La contaminación por microplásticos y nanoplásticos es un desafío ambiental importante, de gran actualidad y de creciente preocupación, como muestra el gran esfuerzo académico de los últimos años enfocado a su identificación y cuantificación.
Para contribuir a obtener una metodología de análisis eficaz e innovadora, Eurofins-Iproma, Facsa e Imdea Agua pusieron en marcha a finales de 2020 el proyecto µNANOCARE. Esta iniciativa propone el desarrollo de un método analítico que permita cuantificar la presencia de micro y nanoplásticos en diferentes matrices ambientales para conocer y poder controlar mejor tanto la emisión como la incertidumbre asociada a su destino final y riesgo ambiental.
Tras más de 25 meses de trabajo, se ha desarrollado una metodología bastante fiable de muestreo, preparación y analítica en las diferentes matrices agronómicas estudiadas (agua regenerada, lodos, suelos, biota).
Actualmente, se están valorando distintos modos de control y eliminación en diversos tratamientos piloto de EDAR, y se ha iniciado la monitorización en sistemas agua-suelo y ensayos ecotoxicológicos en invertebrados. Todo ello para poder evaluar el riesgo agroambiental que suponen los microplásticos.
Gracias a este proyecto, se podrá determinar de forma cuantitativa el destino de estos contaminantes y su toxicidad para poder conocer el riesgo y determinar el alcance real de la problemática de los microplásticos en entorno real.
Con una duración de 42 meses y un presupuesto total de 846.235 euros, el proyecto forma parte del Programa Estatal de I+D+i Orientado a los Retos de la Sociedad, instrumento financiero del Ministerio de Ciencia e Innovación y la Agencia Estatal de Investigación dedicado al apoyo a proyectos de desarrollo experimental en cooperación entre empresas y organismos de investigación, con el fin de promover el desarrollo de nuevas tecnologías.
Fuente: Residuos Profesional.com