Desarrollará sus actividades de aquí a 2024 y generará más de 3.000 nuevos puestos de trabajo
La española Indra, involucrada en diversas actividades sobre todo de recogida, almacenamiento y gestión de diversos materiales
Renault está creando la primera fábrica europea dedicada a la economía circular dedicada a la movilidad. Será precursora en el campo de la sostenibilidad en el sector de la automoción “incrementando nuestro compromiso con la preservación del medio ambiente y el clima, así como de las materias primas”.
Lo hará en su actual fábrica de Flins, que estuvo a punto de ser cerrada cuando la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi diseñó su plan de reconversión. Luca de Meo la ha rescatado y dotado no sólo de un contenido nuevo y lleno de tendencias de futuro, sino también de un redireccionamiento de su negocio para que contribuya positivamente a la rentabilidad del fabricante y a la sostenibilidad de sus actividades.
Se espera que la Re-Factoría -que es como la llama el fabricante y que por supuesto la imbrica como uno de las áreas de desarrollo de su plan estratégico Renaulution- tenga una huella negativa de carbono para 2030. La idea es que sus actividades se enfoquen desde un ecosistema productivo abierto, un tanto alejado de las tareas de una planta tradicional, para innovar en otras etapas de la vida de los vehículos.
El fabricante espera que para 2030 esta planta tenga más de 3.000 empleados desarrollando en ella diferentes labores. Y para ello ha diseñado cuatro nuevas áreas de actividad que además estarán muy relacionadas con una amplia red de asociados. Este póquer climático a la vez que de negocio es denominado por el fabricante francés como Re-Acondicionamiento, Re-Energización, Re-Ciclaje y Re-Inicio.
Este ámbito de trabajo se centrará en extender la vida útil de los vehículos y de su uso. En ella el reacondicionamiento de dichos coches se enfocará hacia las áreas de vehículos de ocasión y de flotas. Pero también se renovarán unidades para convertirlas en modelos menos intensivos en carbono, como podrían ser la instalación de sistemas a gas, híbridos o incluso su conversión en vehículos eléctricos. De este modo los productos no sólo emitirán menos, sino que también durarán más en el tiempo.
La pretensión es la de renovar o reequipar hasta 45.000 vehículos de segunda mano al año a partir de septiembre de este mismo año. Igualmente pretende reducir de 21 a sólo 6 días la estancia de sus coches de segunda mano desde la entrada del coche en el stock hasta su reventa, reduciendo así el tiempo que el vehículo está sin uso. La conversión a vehículos electrificados o a gas tendrán como meta su venta a particulares, pero especialmente a flotas profesionales. Una de sus posibles salidas sería su flota de coches compartidos ZITY.
En este terreno la idea es aprovechar todas las oportunidades del nuevo sistema eléctrico para generar soluciones de producción. Ejemplos podrían ser la reparación de baterías -se pretende el tratamiento de hasta 20.000 unidades al año- o la explotación de las oportunidades de la segunda vida de las mismas como sistemas de almacenamiento de energía. En este último aspecto se espera ahondar en soluciones específicas para instalaciones industriales y de uso terciario.
En la segunda vida de las baterías Renault ha comenzado a explorar oportunidades en el sector marino, como por ejemplo equipando los barcos de crucero que recorren el Sena, y también oportunidades en el sector de los cruceros oceánicos. Indra también es socio en la recogida y almacenamiento de estas baterías. Además junto a Veolia y Solvay, Renault ha montado un consorcio para transformar todos los metales obtenidos en materias primas aplicables a la producción de nuevas baterías. También se pretende hacer de esta fábrica una planta pionera en las actividades del hidrógeno de la marca.
Re-Ciclaje
Otro de los enfoques prioritarios será el de la optimización del ciclo de materiales y componentes de los coches. Hasta el 95% de los materiales de los vehículos se pueden recuperar. Esto se desenvolverá tanto en la recogida, el desmantelamiento, la reutilización de piezas en buenas condiciones y por supuesto, el reciclaje. Por ejemplo, su eléctrico ZOE ya contiene hasta 22,5 kilos de materiales sintéticos reciclados, en concreto 17,5 kilos de plásticos inyectados, 3,3 kg de materias textiles y 1,7 kg de otras fibras no tejidas. Este bucle de materiales permitirá incrementar la proporción de estos materiales reciclados en la fabricación de nuevos vehículos.
Junto a la española Indra, en una subsidiaria junto a Suez, Boone Comenor Metalimpex y Gaia, el Grupo Renault ya procesa automóviles en su fin de vida útil y ha demostrado que hay un modelo de negocio rentable al lograr unos beneficios de 562 millones de euros en 2019 con estas actividades.
Re-Inicio
Renault cree que la innovación y el conocimiento compartido son los motores de la economía circular. Por eso en Flins existirá también una incubadora para nuevos emprendedores, que desarrollarán sus conocimientos, así como un campus universitario para acelerar la investigación y la práctica en las nuevas actividades de la movilidad futura. Un ejemplo será el Centro de Excelencia para la Manufactura Avanzada, que pretende ser avanzadilla mundial en aplicaciones como la fábrica 4.0 o el uso de la impresión 3D en automoción.
Con estas cuatro funciones , que irá poniendo en práctica entre 2021 y 2024, Renault espera que se cree un fuerte ecosistema que incida en la eficiencia de los procesos industriales y en la investigación sobre las materias primas agrupado en unas mismas instalaciones. En este año el fabricante planea el establecimiento de la factoría de vehículos usados, la integración de las actividades de remanufactura, así como el lanzamiento de la incubadora de empresas.
Fuente: NIUS Diario