La Comisión acoge con satisfacción el acuerdo provisional alcanzado hoy con el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE sobre nuevas normas reforzadas para reducir considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en forma de gases fluorados y sustancias que agotan la capa de ozono (SAO) en la UE. Sobre la base de la legislación vigente de la UE, que ya ha limitado considerablemente el uso y las emisiones de estos gases, los Reglamentos acordados hoy evitarán casi 500 millones de toneladas adicionales de emisiones de aquí a 2050. Contribuirá a los objetivos climáticos de la UE para 2030 de reducir al menos un 55 % las emisiones y también a que Europa sea climáticamente neutra de aquí a 2050.
Los gases fluorados y las SAO, que se utilizan en aparatos de uso cotidiano (por ejemplo, para refrigeración y aire acondicionado) son gases de efecto invernadero muy potentes y de origen humano que presentan uno de los peores potenciales de calentamiento de la Tierra, a menudo varios miles de veces más altos que el dióxido de carbono (CO2). El Reglamento ofrece incentivos para utilizar alternativas respetuosas con el clima, estimulando así además el mercado mundial y ayudando a otros países a realizar también la transición. En la actualidad, el mercado mundial de los aparatos que utilizan gases fluorados está creciendo rápidamente debido a la subida de las temperaturas y a la mejora del nivel de vida. Los nuevos Reglamentos contribuyen a limitar la subida de las temperaturas mundiales en consonancia con el Acuerdo de París y constituyen un ejemplo a escala internacional, al ser sus objetivos mucho más ambiciosos que los contemplados en la enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal.
En la UE, los gases fluorados representan actualmente el 2,5 % del total de emisiones de GEI. El Reglamento reforzado sobre los gases fluorados evitará la emisión de unos 300 millones de toneladas de CO2 equivalente de aquí a 2050.
El uso de sustancias que agotan la capa de ozono (SAO) en nuevos equipos ya está prohibido en la UE. Al introducir estas nuevas medidas sobre productos que en el pasado utilizaban legalmente SAO, la UE evitará la emisión del 200 millones de toneladas de CO2 equivalente, esto es, 32 000 toneladas de emisiones con potencial de agotamiento de la capa de ozono de aquí a 2050.
Por lo que respecta a ambos Reglamentos, mejorarán su cumplimiento y su aplicación, facilitando a las autoridades aduaneras y de vigilancia el control de las importaciones y exportaciones, y aplicando medidas enérgicas contra el comercio ilegal de gases fluorados y equipos conexos. El acuerdo también hará que el seguimiento sea más exhaustivo, al abarcar una gama más amplia de sustancias y actividades, y al mejorar los procedimientos de notificación y verificación de datos.
El acuerdo provisional alcanzado hoy requiere ahora la adopción formal por parte del Parlamento Europeo y del Consejo. Una vez finalizado este proceso, ambos Reglamentos se publicarán en el Diario Oficial de la Unión Europea y entrarán en vigor.
El Protocolo de Montreal del Convenio de Viena, relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, se adoptó en 1987 y estableció un calendario mundial de eliminación progresiva de la producción y el consumo de casi cien sustancias que agotan la capa de ozono, dañando esta capa que protege a la Tierra contra la peligrosa radiación ultravioleta del sol. La UE y sus Estados miembros son Partes en el Protocolo y han eliminado progresivamente los diferentes grupos de SAO con arreglo al calendario establecido.
En 2016, las Partes en el Protocolo de Montreal también decidieron regular otro grupo más de gases fluorados, los hidrofluorocarburos (HFC), pese a que no agotan la capa de ozono. La llamada enmienda de Kigali se debió a la grave inquietud por el creciente uso de HFC, con su consiguiente impacto climático. Ambas categorías de sustancias tienen o solían tener aplicaciones prácticas en nuestra vida cotidiana, por ejemplo, para refrigeración, aire acondicionado, aislamiento, protección contra incendios, líneas de alta tensión o propelentes de aerosoles.
La UE ya ha introducido una legislación eficaz. El actual Reglamento (CE) n.º 1005/2009 sobre las SAO prohíbe en general la producción, comercio y uso de SAO, a la vez que exime unos pocos usos específicos. Muchos SAO se eliminaron de forma progresiva en la Unión Europea años antes del calendario mundial acordado en virtud del Protocolo de Montreal. El actual Reglamento (UE) n.º 517/2014 sobre los gases fluorados tenía por objeto reducir las emisiones de gases fluorados de efecto invernadero. Tras tomar la iniciativa al respecto, la UE facilitó la adopción de la enmienda de Kigali en 2016. Muchos de los gases fluorados sustituyeron normalmente a las SAO tras la prohibición de estas.
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