La transición hacia una economía circular de los plásticos requiere un enfoque integral, desde el ecodiseño ecodiseño de productos e innovación en las materias primas, hasta la gestión eficaz de los residuos. Este enfoque está estrechamente relacionado con el respaldo de la industria al Acuerdo de París, los objetivos de neutralidad climática de la Unión Europea para 2050 y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Gracias a este compromiso, España ya se encuentra entre los tres países líderes en Europa en reciclaje de plástico, alcanzando una tasa del 43% y situándose 8 puntos por encima de la media según datos de EsPlásticos, plataforma que aúna a los agentes de la industria y de la cadena de valor de los plásticos.
El sector de los plásticos en España es líder en capacidad de reciclaje per cápita de la Unión Europea. Cuenta con una presencia de 156 instalaciones de reciclado de plásticos, llegando a 1,5 millones de toneladas de residuos plásticos reciclados y generando cerca de 4.000 empleos directos. En nuestro país, el 20% de los plásticos que se utilizan es reciclado.
Otro de los logros conseguidos por el sector en materia medioambiental es el de liderar el cumplimiento de los objetivos de economía circular en la búsqueda de una neutralidad de carbono para 2050. Asimismo, para conseguir el objetivo de reciclar el 55% de los envases plásticos en 2030, el sector está implementando considerables inversiones tanto en reciclado mecánico -reformado físico-, como en químico – a través de la descomposición molecular-.
La reutilización y el reciclaje de plásticos son esenciales para conseguir una economía circular y reducir las emisiones de manera efectiva a corto y medio plazo. Los plásticos poseen un alto valor por su versatilidad, ligereza y capacidad para proporcionar protección en diversas aplicaciones como es el caso de los envases. Estas características contribuyen a la reducción de la huella de carbono del sector ya que, al hacerlos más livianos, se ahorra energía y combustible, lo que, a su vez, disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero.
A pesar del mantra que se repite de forma desacertada contra la industria en relación con la sostenibilidad, los plásticos, en sus diferentes formas, son reciclables y reutilizables. Su durabilidad significa que el impacto ambiental que se genera es relativamente bajo. Sin embargo, aún hay factores que pueden intervenir para incrementan su circularidad, como la capacidad de mejorar los sistemas de recogida, contar con infraestructuras para seleccionar los residuos y promover una mayor concienciación en la sociedad a la hora de gestionar el final de su vida útil.
Por otra parte, la industria de los plásticos está comprometida con evitar que los microplásticos primarios acaben en el medio ambiente y abandera desde hace muchos años un programa mundial denominado Operation Clean Sweep® (OCS), iniciativa que busca la implantación de buenas prácticas de limpieza y control en todas las operaciones en las que se manipule granza con el objetivo de evitar que termine de forma involuntaria en el medio ambiente y en particular en el acuático. Esta iniciativa voluntaria está implantada en muchos países de América del Norte, Reino Unido y Europa. En España, la iniciativa está liderada liderada por ANAIP (Asociación Española de Industriales de Plásticos) y Plastics Europe (Asociación Paneuropea de Productores de Materias Primas Plásticas) juntas impulsan el programa a nivel nacional, teniendo en la actualidad cerca de 400 empresas adheridas a este programa. Además, las que quieran dar un paso más, pueden obtener la certificación OCS, mediante un esquema europeo aprobado a principios de este año, algo en lo que España fue pionera ya que este esquema de certificación a nivel nacional lleva funcionando desde 2019, siendo ya un gran número de empresas españolas certificadas. Además, el programa OCS en España cuenta con el apoyo institucional del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y esperamos que las medidas que ya se están poniendo en práctica a través de estos criterios, se apliquen con la llegada de la nueva regulación europea.
Mientras que los plásticos están siendo cada vez más regulados para garantizar un futuro sostenible, esto no es así para otros sectores en el ámbito de la gestión de residuos y la promoción del consumo responsable.
Un conjunto de ONGs compuesto por la Oficina Europea de Medio Ambiente, Zero Waste Europe, Fern, Environmental Paper Network y la alianza Rethink Plastic, refleja la necesidad de una armonización regulatoria para todo tipo de recipientes y materiales, especialmente aquellos que están en contacto con los alimentos, con el objetivo de garantizar la seguridad de las personas y el compromiso medioambiental. Sin embargo, no existe legislación específica y armonizada para todos los sectores por igual.
Ejemplo de la hiperregulación a la que están sometidas las empresas de nuestro sector es el impuesto especial a los envases no reutilizables que contienen plástico, tasa que únicamente se está aplicando en España dentro de toda la Unión Europea y que nos pone en una situación de desventaja y pérdida de competitividad respecto al resto de materiales y países. EsPlásticos trabaja en aras de reducir y prevenir la generación de residuos, pero deben tenerse en cuenta todos los envases de un solo uso, sean del material que sean. De lo contrario, lo único que ocurrirá será el traspaso a otros materiales incrementando los residuos, la huella ambiental y los posibles problemas de salud derivados de las sustancias que contienen estas nuevas alternativas. Además, antes de optar por la sustitución de un material por otro, es primordial llevar a cabo un análisis de ciclo de vida, ya que, de lo contrario, en muchas ocasiones, se estará optando por opciones menos sostenibles. Es por ello que, desde el sector de los plásticos se pide que los desarrollos legislativos sean enfocados desde la neutralidad de material.
Desde el sector seguimos innovando para ofrecer envases cada vez más sostenibles: reutilizables, con alto contenido en reciclado y cada vez más ligeros (utilizando menos material para fabricarlos), lo que favorece la jerarquía de residuos y va en línea con la tendencia en Europa de ir hacia un modelo más basado en la reutilización dejando atrás el usar y tirar. Los envases reutilizables suponen una apuesta por un futuro sostenible en el que se generen menos residuos, lo que beneficia tanto al fabricante, como al consumidor y al planeta.
En definitiva, queremos incidir en que los plásticos en sí mismos no son el problema sino la mala gestión del residuo y su abandono en el medio ambiente. Para asegurar su sostenibilidad se debe garantizar la correcta gestión de su fin de vida por parte de toda la sociedad (fabricantes, recicladores, instituciones, consumidores, etc.) y fomentar medidas de reutilización para tratar de reducir el monouso basándose en el análisis de ciclo de vida y en criterios científicos y rigurosos.
Fuente: El Mundo