Para que Europa alcance la neutralidad climática en 2050 es imprescindible desarrollar las tecnologías de captura y eliminación de CO2. Esto solo es viable si se facilita la utilización del carbono recuperado, impulsando una cadena de valor que abarque todo el continente y que permita la captura y transporte del CO2 para su aprovechamiento industrial. Este es el objetivo de la Estrategia de Gestión del Carbono Industrial, presentada recientemente por la Comisión Europea y que se desarrollará en un futuro inmediato, en consonancia con la Ley de Industria Net Zero, el Plan Industrial del Pacto Verde y el Régimen de comercio de derechos de emisión de la UE.
El compromiso europeo con las políticas ambientales tiene su reflejo en el objetivo de convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro en 2050. Un paso decisivo en esta vía se dio hace poco con la propuesta del objetivo climático para 2040 de reducir en un 90% las emisiones de GEI respecto a las de 1990. Una de las consecuencias de este propósito es el impulso de las aplicaciones tecnológicas ambientales, entre ellas las innovaciones relacionadas con el almacenamiento y captura del CO2. Y es que los cálculos de la CE revelan que para ser climáticamente neutra en 2050 Europa requiere capturar hasta 450 millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Para ponderar la dificultad de este reto hemos de considerar que, según BloombergNEF, la capacidad global de captura y almacenamiento de carbono fue de menos de 50 millones de toneladas en 2022.
La Comisión ha adoptado una Comunicación sobre la gestión del carbono industrial, en la que se detalla la contribución esperada de las tecnologías de captura y eliminación de CO2 en el futuro próximo, identificando de igual modo las acciones que deben tomarse a nivel nacional y europeo para permitir el despliegue de estas tecnologías y la infraestructura necesaria para establecer un mercado único para el CO2. Esto significa que la CE está ya trabajando en un paquete regulatorio sobre transporte y almacenamiento de CO2, la Estrategia de Gestión del Carbono Industrial, que englobará todos los aspectos de la gestión de este material, desde el transporte hasta el almacenamiento, la utilización y la eliminación.
La reducción de emisiones englobará a todos los sectores económicos, pero algunos procesos industriales, medios de transporte y la actividad agrícola presentan más dificultades para descarbonizarse. La respuesta sería estas tecnologías capaces de compensar sus emisiones, pero se necesita un enfoque integral que abarque todo el espacio europeo para la gestión del carbono industrial. En la Ley de Industria Net-Zero se plantea el objetivo de alcanzar un volumen de al menos 50 millones de toneladas de CO2 capturadas anuales para 2030, aumentando hasta llegar a los 450 millones para 2050.
¿Cómo quiere la CE gestionar el carbono industrial?
La gestión de este material se hará por medio de soluciones tecnológicas para capturar, almacenar, transportar y utilizar las emisiones de CO2 de las instalaciones industriales y, también, eliminar el CO2 de la atmósfera. Para ello es necesario desarrollar estas tecnologías, así como un marco regulatorio y de inversión que las promueva. La estrategia se centra en tres vías tecnológicas:
–Captura de CO2 para su almacenamiento (CAC): absorber emisiones de origen fósil, biogénico o atmosférico para almacenarlas bajo tierra.
–Captura de CO2 para su uso (CCU): emplear el carbono capturado para sustituir al de origen fósil como materia para productos sintéticos, químicos o combustibles.
–Eliminación de CO2 de la atmósfera: capturar el CO2 biogénico o atmosférico para almacenarlo permanentemente.
Todo esto requiere de un enfoque y planificación integrales y de la cooperación entre las autoridades comunitarias, nacionales, empresas, centros de investigación y otros agentes. Además, se deja a los Estados la decisión de a qué sectores aplicar la captura de carbono, puesto que cuentan con datos más certeros sobre su desempeño ambiental. En cualquier forma, lo previsto es que se apliquen en aquellos en los que es más complicado reducir las emisiones, como el procesamiento de cemento, acero y gas natural, la producción de electricidad de hidrógeno con bajas emisiones de carbono, procesos de refinado, incineración de residuos y producción de calor térmico.
En la Estrategia se habla de tres fases para el desarrollo de la gestión del carbono industrial:
-Para 2030 se quiere lograr una capacidad de almacenamiento de al menos 50 millones de toneladas al año de CO2, además de la correspondiente infraestructura de transporte.
– Para 2040 la intención es que las cadenas de valor regionales sean económicamente viables para cumplir los objetivos climáticos. El CO2 debería convertirse en un producto comercializable para su almacenamiento o uso y se estima emplear hasta un tercio del capturado.
-Después de 2040 la gestión del carbono industrial debería ser una parte integral del sistema económico de la UE, y el carbono biogénico o atmosférico debería convertirse en la principal fuente de procesos industriales o combustibles para el transporte basados en el carbono.
La Comisión evaluará los volúmenes de CO2 que deben eliminarse directamente de la atmósfera (absorciones de carbono industriales) para cumplir las ambiciones de reducción de emisiones de la UE para 2040 y 2050. De igual manera, estudiará cómo podrían contabilizarse las eliminaciones y el almacenamiento permanente en el marco del Sistema de Comercio de Emisiones (ETS) de la UE.
Infraestructura de transporte de CO2
Se necesita poder transportar el CO2 capturado para emplearlo en procesos industriales (por ejemplo, para productos de construcción, combustibles sintéticos, plásticos u otros productos químicos) o para su almacenamiento permanente. Así, será imprescindible la creación de una infraestructura de transporte, compuesta fundamentalmente por sistemas de tuberías, barcos, vehículos rodados o ferrocarriles.
Un estudio del Centro Común de Investigación (JRC) de la CE estima que la infraestructura de transporte de CO2 podría abarcar hasta 7.300 km y su despliegue podría costar hasta 12.200 millones de euros de aquí a 2030, llegando a unos 19.000 km y 16.000 millones de euros en 2040. La CE plantea preparar un marco regulatorio para el transporte de CO2 para promover el despliegue de estas infraestructuras, movilizar inversiones y facilitar los traslados transfronterizos.
Financiación
La Comisión pretende impulsar varias iniciativas que impulsen la cadena de valor de este mercado. Una plataforma de evaluación y agregación de la demanda para conectar proveedores y operadores de almacenamiento de CO2, un atlas de inversiones de posibles emplazamientos de almacenamiento, y una guía para los procesos de permisos para proyectos estratégicos, con el objetivo de facilitar la inversión y mejorar la seguridad financiera de los promotores de los proyectos.
Las estimaciones de la CE dicen que capturar entre 360 y 790 toneladas de CO2 puede generar un valor económico total de entre 45.000 y 100.000 millones de euros a partir de 2030 y ayudará a crear hasta 170.000 empleos verdes. Sin embargo, para alcanzar estos objetivos son necesarias inversiones cuantiosas. Las inversiones de la industria para cumplir con los objetivos de la Ley de Industria Net Zero (NZIA) se estiman en aproximadamente 3.000 millones de euros, mientras que el costo de inversión en infraestructuras asociadas con la NZIA se estima en alrededor de 10.000 millones de euros.
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