átomos en el agua es mayor que en los metales, por lo que bloquean mejor la radiación cósmica dañina.

De vuelta a la Tierra, las plantas de tratamiento de aguas residuales tienen un papel importante en la economía circular, como instalaciones de recuperación de recursos. Muchas plantas utilizan la digestión anaerobia para generar gas biometano a partir de las aguas residuales, que se utiliza como combustible. Zeynep Cetecioglu Gurol, profesora del KTH Royal Institute of Technology de Estocolmo (Suecia), y otros investigadores están estudiando la creación de bioplásticos a partir de compuestos orgánicos que se generan durante la producción de biogás. Otras formas de producir bioplásticos es mediante bacterias que se alimentan de material orgánico y producen polihidroxibutirato, o PHB, un tipo de bioplástico.

Los lodos de depuradora, un subproducto del tratamiento de aguas residuales, contienen valiosa materia orgánica y nutrientes, y se utilizan como fertilizante. Pero una parte de los lodos se sigue incinerando o depositando en vertederos. Investigadores del Real Instituto de Tecnología de Melbourne (Australia) están utilizando estos biosólidos para fabricar ladrillos. Esta innovación aborda dos problemas medioambientales: reduce la cantidad de biosólidos que hay que eliminar y reduce la cantidad de arcilla que se extrae para la fabricación de ladrillos. Se ha comprobado que los ladrillos fabricados con un 15% de biosólidos cumplen los requisitos de ingeniería, lo que abre la puerta al reciclaje de millones de toneladas de residuos. Otro equipo del Instituto de Melbourne está estudiando el uso de biosólidos en bruto, pirolizados (biocarbón) y en forma de cenizas (biocenizas) como materiales en lugar de cemento.

Si estas ideas parecen descabelladas, fíjese en esto: en la región italiana de Lombardía, el empresario agrícola Gianantonio Locatelli y sus socios tuvieron la idea de transformar las 150 toneladas de estiércol producidas diariamente por una granja lechera en un proyecto ecológico, productivo y cultural futurista, el Museo de la Mierda (Museo della Merda). El estiércol se utiliza para producir energía eléctrica y abono para la granja. El museo lleva a cabo actividades educativas y de investigación, como la producción de objetos de uso cotidiano a partir del estiércol, incluida la invención y patente de Merdacotta®, un material cerámico fabricado con estiércol, arcilla, paja y residuos agrícolas. Venden macetas, azulejos e incluso vajillas hechas con él, y el inodoro Merdacotta®, «un receptáculo para la mierda hecho de mierda», una réplica de un inodoro clásico de los años 20 que expresa la circularidad de la producción en el museo.

La reutilización de las heces como parte de productos de consumo, como los bioplásticos, puede enfrentarse al “factor asco” como obstáculo, pero no olvidemos que, aunque el factor asco se consideraba una barrera para la reutilización de las aguas residuales, estudios recientes han revelado que las percepciones están cambiando y el público apoya el uso de agua reciclada para consumo, y el consumo de alimentos cultivados con nutrientes recuperados de las aguas residuales; la puerta está abierta a las oportunidades que ofrece la economía circular.

Fuente: iAgua

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