En el acto de clausura del XXV Congreso Nacional de Auditoría, Azpiazu ha destacado cómo la imagen fiel de una empresa o de una institución no debe limitarse a la información financiera, sino también al reflejo de los riesgos y oportunidades en materia social, ambiental y de gobernanza. Todo ello permitirá conocer el estado real de la misma y las perspectivas de futuro.
A su juicio, la sostenibilidad tiene una importancia creciente para el futuro de las empresas, no solo en el aspecto financiero sino “en el reputacional en relación a su compromiso ambiental, social y de buen gobierno”, ha subrayado en el cierre de este Congreso que se ha venido celebrando desde el miércoles en el Palacio Euskalduna.
“Cada vez se valoran más por los inversores y por los clientes las políticas empresariales relacionadas con las condiciones laborales de los empleados, la igualdad de género, la eliminación de la brecha salarial, así como el respeto de los derechos humanos”, ha subrayado.
Asimismo, ha aprovechado esta ocasión para destacar “el importante papel social que ustedes tienen como auditores. Son los que dan garantía y credibilidad a las cuentas del sector privado y en buena medida a las del sector público y con ello permiten un funcionamiento de nuestra economía social de mercado”.
Una intervención, la del Consejero Azpiazu, que ha rescatado de los libros de historia una perla para la ocasión. Ha recordado cómo la práctica de la auditoría en el Estado español se inició hace casi un siglo precisamente en Bilbao: “Inspirándose en las normas establecidas en Inglaterra por el “Institute of Chartered Accountants”, que había sido creado en 1880, los Contadores Jurados de Bilbao redactaron los estatutos de su colegio, que fueron aprobados el día 12 de enero de 1927”.
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