Recientemente la Comisión Europea ha anunciado una serie de mejoras en la Estrategia Industrial Europea, para responder a las consecuencias de la pandemia y profundizar en la transformación hacia una economía más sostenible, digital, resistente y competitiva. Estos cambios se centran en tres áreas: optimizar la resiliencia del mercado único, minimizar las dependencias estratégicas del continente, e impulsar la transición verde y digital. Este último punto es clave para alcanzar el objetivo de descarbonizar la economía, ya que la digitalización y la adopción de prácticas circulares en el tejido empresarial e institucional son los principales mecanismos para conseguir un desarrollo sostenible y una economía competitiva. Por esta razón, el apoyo a las PYME constituye el núcleo de la Estrategia, que incluye soporte financiero y medidas para que estas se adapten a la transición verde y digital.
Si bien es cierto que la crisis sanitaria del COVID-19 afectó intensamente a la economía europea, la mayoría de las cadenas de valor y suministro mostraron una resistencia notable. A pesar de esto, la pandemia ayudó a poner de manifiesto las dependencias estratégicas, tanto tecnológicas como industriales de la UE. Para paliar esta debilidad, a la vez que se acelera la doble transición en el continente, la CE ha presentado una actualización de Estrategia Industrial Europea. Las modificaciones adoptadas se basan en las conclusiones de tres estudios: el Informe anual sobre el mercado único de 2021, donde se analiza la situación de la economía europea a partir de una evaluación de 14 ecosistemas industriales; el Análisis sobre las dependencias estratégicas y las capacidades de Europa; y el documento “Hacia un acero europeo limpio y competitivo”, que detalla los desafíos para la industria y las acciones posibles. Asimismo, en la Estrategia Industrial se tiene especial consideración hacia las PYME y las empresas emergentes, entendiendo que constituyen el motor económico de la UE. El impacto de la crisis sanitaria en ellas demuestra que apoyarlas en la doble transición es clave para garantizar el liderazgo industrial europeo. Una medida que complementa este impulso plasmado en la renovación de la Estrategia Industrial es la prórroga hasta el 31 de diciembre de 2021 del Marco temporal de ayudas estatales, aumentando los límites máximos establecidos.
Acelerando la transición verde y digital
Con la Actualización de la estrategia industrial la Comisión propone nuevas medidas para respaldar las transiciones ecológica y digital, garantizando que todas las políticas e inversiones europeas estén orientadas a lograr este objetivo. Sobre todo, estas medidas se orientan a las PYME, debido a su importancia en el tejido económico europeo, pero sin dar de lado a la evolución de las grandes empresas y el entramado institucional, que puede actuar como impulsor de muchos de estos cambios. Entre las medidas expuestas, destacan las siguientes:
–Co-crear vías de transición en asociación con la industria, las autoridades públicas, los interlocutores sociales y otras partes interesadas comenzando por el turismo y las industrias intensivas en energía. El objetivo es alcanzar una mejor comprensión de abajo hacia arriba de la escala, el costo y las condiciones de las acciones requeridas para acompañar las transiciones gemelas en los ecosistemas económicos más relevantes y, de esta forma, elaborar un plan viable para fomentar la competitividad sostenible.
-Proporcionar un marco regulatorio coherente para lograr los objetivos de la Década Digital de Europa.
-Considerar medidas para apoyar la adopción de acuerdos corporativos de compra de energía renovable, como parte de la Directiva de energía renovable, que será revisada en junio de 2021. El objetivo es promover en Europa la energía descarbonizada abundante, accesible y asequible para acelerar las inversiones en energías renovables, redes y abordar sus frenos.
-Desarrollar el Laboratorio de Geografía de Energía e Industria, en colaboración con los actores industriales, que proporcionará información geoespacial para empresas y planificadores de infraestructura energética.
-Potenciar los proyectos multinacionales que ayuden a los Estados miembros a maximizar las inversiones relacionadas con la recuperación y la resiliencia.
–Revisión exhaustiva de las normas de competencia de la UE para asegurarse de que sean aptas para la transición verde y digital.
-Enfoque en el sector siderúrgico para abordar los desafíos a los que se enfrenta.
-Promover la financiación para la investigación y la innovación sobre tecnologías y procesos con bajas emisiones de carbono, dentro del marco de Horizon Europe.
-Brindar asesores de sostenibilidad a las pymes y respaldar modelos comerciales basados en datos para aprovechar al máximo las transiciones ecológicas y digitales.
La intención es priorizar los sectores que enfrentan los desafíos más importantes para alcanzar los objetivos climáticos y de sostenibilidad, y también aquellos en los que su competitividad depende de su adaptación a la transformación digital, como el sector energético, químico, siderúrgico y construcción. También se prestará especial atención a los sectores fuertemente afectados por la crisis, y para los que la doble transición puede acelerar su recuperación, como el turismo y la movilidad.
Aumentar la resiliencia y autonomía estratégica del mercado único
Durante las primeras fases de la pandemia muchas empresas han tenido problemas debido a las interrupciones de la cadena de suministro. Además, ha quedado patente la dependencia europea en ciertos sectores provocado por la carencia de ciertas materias primas o productos. Para abordar estos problemas, la Comisión Europea propone una serie de medidas:
-Creación del Instrumento de Emergencia del Mercado Único: una solución estructural para garantizar la libre circulación de bienes y servicios en caso de crisis futuras.
-Profundizar el mercado único: elaborar normas para los servicios empresariales clave, así como reforzar la digitalización de la vigilancia del mercado.
-Movilizar inversiones significativas para apoyar a las PYME: mejorar las medidas para resolver los retrasos en los pagos a las empresas y proporcionar soluciones que aborden los riesgos de solvencia que las afectan.
–Detectar las importaciones en las que la UE es sensible. Para ello se ha realizado un análisis “bottom-up” de 5.200 productos importados que identifica 137 para los que la UE es muy dependiente. Sobre todo, abarcan los sectores energético y farmacéutico, con algún producto relevante para las transformaciones verde y digital.
–Seguimiento de dependencias estratégicas, para comprobar el avance es minimizar la dependencia de la economía europea de los productos sensibles.
–Diversificar las cadenas de suministro globales y buscar asociaciones internacionales.
–Apoyo a nuevas alianzas industriales en áreas estratégicas, prestando especial atención a la inclusión de empresas emergentes y pymes. Se están preparando las Alianza sobre procesadores y tecnologías de semiconductores y la Alianza para Datos Industriales, Edge y Cloud. También se está considerando la articulación de una Alianza de Lanzadores Espaciales, así como una de Aviación de Emisiones Cero.
-Apoyo a los Estados miembros para poner en común recursos públicos a través de Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (PIICE) en ámbitos en los que el mercado por sí solo no puede ofrecer una innovación disruptiva, con posible apoyo del presupuesto de la UE.
-Análisis de una nueva estrategia y posible cambio legislativo para un mayor liderazgo y rapidez en el establecimiento de normas, incluso en el área de servicios empresariales.
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