Os ofrecemos la entrevista que El Correo ha realizado hace unos días a nuestro Presidente, Xabier Caño. En ella se detallan temas de actualidad para el sector.
Desde 2014 Xabier Caño preside el clúster vasco de empresas de Medio Ambiente Aclima, con 124 socios y 11.900 empleos directos, que está llamado a jugar un papel clave en la transición ecológica de Euskadi. El sector acaba de presentar su nuevo plan estratégico, con el horizonte en 2026, donde recoge compromisos como la proyección internacional de sus pymes o la atracción de talento. Llega en un momento en el que el cambio legislativo ha puesto la política medioambiental «en primera línea».
– ¿Están preparadas las empresas vascas para cumplir con los procesos de descarbonización?
– Llevan ya mucho tiempo trabajando en ello. Hace unos años, cuando se creó el régimen de comercio de derechos de emisión, las empresas vascas fueron primeras en adaptarse y verlo como un elemento de competitividad.
– ¿Se quedará alguna atrás?
– Hay un reciente artículo del CEO de BlackRock, Larry Fink, que dice que en el ámbito del cambio climático va a haber dos tipos de empresas: las que lideren el proceso y las que se dejen liderar. Es un cambio de paradigma. Lo puedes coger como una oportunidad para mejorar tu posición de mercado, o te puede coger la marea.
– ¿Sigue saliendo barato no reciclar en Euskadi?
– En esto ha habido un cambio en los últimos años, sobre todo desde que se ha aprobado un nuevo impuesto medioambiental para gravar las actividades que arrojan sus residuos en vertederos o los incineran. No reciclar se ha encarecido, y eso ha supuesto un incentivo para buscar tecnología que dé un segundo aprovechamiento a los vertidos. En impuestos medioambientales estábamos en un grado de desarrollo bajo que nos valió varias sanciones de la Unión Europea por no cumplir los objetivos de desarrollo en fiscalidad ambiental. Eso hizo que algunas operaciones de gestión de residuos fueran demasiado baratas.
– ¿Habrá nuevos nichos?
– En lo que es la definición del plan estratégico no sólo queríamos establecer metas, sino identificar los nichos de oportunidad a futuro, aquellas áreas que en estos cuatro años de plan estratégico pretendemos que se desarrollen por parte de las empresas de Aclima. En las que ya vamos avanzando de manera clara son las de agua limpia y saneamiento, producción y consumo responsable, y salud y bienestar. Donde tenemos más por hacer son acción por el clima, ecosistemas terrestres y ciudades sostenibles. Cada una tiene su listado de acciones. El plan es rupturista por definir objetivos a un gran nivel de detalle y por identificar nichos a futuro.
– ¿Y cuáles son las expectativas de crecimiento?
– Durante el plan anterior hemos crecido en Aclima en términos de socios, un 22% desde el 2019, y presupuesto, un 76%. Ahora estamos en torno al millón de euros. Se han desplegado un montón de ayudas y fondos dirigidos a políticas de innovación en materia medioambiental, y desde Aclima hemos aprovechado esa coyuntura para generar proyectos nuevos de innovación y buscar líneas de financiación. Ahora la expectativa está basada en el mantenimiento de la apuesta de la Unión Europea en estas políticas medioambientales, aunque hay riesgos encima de la mesa como la guerra de Ucrania que pueden redefinir las prioridades. Si los objetivos se mantienen, mantendremos los mismos indicadores.
Ahorrar costes
– ¿Están todos los sectores preparados para los cambios?
– La industria que no estaba especialmente vinculada con el Medio Ambiente ha generado ahora un elemento nuevo de competitividad con el desarrollo al darse cuenta de que la posibilidad de dar un segundo aprovechamiento a sus residuos no solo le permitía ahorrarse el coste de gestión final, sino también generar un valor añadido. Se ha conseguido que los sectores que no tenían esa vinculación, como la siderurgia o la automoción, hayan visto en el Medio Ambiente un elemento de competitividad. Ahora hay pocas empresas que no tengan en su primera línea de estrategia algo relacionado con la economía circular, con el cambio climático o con la Agenda 2030. De las grandes, ninguna.
– ¿Hay recursos suficientes en la administración para controlar los vertidos?
– En los últimos años ha crecido la plantilla del Gobierno vasco en el área de Medio Ambiente, y eso es buena señal en la medida de que tiene más capacidad de desarrollar iniciativas, políticas y normativa, pero es verdad que desde la Unión Europea constantemente se está legislando y generando nuevos nichos y obligaciones jurídicas que no está del todo alineado con las necesidades de personal. Todavía hay un ‘gap’ y hace falta una siguiente adaptación con más recursos, aunque desde luego no estamos como hace cinco o seis años.
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