La primera jornada del Basque Ecodesign Meeting (BEM 2020), una de las principales citas sobre economía circular y ecodiseño de Europa celebrado recientemente en el Palacio Euskalduna de Bilbao, tuvo un hito importante: la firma del acuerdo entre ONU Medio Ambiente y el Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno Vasco, a través de Ihobe, sociedad pública organizadora del encuentro junto con el Basque Ecodesign Center.
El porqué de la importancia de este acuerdo radica en que Euskadi se convierte primer gobierno regional del mundo en sumarse a esta iniciativa, cuyo objetivo es crear una red mundial de conocimiento sobre Análisis de Ciclo de Vida de los productos para reducir su impacto en el medio ambiente. Esto se traduce en el apoyo a países en desarrollo en cuanto a economía circular y ecodiseño se refiere.
La Iniciativa de Ciclo de Vida es una estrategia internacional impulsada por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) encaminada a compartir conocimiento experto. De ella forman parte hasta el momento los gobiernos de Argentina, Chile, Estados Unidos, Sudáfrica, Malasia, Tailandia, Japón, Francia, Alemania, Italia, Suecia, Suiza, además de la Comisión Europea. Y a todos estos países se suma desde finales de febrero de 2020, Euskadi.
Objetivos
El objetivo de esta iniciativa es la creación de una red global sobre Análisis de Ciclo de Vida (ACV) de los productos, la Global Life Cycle Assesment Data Access (GLAD, por sus siglas en inglés), que busca lograr una mejor accesibilidad e interoperabilidad de los datos. La red estará formada por nodos (bases de datos) que proporcionarán a los usuarios acceso a los diferentes datos del inventario del ciclo de vida de los diferentes participantes. De este modo, GLAD apoyará la evaluación del ciclo vital gracias a un acceso más fácil a las fuentes de datos en todo el mundo, dando apoyo especialmente a los países en desarrollo en su camino hacia la economía circular y el ecodiseño.
Con esta iniciativa se pretende ahondar en el conocimiento del concepto del ciclo de vida para mejorar las decisiones tanto públicas como privadas que se tomen en cuanto a productos, tecnologías, estilos de vida y economía en general se refiere. Según sus promotores, “esta manera de repensar la producción y el consumo trata de analizar los impactos medioambientales, sociales y económicos de un producto durante todo su ciclo de vida, desde su creación hasta su reutilización o destrucción”.
La estrategia internacional impulsada por el PNUMA pretende aplicar este enfoque en una quincena de países y una treintena de empresas antes de dos años vista (en 2022), además de formar a 2.500 personas que toman decisiones tanto en los ámbitos público como en el privado, e interconectar con todos ellos el conocimiento en esta materia, generando estándares y consensos en torno a ella.
Esta iniciativa, que se enmarca en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en los Acuerdos de París, incide en decisiones concretas. A saber: en primer lugar, tomar conciencia de que nuestras preferencias no están aisladas, sino que forman parte de un sistema más amplio. En segundo lugar, tomar decisiones pensando en el largo plazo y considerar todas las cuestiones ambientales y sociales pertinentes. Y, en tercer lugar, mejorar sistemas completos en lugar de partes de los sistemas al evitar decisiones que solucionan un problema ambiental, pero generan otro.
Socio financiero
Con la firma de la viceconsejera de Medioambiente del Gobierno Vasco y Presidenta de Ihobe, Elena Montero, del acuerdo de financiación con la jefa de la Unidad de Consumo y Producción Sostenibles del PNUMA, Elisa Tonda, la sociedad pública Ihobe se ha convertido en socio financiero de la Iniciativa del Ciclo de Vida para apoyar el acceso y la interoperabilidad de los datos del ACV, mejorar la armonización del impacto y fomentar la aplicación del ACV, tanto a nivel global como a nivel de pequeñas y medianas empresas.
En este sentido, resaltar el papel de las empresas vascas que han ido incorporando criterios ambientales desde la fase de diseño y desarrollo de sus productos. Esto ha tenido como resultado la comercialización de productos con menor impacto ambiental, empleando menos cantidad de materia prima e incorporando materiales reciclados. También se ha desarrollado la remanufactura y reutilización, favoreciendo la creación de nuevos modelos de negocio circulares. Por esta razón, entre los años 2000 y 2016 la economía vasca creció un 26%, mientras que el consumo de materiales se redujo un 25%.
Durante las dos últimas décadas, las empresas vascas se han convertido en líderes en el ámbito del ecodiseño a nivel estatal e internacional. Con más de 38 productos con declaración ambiental, las empresas de Euskadi suponen más de la mitad de las firmas españolas certificadas en ecodiseño. Además, en Euskadi las ventas anuales de este sector, por productos y servicios en economía circular, superan los 2.500 millones de euros anuales.
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