Estrategia Empresarial ha publicado una entrevista a nuestra Directora General, Olga Martín, en el periódico especial de aniversario, en su edición del 15 de noviembre.
Os dejamos a continuación la transcripción de la misma y un enlace al PDF original.
Olga Martín, directora general de Aclima: “El objetivo de la neutralidad climática ha venido para quedarse y no podemos perder ese tren”
El sector medioambiental está en auge. Es un hecho, y así lo reflejan los datos: la cifra de negocio de las empresas asociadas al clúster vasco del medioambiente, Aclima, creció un 12% en 2022 respecto al periodo precedente, así como el número de empleos directos que generaron, que lo hizo en un 4%. También fue un año muy positivo en el aspecto innovador, con una inversión en proyectos de I+D+i que alcanzó los 266 millones de euros, un 17% más. Aclima, en colaboración con sus empresas socias, lideró 35 proyectos de innovación tecnológica y más de 50 proyectos de innovación empresarial.
Y es que, se trata de un sector “en plena ebullición”, asegura Olga Martín, directora general del clúster, apoyada también en el marco normativo impulsado por la Unión Europea, que “pretende posicionarse en la batalla ambiental”. Para ello, indica que “la tecnología y la digitalización son clave”, y que la CAV cuenta con “un potente sector ambiental”, ya que “la industria que tuvimos nos ha puesto donde estamos, pero también nos ha dejado una herencia ambiental importante”.
¿Cuál es el peso del sector en la sociedad y economía vascas?
El sector medioambiente en estos momentos significa más del 5% del Producto Interior Bruto (PIB) del País Vasco, sobre un 5,3%. Somos un sector potente con en torno a 12.000 profesionales y una tasa de empleo que está en crecimiento. En estos momentos en Aclima tenemos 100 empresas asociadas, que emplean a unas 6.000 personas, y que están llegando a facturar 2.412 millones de euros al año. Asimismo, además de estas empresas, tenemos 18 instituciones socias del clúster (ayuntamientos, diputaciones, Gobierno vasco, etc.), las cuatro universidades del País Vasco, seis centros tecnológicos y dos asociaciones internacionales.
Teniendo en cuenta esta radiografía y el contexto actual, ¿cómo ven desde Aclima el futuro del sector?
La verdad es que es un sector que en estos momentos está en plena ebullición, por lo que nuestras expectativas son realmente muy buenas. Como le decía, el sector está creciendo de manera muy interesante y en 2022 facturamos un 12% más. Además, todas las políticas que vienen de Europa, a raíz del Pacto Verde Europeo, están generando muchas oportunidades de negocio a través de proyectos de innovación, del fomento de la internacionalización, etc.
¿De qué tipo de oportunidades estamos hablando?
Ahora mismo, en Europa, casi todos los proyectos de innovación están asociados a la transición ecológica. Nunca se había visto semejante cantidad de dinero en temas ambientales, porque el Pacto Verde está promoviendo un modelo económico diferente, en el que el medio ambiente es el centro. Entonces, se están poniendo en marcha todos los mecanismos, incluso los financieros, como con los bonos verdes, por ejemplo, cuyo reglamento se ha aprobado recientemente. Las oportunidades son inmensas en ámbitos como la gestión de los residuos, la planificación territorial para conseguir entornos ambientalmente más sostenibles, los servicios avanzados, el dato para la gestión de la calidad del aire, agua y ruido… Además, hay que buscar soluciones a los problemas relacionados con la adaptación al cambio climático y dar respuesta a qué tenemos que hacer en nuestras costas, en nuestros edificios o en nuestras ciudades para ello.
¿Cuál es la ‘gran oportunidad’ en nuestro territorio?
En Euskadi tenemos una oportunidad muy importante en la valorización de los residuos. Somos un país que genera seis millones de toneladas de residuos al año, de los cuales, para 2030, solamente un 15% podrá ir a eliminación en vertedero, según recoge el Plan de Prevención y Gestión de Residuos (PPGR 2030). En estos momentos está yendo un 37% y ahí tenemos una oportunidad de generar una red de infraestructuras ambientales que nos permita valorizar esos residuos y generar una economía circular de país. Aquí encontramos un ámbito muy interesante para generar cadenas de suministro locales, aportando un material nuevo y de calidad a las empresas que puedan necesitarlo.
¿Estamos aprovechando esta oportunidad?
Es cierto que en Euskadi tenemos gestores de residuos con conocimiento y experiencia para poder generar proyectos de valorización, pero no estamos siendo lo suficientemente ágiles en coger la oportunidad. Por ponerle un ejemplo, generamos dos millones de toneladas de residuos industriales no peligrosos al año, de los que casi el 95% va a eliminación. Esto supone una gran variedad de materiales que no estamos siendo capaces de valorizar.
Sin embargo, dice que contamos con los agentes adecuados…
Y los tenemos. El problema es que tenemos que dar servicio a esa industria que necesita que los residuos sean tratados y no tenemos infraestructuras ambientales suficientes, no tenemos una red que permita sacar los residuos de las empresas a un coste adecuado, con agilidad y con suficiente calidad. Aunque resulte contradictorio, ya que estamos hablando de instalaciones de economía circular con un concepto de función social, lo que nos estamos encontrando es una contestación social contraria su implementación, lo que nos lleva a tener un gran problema a la hora de encontrar suelo para ello.
Y las empresas, ¿son conscientes de la necesidad de incluir el foco ambiental en sus estrategias?
