Tres empresas que han destacado en el cuidado del medio ambiente reciben los premios que conceden BBVA y EL CORREO. Aclima, Basque Environment Cluster sigue colaborando como en otras ediciones como secretaría técnica.
«El ser humano tiene la responsabilidad de dejar un mundo mejor». «Vivimos en un entorno privilegiado junto al mar y nuestro empeño es cuidarlo». «La sostenibilidad debería estar en la misma categoría que la justicia, la democracia o la igualdad». Son algunas de las declaraciones que se escucharon ayer en el salón de actos del museo Guggenheim durante la entrega de los premios SOStenible que conceden BBVA y EL CORREO.
Un total de 67 candidaturas tomaron parte en las tres categorías en esta cuarta edición de los galardones: 21 en el área de ‘Innovación empresarial sostenible’, 28 en la de ‘Referente en sostenibilidad’ y 18 en la de ‘Iniciativa alineada con los ODS ambientales’. Las firmas ganadoras, que han sido premiadas con 5.000 euros cada una, son la alavesa A&B Laboratorios de Biotecnología -especializada en reducir el impacto de los productos de limpieza-, Barna -que convierte los residuos pesqueros en pienso- y H2Site -empresa nacida en plena pandemia y que busca fórmulas para transportar el hidrógeno, considerado el combustible del futuro, de una forma segura-. Todos habían respondido a la convocatoria de un certamen que llevaba por lema ‘El planeta te necesita’. Unos galardones que tratan de evidenciar que todos, desde el ciudadano particular a las altas esferas, pueden poner su grano de arena para hacer que el planeta sea habitable, ahora y en el futuro. Las empresas también.
«Cada año que pasa, la conciencia global de que la sostenibilidad es el único camino, la única posibilidad de mantener y mejorar el mundo que vivimos, es mayor», destacó el director general de EL CORREO, Íñigo Barrenechea. En su discurso, subrayó que «la sostenibilidad debería estar en la misma categoría que la justicia, la democracia o la igualdad. Nuestro mundo, o quizás sea más exacto decir nuestra civilización, no perdurará sin ninguna de ellas».
Los científicos llevan décadas advirtiendo de que la capacidad de la Tierra para sostener el desaforado ritmo de crecimiento actual está tocando sus límites y que, en algunos casos, estos han quedado sobrepasados. Cambio climático, pérdida de especies, disminución de la calidad del agua dulce, que no llega a buena parte de la población mundial… El mensaje, aún así, no quiso ser dramático sino dejar la puerta abierta a la esperanza. «Hay futuro», recalcó Barrenechea. Hay que «intensificar» las medidas adoptadas y «acelerar» su aplicación, reiteraron varios de los participantes en la jornada de ayer. Porque según recalcó el investigador del CSIC Fernando Valladares, pese a que todas las civilizaciones anteriores «colapsaron» de una manera u otra y dejaron paso a un nuevo tiempo, la actual, «la nuestra, es la primera civilización que tiene herramientas para evitarlo». El cambio, vino a decir, está en nuestras manos.
Compromiso vasco
En esta línea se pronunció también Marta Alonso, directora Territorial Norte de BBVA, al recalcar que la sostenibilidad ha dejado de ser un concepto para convertirse «en una realidad». «Aquellos que antes la incorporen, la asimilen y la asuman enfatizó- gozarán de una mejor ventaja competitiva y mejor posicionamiento». Y recalcó que las compañías premiadas demuestran «el compromiso del tejido empresarial vasco con este reto que tenemos por delante y que sin duda nos ayudará a construir un futuro muchísimo mejor».
Parte fundamental de este reto es la descarbonización. «Todos tenemos que tener encima de la mesa planes de transición adecuados para llegar a ese objetivo de descarbonización», aseveró. De hecho, se estima «que el importe total de la inversión que se requerirá a nivel mundial girará en torno a un 8% del PIB mundial de aquí a año 2050».
Alonso recordó que la entidad financiera que representa se ha marcado «un objetivo claro», que supone dedicar «300.000 millones de inversión sostenible de aquí a 2025». «Ya en 2023 llevábamos acumulado un importe de más de 200.000 millones, muy por encima de las expectativas marcadas», insistió. Para ello, el banco destinará «550 millones entre 2021 y 2025 a todas aquellas iniciativas sociales que contribuyan a generar crecimiento inclusivo».
Un buen ejemplo de todo ello es lo que se vivió ayer en el museo Guggenheim, en un acto protagonizado por tres firmas vascas que hacen gala de de la defensa del medio ambiente.Son muchas más en Euskadi las que lo practican. Porque como dijo el redactor jefe de la sección de Ciudadanos y miembro del jurado, José Mari Reviriego, «a elección de los premiados ha sido complicada y reñida. Así tiene que ser. Es bueno porque refleja las buenas ideas que se presentaban».
