La COP28 logra un acuerdo histórico para dejar atrás los combustibles fósiles y reducir las emisiones

Posted by aclimaadmin | 14/12/2023 | Aclima bloga

Tras un largo y enconado debate finalmente se ha conseguido que las partes enfrentadas consensuen un compromiso que se puede calificar de histórico, un llamamiento unánime para empezar una transición justa y acelerada con el objetivo de abandonar los combustibles fósiles y lograr el cero neto para 2050. Por primera vez se plasma oficialmente la necesidad de dejar atrás el petróleo, el gas y el carbón, reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y hacer lo posible para limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5ºC.

No ha sido sencillo, en la cumbre se han visibilizado dos posturas claramente contrapuestas respecto al abandono de los combustibles fósiles y tan solo después de unas tensas negociaciones se ha podido alcanzar un compromiso. Por un lado, la UE lidera el bloque de países que abogan por la eliminación de los combustibles fósiles, apoyada por las pequeñas naciones insulares vulnerables, Noruega, algunas naciones africanas como Kenia y Etiopía, países latinoamericanos como Chile y Colombia, además de Estados Unidos y Canadá. En total unas 80 naciones que reclamaban un pacto más amplio para eliminar gradualmente todos los combustibles fósiles que emiten CO2. En el lado contrario, Rusia, Arabia Saudita y China, junto a la OPEP, se han mostrado reticentes a comprometerse con plazos estrictos respecto al abandono de los combustibles fósiles.

Finalmente se ha podido consensuar un acuerdo calificado de “histórico” por el secretario general de la ONU, António Guterres, en el que por primera vez en la trayectoria de las COPs se reconoce la necesidad de dejar atrás los combustibles fósiles. En él se afirma la necesidad imperativa de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5ºC y que para ello son imprescindibles reducciones “profundas, rápidas y sostenidas” de las emisiones, con una rebaja propuesta del 43% para 2030 y del 60% para 2035 respecto a 2019 y ser cero neto emisiones a 2050. Para ello, se reclama una transición “rápida y justa” para dejar atrás los combustibles fósiles, tomando “acciones en esta década crítica”. Aunque también se reconoce que este llamamiento no es universal, sino que debe adaptarse a las diferentes circunstancias de cada país. En este sentido, también se pide a los países que presenten nuevos planes de reducción de emisiones a no más tardar en 2024.

Descarbonizar la economía mundial

La UE acudía a esta cumbre abanderando el objetivo del fin de la producción y uso de todos los combustibles fósiles para energía, pero enfrente se ha encontrado con una serie de países contrarios a la idea de fijar plazos definidos para esta transición. El mismo presidente de la COP28 ha hecho declaraciones negacionistas, filtradas por los medios, afirmando que “no existen pruebas del impacto de los combustibles fósiles”, aunque más tarde apuntó que si bien le parece un debate alarmista respeta los datos científicos aportados por los expertos. De igual forma, se ha sabido que la OPEP llegó a instar a sus países miembros a “rechazar proactivamente cualquier texto o fórmula que apunte a la energía, es decir, a los combustibles fósiles, en lugar de a las emisiones”.

A pesar de que en el documento final de la COP28 se hace un llamamiento al abandono de los combustibles fósiles, también se matiza que la transición deberá adaptarse a las circunstancias particulares de cada país, por lo que el compromiso acordado es un término medio entre estas dos posturas.

Estados Unidos ha presentado en la COP28 su principal propuesta para la transición energética y la descarbonización, la fusión nuclear. La superpotencia busca impulsar una alianza internacional para instaurar la primera estrategia global dirigida a acelerar la comercialización de la fusión nuclear. Por el momento, ha logrado que más de 20 países firmen una declaración para triplicar la capacidad de energía nuclear de aquí a 2050, afirmando que supondrá un apoyo para facilitar las cero emisiones netas. Además, Estados Unidos ha abogado por la eliminación gradual de combustibles fósiles en el sector energético.

Por su parte, Rusia ha anunciado que prevé reducir sus emisiones de carbono a cero para 2060 y China, en la reciente cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), se comprometió a acelerar la reducción de las emisiones de metano y otros gases de efecto invernadero.

Otro de los puntos de debate de la COP28 ha sido la propuesta liderada por la UE y apoyada por Estados Unidos de triplicar la capacidad de las energías renovables para 2030, promoviendo un acuerdo mundial sobre descarbonización. En la práctica, se ha conseguido que 118 países se adhieran al Compromiso Mundial sobre Energías Renovables y Eficiencia Energética, que les compromete a triplicar la capacidad de las energías renovables y a duplicar la eficiencia energética, para alcanzar los 11.000 GW de capacidad renovable en menos de 7 años y mejorar el ritmo de eficiencia energética del 2% al 4% anual hasta 2030. Los grandes ausentes en este acuerdo son China, Rusia e India.