Sí, lo son. Euskadi siempre ha estado un poquito por delante en la implementación de legislación ambiental porque hemos tenido una herencia pasada complicada. La industria que tuvimos nos ha puesto donde estamos pero también nos ha dejado una herencia ambiental importante. Esto ha hecho que hayamos creado un sector ambiental con empresas potentes y profesionales con mucha experiencia. También en el resto de sectores económicos hay empresas que ya lo están viendo como una estrategia y están destinando recursos para descarbonizar su actividad, para dar una segunda vida o alargar la vida de los productos… El objetivo de neutralidad climática ha venido para quedarse, así que nos tenemos que preparar.
Las diferentes leyes y reglamentos promovidos por la Unión Europea, al menos, así lo indican…
Y las que vienen… Porque se acerca un tsunami normativo. Por eso digo que es estratégico, porque hasta ahora hemos tenido mucha normativa ambiental pero te daban plazos para cumplirla. Pero lo que viene de Europa es tan grande… y además a 360 grados. Es decir, están viniendo directivas relacionadas con el fin de vida de residuo, el pasaporte digital de los productos, va a haber obligación de tener productos con una cantidad de materiales reciclados, ya se está hablando de una nueva directiva de vertidos… También todo lo relacionado con el paquete legislativo Fit for 55 para conseguir el objetivo del 55% de reducción de gases de efecto invernadero para el 2030. Ahí van a venir impuestos al uso de combustibles fósiles, al transporte o al carbono en fronteras. Todas estas normativas llegarán en unos tres o cuatro años, por lo que, repito, hay que estar preparados.
Con todo ello, ¿está Europa preparada para alcanzar los objetivos que se ha propuesto en materia ambiental?
Quizá sea complicado lograrlo en las fechas marcadas, pero si no empezamos a actuar… Porque Europa lo tiene claro, y hay países que ya se están posicionando de manera muy fuerte como Dinamarca, Holanda, Austria o algunos länder alemanes, que han entendido que esto es una oportunidad de negocio. Entonces, nosotros tenemos que hacer lo mismo, porque Euskadi tiene mimbres para poder hacerlo. Como le decía, tenemos un sector ambiental muy potente y, desde Aclima, nos estamos relacionando con estos países; estamos llegando a acuerdos de colaboración e innovación porque, como no seamos ágiles, perderemos este tren.
Comenta que será complicado alcanzar las cifras planteadas por la Unión Europea. ¿Por qué ser tan ambiciosos entonces?
Sencillamente porque Europa ha perdido la batalla de la digitalización con China y Estados Unidos, ahí poco puede hacer. Entonces, como el medioambiente también es un tema que nos afecta esta batalla y generar tecnologías y nuevos modelos de negocio en este ámbito.
Hablando de tecnología y digitalización… ¿cuál es su relevancia para alcanzar los retos de descarbonización?
La tecnología y la digitalización son vitales en esta carrera. Por eso, desde Aclima estamos trabajando de dos formas: por una parte, estamos impulsando la digitalización, tecnologías como la robótica, sensórica o los gemelos digitales, para mejorar los procesos en las infraestructuras ambientales; y, por otra parte, estamos utilizando la explotación del dato, por ejemplo, para generar servicios avanzados en medio ambiente. De hecho, esta estrategia, Basque Environment 4.0, ha sido premiada como una buena práctica por la Unión Europea. Entienden que el trabajo que estamos haciendo en desarrollar proyectos de innovación o apoyar proyectos de innovación en esos dos ámbitos son muy importantes para la ‘twin transition’.
UNA “PARTICIPACIÓN MASIVA” QUE MANTIENE VIVA LA LLAMA DE LA “ILUSIÓN”
Aclima lanzaba, en enero de este año, su Plan Estratégico 2023-26, a través del que pretende reforzar la posición de liderazgo del sector en la transición ecológica de Euskadi y propone para ello promover proyectos de economía circular, descarbonización y digitalización en el conjunto de los sectores económicos, impulsando la implantación de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) en las empresas vascas. A punto de cumplir su primer año de vigencia, el balance que hace la directora general del clúster ambiental vasco, Olga Martín, es “muy interesante, con una participación masiva por parte de las empresas, lo que nos hace seguir con esa ilusión”. En este sentido, entre las actuaciones que está llevando a cabo, destaca que “hemos iniciado un proyecto de fidelización del socio, que era una de las cosas que nos pedían”, e incide en que “estamos creciendo mucho también en las empresas de la cadena de valor que no son especialmente del sector ambiental pero que sí tienen una conciencia de que el medioambiente es estratégico”.
“También queríamos posicionarnos en Europa con proyectos de innovación y lo estamos consiguiendo junto a nuestras empresas”, continúa, con quienes también está “desarrollando una herramienta para el diagnóstico de la aplicación de los ODS” en las mismas. Asimismo, Aclima está trabajando “de manera muy importante en la atracción de talento”, con dos proyectos “para ver cómo los jóvenes pueden entrar a trabajar en empresas del sector con una formación en función de las necesidades que tienen las compañías y para entender cuáles son los perfiles profesionales que estas necesitan”. Con todo, Martín afirma que el objetivo del clúster es “poner en valor al sector”, y lo hace, también, a través de iniciativas como “el tercer Basque Green Tech que se celebra el 29 de noviembre y que esperamos que tenga tanto éxito como los anteriores”.
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