Euskadi necesita más infraestructuras de gestión y valorización de residuos para ser una sociedad más circular

Posted by aclimaadmin | 27/10/2023 | Aclima bloga

Euskadi es una de las regiones europeas más avanzadas en la aplicación de la Economía Circular, desde 2019 contamos  con una Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030, que se activa en el corto plazo en el  Plan de Economía Circular y Bioeconomía  2024. Si bien todavía queda mucho trabajo por hacer para alcanzar los objetivos propuestos en esta materia.

La visión europea es que en 2050 Europa sea un continente climáticamente neutro, con una economía circular y descarbonizada y, para ello, es imprescindible contar con un sistema de gestión y valorización de residuos avanzado, que permita la reutilización, reciclaje y valorización de los mismos, cumpliendo con el principio de proximidad para limitar al máximo sus impactos ambientales y garantizar su correcto tratamiento. Así, nos encontramos con que Euskadi precisa infraestructuras de gestión de residuos que respondan a los ambiciosos objetivos ambientales que nos marca Europa. Se trata de un asunto clave, estratégico para nuestro entorno y que hemos de abordar todos los agentes implicados desde la objetividad y el compromiso con dar los pasos necesarios para garantizar a las próximas generaciones una sociedad más sostenible, resiliente y competitiva.

Europa lidera globalmente la transición verde y digital hacia una nueva economía, plasmada en el Pacto Verde, un conjunto normativo que establece objetivos a alcanzar antes de 2050 para la prevención de la contaminación, la gestión eficiente de los recursos y residuos, la lucha contra el cambio climático y la preservación de la biodiversidad. Para ello es imprescindible impulsar el sector ambiental, particularmente en lo que se refiere a la gestión de los residuos que generamos en todos los ámbitos de nuestra actividad como sociedad. Avanzar hacia una Economía Circular exige dar pasos efectivos para reducir la generación de residuos, aumentar sus tasas de reutilización y reciclado, y optimizar su valorización.

Residuos en Euskadi

Entre 2010 y 2018 en Euskadi se generaron un 4% menos de residuos, y nuestra media anual ronda las 6.000.000 toneladas. Más de la mitad, un 55%, corresponden a residuos no peligrosos, los residuos de construcción y demolición suponen el 20% del total, el 19% son residuos municipales y un tan solo el 5% corresponden a residuos peligrosos. Esta generación de residuos en nuestro territorio presenta la oportunidad de aprovecharlos, entendiéndolos como lo que en realidad son, recursos valiosos que pueden ayudar a que nuestra economía sea más resiliente y menos dependiente del exterior, al poder introducirlos de nuevo en la cadena de producción y consumo.

Respecto al tratamiento de los residuos, los datos oficiales nos dicen que más de la mitad se recicla (57%), que el 6% se valoriza y menos del 1% se prepara para su reutilización. El problema es que, entonces, nos encontramos con que el 35% se destina a eliminación. Esto implica una pérdida de competitividad, al desechar materiales que podrían ser aprovechados de nuevo.

El Plan de Prevención y Gestión de Residuos de Euskadi 2030 es un documento clave en donde se marca la hoja de ruta a seguir para la transición a la economía circular en la gestión de residuos. Uno de los objetivos establecidos en este plan es alcanzar una cota del 85% en la valorización de residuos no peligrosos, reduciendo hasta el 15% los desechos que acaban en depósito controlado. Y esto no se podrá conseguir si no contamos con una red de infraestructuras ambientales para el tratamiento de estos residuos y su transformación en material secundario de valor.

A destacar también que uno de los elementos fundamentales para que la economía circular sea una realidad en Euskadi es la necesidad de implementar instrumentos que impulsen el mercado de materias secundarias. En este sentido, las administraciones competentes deberían promover iniciativas tales como criterios de reutilización suficientes para ofrecer seguridad jurídica al valorizador o requisitos obligatorios de compra pública verde de estos valiosos materiales.

Si no actuamos con agilidad, esto recursos se transportarán a otros territorios que acabarán soportando su impacto por falta de asunción de nuestra responsabilidad y, además, serán capaces de aprovechar su potencial con lo que iremos en contra del principio de proximidad que rige todas las actuaciones en materia de residuos en la Unión Europea, ya que, como es lógico, tratar los residuos lo más cerca posible de su generación conlleva indudables ventajas, como la reducción de emisiones asociadas al transporte de los mismos, o la generación de mayores oportunidades económicas y de empleo en el territorio. De hecho, la UE es cada vez más restrictiva con el traslado transfronterizo de residuos y persigue evitar que los desechos europeos acaben en otros países, puesto que esto no arregla el problema de los residuos, tan solo cambia el sujeto pasivo de su impacto ambiental.

Not in my backyard (no en mi patio trasero)

Si bien nadie pone en duda que reciclar y tratar los residuos para darles una segunda vida es objetivamente una solución más eficiente y ambientalmente sostenible, cuando se plantea la necesidad concreta de construir una nueva infraestructura de gestión y valorización de residuos enseguida se alzan voces en su contra. Y además a menudo se esgrimen razones de impacto ambiental, cuando, paradójicamente, estas instalaciones vienen a responder a una necesidad ambiental y social, la de recoger y tratar correctamente los residuos producidos en nuestro entorno, evitando de esta manera mayores efectos negativos en el medio ambiente.

Pero la realidad de la coyuntura en la que nos encontramos acabará por imponerse, el cumplimiento de los objetivos de valorización tanto europeos como locales depende del impulso de nuevas infraestructuras capaces de asumir diferentes corrientes de residuos y darles una nueva vida, promoviendo la economía circular. Ante una necesidad perentoria imbricada en el interés público no queda otra salida que encontrar soluciones, basadas en el consenso, que apoyen la creación de nuevas instalaciones ambientales. Y debemos hacerlo con agilidad, si queremos convertirnos en un referente a nivel europeo en material de economía circular.

Frente a las suspicacias solo cabe argumentar con datos los beneficios de desarrollar nuevas infraestructuras para la gestión y valorización de desechos. Y es que la valorización local de nuestros residuos garantiza un mayor cuidado ante impactos ambientales o en la salud, reduce las emisiones asociadas al transporte de los desechos, permite generar empleo, contribuir al crecimiento de la economía, crear nuevos nichos de oportunidad para las empresas, y apoyar al resto de sectores industriales, dando valor a sus residuos para convertirlos en materias secundarias que impulsan cadenas locales de suministro.

Posts Relaccionados

Posted by aclimaadmin | 26 apirila 2024
Paradójicamente tendemos a hacer oídos sordos a la contaminación acústica, minusvalorando sus efectos y gravedad. Pero lo cierto es que la OMS la considera uno de los factores ambientales que...
Posted by aclimaadmin | 19 apirila 2024
Las emisiones europeas de CO2 procedentes de combustibles fósiles han caído un 8% en 2023 respecto al año anterior, lo que supone que se sitúen en su nivel más bajo...
Posted by aclimaadmin | 12 apirila 2024
La UE debería incrementar en 406.000 millones de euros adicionales al año sus inversiones para estar en posición de lograr las metas fijadas en el Pacto Verde. Esta es la...