El sueño de una pareja de dejar un mundo mejor
Patricia Gutiérrez apenas pudo contener la emoción cuando subió a recibir el premio que su compañía, A&B Laboratorios de Biotecnología, recibió en la categoría de’Innovación empresarial sostenible’, «La empresa es el sueño que mis padres tuvieron hace 23 años. Ellos tenían una creencia muy arraigada y era que el ser humano tiene la responsabilidad dejar un mundo mejor. Nos enseñaron que esa creencia pasaba por cuidar a las personas, al entorno y a la economía», aseguró. Los instrumento para ello son «la investigación, el desarrollo de productos a través de la biotecnología, el uso de energías renovables, la reducción de los residuos, la utilización de materias primas no contaminantes y, todo ello, generando puestos de trabajo».
Esta empresa, ubicada en Álava, busca soluciones sostenibles a los problemas más habituales de diferentes sectores en materia de limpieza y mantenimiento con la máxima eficacia, pero siempre con la seguridad del personal, el cuidado de los materiales y el respeto por el medio ambiente como máximas prioridad es. Para ello, disponen de una metodología propia de ecodiseño de desarrollo de productos que permite minimizar los impactos ambientales y de seguridad en todas las fases de su ciclo de vida junto con el certificado Ecolabel, reconocido en toda Europa como sinónimo de excelencia ambiental y que solo se otorga a aquellos productos y servicios que cumplen con los más altos estándares ambientales. «Aita, ya no estás, pero sígues marcándonos el camino, diciéndonos cómo hacer, cómo cuidar del planeta, porque el planeta es nuestro hogar y el de las futuras generaciones».
Una empresa adelantada a su tiempo
En 1961 nadie hablaba de sostenibilidad. Era un concepto que todavía tardaría décadas en formar parte del lenguaje público. Fue en ese año cuando vio la luz en Mundaka la empresa Barna. «Comenzamos convirtiendo los productos de desecho de las compañías conserveras en piensos para animales. Con los años hemos ido incorporando pescaderías y otras industrias pesqueras. Actualmente trabajamos con 50.000 toneladas anuales de subproductos de pescado», recordó Ibon Jaureguizar, director general de Barna, que quiso recordar la labor de su padre, el responsable de que este proyecto adelantado a su tiempo se pusiera en marcha.
Jaureguizar subrayó que «vivimos en un entorno privilegiado, junto al mar. Nuestra responsabilidad es cuidarlo y para ello tenemos que innovar». Como queda dicho, Barna se dedica a rescatar los residuos marinos y transformarlos en productos naturales para consumo animal, reduciendo al máximo el impacto en nuestros océanos, que son claves para la saludo del planeta. No en vano, producen hasta el 50% del oxígeno y absorbe el 70% del dióxido de carbono. Además, crean proteínas y aceites de pescado ricos en nutrientes y altamente beneficiosos para la salud de los animales, productos que se utilizan para piensos compuestos para ganadería, agricultura, industria piscícola y mascotas.
«Este premio es para el equipo de Barna, vecinos en su mayoría de Bermeo y de Mundaka, generaciones de familias que han llevado a una pequeña empresa a ser pionera en su sector. Seguiremos trabajando para favorecer un futuro sostenibles», dice el responsable de una empresa «con historia que está haciendo historia».
El reto de 3 jóvenes surgido en plena pandemia
El hidrógeno es el elemento químico más simple y abundante que existe. Es además el principal combustible que queman las estrellas, incluido nuestro sol, para irradiar su energía. Ahora se perfila como una de las alternativas más viables a los combustibles fósiles, responsables de buena parte del calentamiento global, que ha hecho que el año pasado fuera el más caluroso registrado nunca. «Nuestra visión como empresa no es otra que facilitar el desarrollo de la economía del hidrógeno a escala mundial, descarbonizando sectores de uso tan intensivo como el de la movilidad y la industria pesada», explicó José Antonio Medrano, director científico y cofundador de H2Site, que mostró su agradecimiento por el galardón. «Hace tan solo cuatro años, en plena pandemia, arrancamos siendo tres emprendedores con una tecnología que surge de Tecnalia. Hoy en día ya somos más de 40 empleados y seguimos creciendo. y, sobre todo, trabajando también en valores de sostenibilidad».
El gran obstáculo para que esta tecnología sea viable es su transporte. Requiere temperaturas de hasta 250 grados negativos – «Imaginad lo que eso supone energéticamente para el medio ambiente»– y además se producen fugas, lo que contribuye al calentamiento global. Para solucinarlo, utilizan una tecnología de «membranas capaces de extraer hidrógeno de forma selectiva, es decir, que somos capaces de extraerlo de cualquier mezcla en la que esté presente. Podemos transportarlo de forma alternativa y lo extraemos en el punto de consumo».
Otra de las claves es abaratar costes utilizando las infraestructuras existentes. «Tenemos millones de kilómetros de tuberías de gas natural en donde fácilmente podemos inyectar el hidrógeno», señaló.
Accede a la crónica completa en el siguiente enlace
Fuente: El Correo
Posts Relaccionados
