Las grandes del Ibex han vuelto a llamar a las puertas del mercado para colocar deuda verde, y con éxito. En una sesión marcada por el tono positivo en las bolsas, Iberdrola ha marcado un récord de financiación a nivel mundial: ha emitido el mayor bono híbrido verde de la historia, por 2.000 millones de euros.
Con este hito, la eléctrica cumple, con el año recién empezado, con su objetivo de realizar operaciones híbridas en 2021 por importe de 2.000 millones (una meta que se incluye en su plan estratégico).
La operación se ha estructurado en dos tramos, ambos perpetuos, pero con una fecha de recompra: a los 6 años en el primer tramo, y a los 9 en el segundo. Posteriormente, podrá recomprarlos con periodicidad anual, coincidiendo con la fecha de pago de los cupones.
El cupón ha quedado fijado en el 1,45% y en el 1,825%, respectivamente. Ambos se hallan por debajo del cupón mínimo pagado hasta la fecha por la compañía en una operación de estas características (1,874% en el tramo a 5,5 años emitido el pasado noviembre). «Estas condiciones resultan muy ventajosas al tratarse de un instrumento subordinado, cuya amortización y pago de cupones dependen de la decisión del emisor», ha destacado la compañía en una nota.
Los fondos obtenidos se destinarán a financiar los parques eólicos marinos Saint Brieuc, en Francia, y Baltic Eagle, en Alemania, dentro del plan de inversiones de 75.000 millones de euros previsto por el grupo para el periodo 2020-2025.
El bono ha recibido una demanda 5 veces superior a la oferta, de más de 10.000 millones. Ello fue posible «gracias a la participación de más de 380 inversores cualificados, de multitud de nacionalidades», señalaron desde la compañía. La colocación ha corrido a cargo de Citi, BBVA, Bank of America, Goldman Sachs, Credit Suisse, Santander, Natixis y Natwest, entre otros.
A fecha del pasado noviembre, la compañía tenía financiación verde por más de 22.000 millones de euros, incluyendo unos 8.000 millones en líneas de crédito ligadas a criterios de sostenibilidad.
Por su parte, CaixaBank ha colocado este martes el que es su segundo bono verde, por 1.000 millones de euros, en una operación para la que la demanda fue mucho mayor, al superar los 3.700 millones. Los fondos captados se destinarán a financiar proyectos de energía renovable y edificios energéticamente eficientes, según ha explicado la entidad en una nota.
CaixaBank tiene una trayectoria mucho más reducida, por ahora, en este tipo de subastas: se estrenó el pasado noviembre como emisor de deuda climática, con un bono de 1.000 millones y a 6 años. Pero esa no fue su única colocación sostenible en 2020, ya que en julio había subastado un bono social por otros 1.000 millones (a 7 años, para paliar los efectos del Covid-19, a través de financiación a pymes y microempresas domiciliadas en las regiones españolas más desfavorecidas).
España es uno de los países líderes en emisiones sostenibles. En 2020 se posicionó la quinta de la Unión Europa por volumen, solo por detrás de Alemania, Francia, Países Bajos y Suecia, de acuerdo con los datos de la Climate Bonds Initiative (CBI). Según la información recabada por Ofiso, el Observatorio Español de la Financiación Sostenible, las empresas y organismos públicos de este país colocaron 9.123 millones de euros de deuda climática. Y casi la mitad de esa cifra, 4.370 millones, la subastaron entidades financieras.
Fuente: El Economista