En lo que respecta al sector privado, se ha impulsado una alianza mundial de empresas eléctricas para impulsar la transición energética conformada por 31 corporaciones que prestan servicios a más de 250 millones de clientes a nivel mundial. También el Banco Mundial ha aprovechado la COP28 para presentar dos plataformas destinadas a reducir de las fugas de metano en el sector del petróleo y el gas. Guterres también ha anunciado la creación del Panel sobre Minerales Críticos de Transición Energética para velar por su correcta gestión.

Financiación climática

Aunque se constata que la financiación climática mantiene una proyección alcista, los fondos multilaterales dirigidos a los países en desarrollo se redujeron un 15% en 2021 respecto a 2020. Además, se necesita atraer la inversión privada, ya que datos de la OCDE exponen que en 2021 solo el 16% de la financiación climática correspondió a fuentes privadas (14.400 millones de dólares de los 89.600 millones totales). Si bien los países del G-20 se comprometieron en 2020 a crear el llamado Fondo de Adaptación, al que contribuirían con 100.000 millones de dólares al año, no se ha alcanzado esa cifra. Ahora, además, se piensa que esa cantidad no es suficiente, ya que el Informe sobre la Brecha de Adaptación 2023 del PNUMA apunta que los países ricos deberían multiplicar entre 10 y 18 veces los fondos para cubrir las necesidades de adaptación de los países pobres frente a los efectos de la crisis climática. Si bien según el Comité Permanente de Finanzas de la CMNUCC, los países en desarrollo necesitan casi 6 billones de dólares para aplicar sus planes de acción climática de aquí a 2030, en la COP26 se fijó el objetivo de movilizar tan solo 40.000 millones a 2025. El Fondo para Pérdidas y Daños, aprobado en la COP27, ha podido ponerse en marcha en la cumbre de este año, con el compromiso de varios países de aportar más de doscientos millones de dólares a este fondo.

Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha presentado el programa piloto CLIMA, para financiar las acciones climáticas en la región. Este programa provee una subvención por valor del 5% del préstamo del BID a los países que alcancen objetivos relacionados con la naturaleza y el clima. Por el momento nueve países integran esta iniciativa: Barbados, Belice, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, República Dominicana, Surinam y Uruguay.

Además, en la COP28 se ha debatido acerca del desarrollo de los mercados de carbono, con la vista puesta en dotarles de sistemas de garantía y evitar la doble contabilidad por naciones de los proyectos. En este sentido, en la conferencia se han vuelto a oír voces contrarias al mecanismo de ajuste en frontera por carbono (CBAM) de la UE, con posturas enfrentadas de China, Arabia Saudí, Rusia y la OMC, entre otros agentes. Sin embargo, los representantes europeos han defendido este instrumento, negando que suponga un elemento proteccionista y ponderando su importancia en la política climática. Asimismo, Brasil también ha anunciado la creación de un mercado regulado de carbono.

Global Stocktake

El pasado mes de septiembre la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático difundió su primera evaluación oficial, que revelaba que el mundo no está en camino de cumplir los objetivos del Acuerdo de París para contener el calentamiento global por debajo de los 2ºC. De igual forma, el “Informe sobre la brecha de emisiones de 2023” elaborado por el PNUMA manifiesta que las actuales políticas climáticas son insuficientes y avocan a un aumento de temperatura global de por lo menos 3ºC. El organismo estima que sería necesario reducir entre el 28 y el 42% las emisiones de aquí a 2030 para mitigar el calentamiento del planeta. Y es que en 2023 se ha batido de nuevo el récord de CO2 emitido a la atmósfera, con 40.900 millones de toneladas.

Con estos datos en la mano, los países participantes en la COP28 han debatido como llevar a cabo el primer inventario mundial (Global Stocktake), una evaluación de los progresos hechos para conseguir los objetivos climáticos convenida en el Acuerdo de París, en el que se detalla que cada cinco años empezando en 2023 deberá monitorizarse la implementación del acuerdo. Este inventario servirá para que los países diseñen sus siguientes planes de acción climática, que también se revisarán al alza cada cinco años.

Otros temas

Se ha celebrado por primera vez una reunión ministerial sobre la relación entre clima y salud, como respuesta a la petición de la OMS de que la salud de la humanidad fuera un eje central de la COP28. Se estima que 3.600 millones de personas viven en áreas del planeta altamente vulnerables al cambio climático y el Banco Mundial calcula que puede elevarse hasta los 216 millones las personas desplazadas por el calentamiento global de aquí a 2050.

Durante la cumbre 60 países han acordado impulsar una transición energética sensible a temas de género, y 40 naciones han reclamado un plan para incorporar a los gobiernos locales en las discusiones sobre acción climática. Pero el Comité Europeo de las Regiones (CdR) ya ha manifestado su decepción ante la falta de reconocimiento del rol de las ciudades y regiones en el acuerdo final.

España ha contado con un pabellón propio y la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha sido la encargada de dirigir la unidad de actuación europea en la cumbre. Además, durante la cumbre España ha anunciado su adhesión a la Beyond Oil and Gas Alliance (BOGA), junto a Kenia y Samoa.

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