Nuevo Reglamento Europeo sobre Traslado de Residuos

Posted by aclimaadmin | 25/01/2024 | Aclima bloga

Uno de los problemas de los residuos en Europa que es más urgente resolver es el excesivo volumen destinado a la exportación a terceros países. Y es que en 2022 la UE trasladó a otros territorios nada menos que 32,1 millones de toneladas de residuos, de las que 6,4 millones de toneladas correspondieron a residuos reciclables. Esta tendencia resulta contraproducente respecto al objetivo de impulsar la economía circular en el continente, por lo que las autoridades europeas han tomado cartas en el asunto para activar un nuevo Reglamento Europeo sobre Traslado de Residuos. Por ahora se trata de un acuerdo provisional, pero se espera que próximamente el Consejo y el Parlamento lo adopten formalmente.

El Reglamento sobre Traslados de Residuos vigente data de 2006, y aunque incorpora las directrices del Convenio de Basilea, en estos últimos años el mercado europeo de residuos ha experimentado cambios importantes. El más importante de ellos quizá ha sido el aumento progresivo de las exportaciones de residuos a otras regiones, particularmente a países no miembros de la OCDE.

Cada vez más residuos en Europa

Los datos de Eurostat nos dicen que cada año en el continente se generan más de 2.200 millones de toneladas de residuos, la mayoría de ellos se gestionan dentro de cada nación y aproximadamente 70 millones de toneladas se comercializan entre países de la UE pero el remanente que se dedica a la exportación a regiones extraeuropeas ha ido creciendo, hasta suponer más de 32 millones de toneladas en 2022.

Según datos de AEMA de 2020 en el espacio europeo se recicla el 46% de los residuos generados, lo cual está muy por encima de la media global (algo menos del 20%), pero aun así en las últimas décadas tanto la generación como la exportación de residuos no han hecho más que aumentar. Además, los estándares ambientales también son cada vez más estrictos y China, que durante un largo tiempo fue el primer receptor mundial de desechos, ha endurecido la importación de los mismos.

Europa exportó 32,1 millones de toneladas de residuos a terceros países en 2022, un 3% menos que el año anterior, mientras que importó 18,7 millones de toneladas. Del total de desechos exportados, 6,4 millones de toneladas fueron de residuos reciclables, como papel, plástico y vidrio. Turquía es el país que recibió más residuos europeos, con un 39% de las exportaciones (12,4 millones de toneladas), seguido de India (3,5 millones de toneladas), Reino Unido (2 millones de toneladas), Suiza (1,6 millones), Noruega (1,6 millones), Egipto (1,6 millones), Pakistán (1,2 millones), Indonesia (1,1 millones), Marruecos y Estados Unidos (ambos con 0,8 millones).

En cuanto a la tipología de los residuos, los de metales ferrosos (hierro y acero) supusieron el 55% del total (17,8 millones de toneladas), mientras que los residuos de papel alcanzaron el 15% de las exportaciones (4,9 millones de toneladas).

Un Reglamento para asegurar la circularidad de los residuos

A finales de 2023 el Consejo y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo para optimizar la normativa existente, haciéndola más eficiente. La intención de este nuevo Reglamento, que se espera que ambas instituciones adopten durante 2024, es aumentar la circularidad en toda la cadena de valor de la gestión de residuos en Europa, y especialmente reducir las exportaciones de residuos a terceros países, garantizando que cuando se produzcan no supongan una amenaza ni para la salud humana ni para la ambiental y que los procedimientos necesarios sean más eficaces y claros.

Las modificaciones propuestas abarcan tanto los traslados de residuos en el interior de la UE, la importación y exportación a terceros países, y los traslados de residuos en tránsito por la UE. En concreto, se prohibirá el traslado de los residuos destinados a su eliminación dentro de la UE, salvo que hayan sido autorizados en casos muy justificados, aunque sí se permitirá su envío cuando su destino sea la valorización.

La exportación de residuos destinados a la eliminación a terceros países continúa estando prohibida, así como exportar residuos peligrosos destinados a la valorización a países no pertenecientes a la OCDE. Respecto a los traslados internacionales se añade una garantía, la necesidad de asegurarse de que las instalaciones de gestión de residuos en el país de destino se auditen por organismos independientes para demostrar que son capaces de tratarlos de manera respetuosa con el medio ambiente. Con estos datos se creará un registro que podrá ser consultado por las empresas exportadores para verificar que sus traslados cumplen con la legalidad establecida.

Los exportadores a terceros países deberán notificar el traslado a los países de expedición, destino y tránsito y recibir de ellos una confirmación por escrito antes de la exportación. Todas estas gestiones se vehicularán mediante un sistema electrónico central operado por la Comisión Europea con un calendario y plazos concretos, y se procederá a dotar de acceso público a la información relacionada con los traslados de residuos.

Un elemento sensible dentro de la gestión de residuos es el plástico, y por eso el nuevo Reglamento establece normas más estrictas para la exportación de este tipo de residuos a terceros países. En concreto no se permite la exportación de residuos plásticos no peligrosos (B3011) a países no pertenecientes a la OCDE, pero se abre la opción de que pasados cinco años de la entrada en vigor de la legislación estos países puedan presentar solicitudes para la importación de residuos plásticos si cumplen normas estrictas en su gestión.

En cambio, sí que se permite exportar residuos plásticos no peligrosos a países de la OCDE, aunque se advierte de que se establecerán mecanismos para confirmar que estas exportaciones no produzcan impactos negativos en la salud humana ni en el medio ambiente y que la gestión de los residuos se lleve a cabo con todas las garantías.

También en lo referido a la monitorización de la eficacia de los cambios y mejoras del nuevo Reglamento la Comisión impulsará que los países europeos compartan información y datos de sus trasladados y se les exigirá que establezcan sanciones efectivas, proporcionadas y disuasorias para las empresas que incumplan las medidas adoptadas en la nueva norma, desde multas a la revocación o suspensión temporal de las autorizaciones relacionadas con la gestión de residuos y los traslados.

En definitiva, la revisión de la normativa persigue minimizar la exportación de residuos problemáticos fuera de la UE, actualizar los procedimientos de traslado, garantizar su seguridad y hacer frente a los traslados ilícitos. Pero también su objetivo es mejorar la circularidad de los residuos en Europa, ya que en la actualidad tan solo el 12 % de los materiales utilizados por nuestra industria procede del reciclado, lo que significa que impulsando el reciclaje y la valorización de los residuos se conseguirá un ahorro económico significativo a la vez que se reduce aún más el impacto ambiental y el volumen de emisiones en Europa y el mundo.

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