El sector siderúrgico es el que produce más carbono del mundo y es responsable del 7% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con la energía. Para descarbonizar, las empresas individuales deben comprometerse con objetivos climáticos, y estos deben ser lo suficientemente ambiciosos. La iniciativa Science-Based Targets (SBTi) actualizó recientemente sus directrices y objetivos para el sector del acero, que ahora tiene una base mucho más sólida para reducir las emisiones, pero las mejoras no deben detenerse ahí.
Medir lo bueno contra lo malo
La iniciativa Science-Based Targets (SBTi) ofrece un marco voluntario para que las empresas establezcan objetivos climáticos a mediano y largo plazo. Desarrolla trayectorias de emisiones de carbono específicas para cada sector con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática para 2050. Actualizar estos objetivos para el sector del acero es un paso crucial hacia la descarbonización.
Lo más importante es que las nuevas directrices ahora se alinean con el Acuerdo de París, que exige que el calentamiento global se limite a no más de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Anteriormente se fijaba en 2°C, lo que no era lo suficientemente estricto. Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas con la producción de hidrógeno ahora también se incluyen en el alcance, un paso positivo.
Además de esto, la guía actualizada finalmente hace una distinción entre dos rutas de producción de acero: una que parte del mineral de hierro (con mucha emisión de carbono) y la otra que parte de la chatarra (que emite menos carbono). Las orientaciones anteriores solo consideraban una vía de descarbonización para el sector del acero, sin tener en cuenta las grandes diferencias entre estas dos categorías. Los productores de acero secundarios ya no pueden esconderse detrás de la menor intensidad de carbono de sus procesos; ellos también necesitan invertir en la descarbonización.
Todos estos son grandes pasos adelante y, como miembro del Grupo Asesor de Expertos involucrado en la redacción de esta nueva guía, ECOS ayudó a elevar sus ambiciones climáticas. Sin embargo, el SBTi para acero podría mejorarse aún más de diversas formas, entre ellas:
- Reducir el (sustancial) presupuesto de carbono asignado a la industria del acero: se necesita una disminución más pronunciada.
- Incluyendo las emisiones de metano aguas arriba en el alcance.
- Excluir la chatarra doméstica (un subproducto del laminado y acabado de productos de acero que limita la eficiencia) de la definición más amplia de “chatarra”.
La nueva guía en la práctica
Ahora que existe una nueva guía SBTi para el sector siderúrgico, las empresas que opten por ella pueden utilizarla para establecer sus objetivos climáticos individuales, con la seguridad de que estos objetivos ahora estarán en línea con el Acuerdo de París. Quienes se comprometieron con objetivos según las directrices anteriores deberán revisarlos.
Instamos a las empresas que participaron en el proceso de actualización de esta guía a impulsar la adopción de estos objetivos (voluntarios) en toda la industria del acero. Animar a las empresas a integrar estos objetivos en su trabajo es crucial para reducir las emisiones del sector lo más rápido posible.
A una escala política más amplia, la Comisión Europea debería inspirarse en las nuevas orientaciones de la SBTi para la industria del acero. Las empresas que utilizan el marco están obligadas a establecer objetivos de reducción de emisiones; este debe ser el primer paso de todo esfuerzo hacia el cero neto (en lugar de lograr la ‘neutralidad climática’ utilizando la herramienta engañosa de la compensación de carbono).
Si se cumplen rápidamente las nuevas directrices SBTi para el sector siderúrgico, esta industria altamente contaminante avanzará mucho más rápido hacia el cero neto. Ahora que SBTi ha proporcionado a la industria una herramienta sólida, no hay tiempo que perder.