La organización europea Changing Markets Foundation ha realizado el informe Moda sucia: la contaminación en la cadena de suministros del textil está intoxicando a la viscosa, en cuya versión española ha colaborado Ecologistas en Acción, en el que denuncia el impacto mortal que suponen los desechos de productos químicos peligrosos y los gases tóxicos de las fábricas asiáticas. La fundación ha recogido pruebas en algunas zonas de Indonesia, China e India, que muestran la contaminación en la producción de la viscosa, sustancia muy utilizada en la cadena de suministros textiles.
La responsable de campaña de Changing Markets, Natasha Hurley, ha declarado que el informe revela que «algunas de las mayores marcas de moda están haciendo la vista gorda a las prácticas dudosas de sus abastecedores». Y ha reclamado que, en un momento en el que la contaminación del agua es vista cada vez más como un riesgo empresarial, «los minoristas deberían priorizar en sus planes de negocio un cambio hacia modelos de producción más sostenibles».
Además de las investigaciones sobre el terreno, el documento ha contado con las respuestas de las marcas a una serie de cuestionarios planteados por Changing Markets y por la organización Ethical Consumer. El director de esta última, Rob Harrison, ha lamentado que dos tercios de las empresas contactadas «no hayan respondido a las encuestas», incluidas algunas grandes como «Topshop, Asda y Sainsbury’s».
Harrison ha manifestado que las marcas con «grandes márgenes de beneficios» tienen que «hacerse responsables de la salud de sus trabajadores y trabajadoras» y, para dar muestra de ello, deberían ofrecer «los nombres de sus suministradores». Si no lo hacen, el director considera que será «muy probable», en línea con la tendencia europea, que «sus clientes terminen por buscar marcas que se ajusten mejor a sus valores».
Ecologistas en Acción pide a los actores implicados que la producción de viscosa adopte «sistemas de ciclo cerrado» y deje de «verter productos químicos tóxicos en los alrededores de las fábricas». Asimismo, solicita que las marcas de moda impongan «políticas de contaminación cero en todos los eslabones de la cadena de suministros» y realicen «auditorías regulares» que aseguren su cumplimiento.
En la misma línea, la confederación de grupos ecologistas demanda a los actores políticos que exijan «transparencia» en todo el proceso de abastecimiento e introduzcan «criterios ambientales» en las regulaciones del sector y refuercen las ya existentes. Y reivindica que los consumidores tengan la opción de»comprar prendas que demuestren claramente que en su elaboración no se ha utilizado viscosa contaminante».