Las inversiones en la naturaleza son imprescindibles para garantizar la salud ambiental y humana

Posted by aclimaadmin | 25/02/2022 | Aclima bloga

A pesar de que la naturaleza es la auténtica base del desarrollo y la actividad económica del planeta su vital importancia no está correctamente representada en el mercado financiero ni en los análisis económicos. Según estimaciones del Foro Económico Mundial, nada menos que aproximadamente la mitad del PIB mundial, 40 billones de euros, depende en alguna medida de la naturaleza y otros expertos han calculado que la naturaleza proporciona servicios por un valor aproximado de 110 billones de euros anuales. Estas evidencias dejan muy claro el peso decisivo de los ecosistemas en la economía global, pero, sin embargo, lejos de proteger adecuadamente nuestro principal recurso, la actividad humana provoca impactos perjudiciales que implican que la pérdida de biodiversidad y los daños ambientales supongan las mayores amenazas a las que se enfrenta la humanidad en las próximas décadas. Por ejemplo, a día de hoy aproximadamente un millón de especies están en peligro de extinción y los efectos de la crisis climática son ya un hecho en la mayor parte del mundo.

El Foro Económico Mundial alerta de que las economías más potentes del mundo son las que más dependen del entorno natural: 2.7 billones de dólares en China, 2.4 billones en la UE y 2.1 billones en los Estados Unidos. Además, los tres sectores económicos que más dependen de la naturaleza (la construcción, la agricultura y la producción de alimentación y bebidas) generan más de 7 billones de euros en todo el mundo. Sin embargo, el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad se erigen como las principales amenazas que la humanidad enfrenta en el futuro. Por eso, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hace in llamamiento en su informe “Biodiversidad: Las finanzas y la economía. Argumentos para la acción” para revertir esta situación.

De igual manera, un reciente estudio acerca del Estado del Financiamiento de la Naturaleza (elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Foro Económico Mundial y la Iniciativa Económica de la Degradación de la Tierra) alerta de que las inversiones en la naturaleza deberían triplicarse de aquí a 2030. Estos organismos estiman que el incremento económico necesario equivaldría a un total acumulado de 8,1 billones de dólares y a una tasa de inversión anual futura de 536.000 millones de dólares. Los retos que se necesitan abordar tienen que ver con aspectos tan relevantes como la seguridad alimentaria, el cambio climático, el acceso al agua potable, la mejora de la resiliencia ante el riesgo de catástrofes, y la misma salud humana y ambiental.

No podemos olvidar que los recursos naturales son la base del sistema económico del planeta y que es indispensable cuidarlos adecuadamente para garantizar no solo un desarrollo sostenible, sino la supervivencia de la humanidad. Una de las claves que apuntan es la necesaria integración del valor de la naturaleza en el sistema económico, lo que abarcaría cambios tanto en las políticas internacionales como en la fiscalidad, el sistema de comercio mundial, la normativa internacional y las estimaciones económicas de las empresas privadas.

Salud ambiental y humana

Existe una clara relación entre la calidad ambiental y los efectos que puede producir en la salud de las personas. Según la OMS, la contaminación del aire es el mayor riesgo ambiental para la salud, puesto que el 92% de la población mundial vive en lugares donde los niveles de contaminación del aire exceden los límites seguros, afectando con más gravedad a las mujeres, niños y ancianos en países poco desarrollados. Como consecuencia, el 23% de las muertes en el mundo, 12,6 millones de muertes al año, están relacionadas con la contaminación ambiental.

Pero hasta el mismo sustento de la población depende de la naturaleza, hemos de tener en cuenta que más del 80% de la dieta humana está compuesta por las plantas y los peces proporcionan el 20% de las proteínas animales a unos 3.000 millones de personas en el planeta.

Además, la pandemia del COVID-19 ha puesto sobre la mesa otro problema: el 75 % de todas las enfermedades infecciosas nuevas en humanos son zoonóticas y están estrechamente relacionadas con la salud de los ecosistemas. Diversas voces alertan de que los brotes víricos de origen animal y otras enfermedades infecciosas se están incrementando debido a la pérdida de biodiversidad. De hecho, uno de los factores desencadenantes del COVID-19 ha podido ser la reducción del 30% de la superficie forestal del sudeste asiático en los últimos 40 años.

Calidad Ambiental

En Aclima se ha constituido el grupo de trabajo de Calidad Ambiental, compuesto por organizaciones que están colaborando en el diseño y desarrollo de proyectos estratégicos de innovación en la cadena de valor de calidad ambiental, aire y ruido, y que responden a las políticas europeas incluidas en el Plan de Acción de Contaminación Cero de la Unión Europea.

Soluciones Basadas en la Naturaleza

Este concepto se refiere a acciones o procesos que, mediante los principios de la naturaleza, buscan solucionar distintas problemáticas que tienen que ver con la adaptación al cambio climático, la gestión de los recursos y del agua, la seguridad alimentaria o la calidad ambiental. Su dimensión sobrepasa el ámbito ambiental, las Soluciones basadas en la Naturaleza (SBN), comprenden más áreas y tienen un impacto en la economía.

En 2020 los presupuestos dedicados a este tipo de acciones ascendieron a 133.000 millones de dólares. El 92% de esa inversión la articularon países del G20, pero en su mayor parte (el 87%) se dedicaron a programas internos, por lo que apenas el 2% del total se derivó a los países en vías de desarrollo. Además, la mayoría de las inversiones tuvo origen público, ya que el 86% de las mismas las impulsaron las administraciones y solo el 14% correspondió a inversión privada. Además, la mayoría de los fondos privados se destinan a compensaciones de biodiversidad, cadenas de suministro sostenibles e inversiones de impacto, sin destinar recursos a otras áreas de capital importancia para la conservación de los recursos naturales.

Por eso, el estudio concluye que es imprescindible que las empresas y las instituciones financieras divulguen los riesgos financieros relacionados con el clima y la naturaleza, y asimismo los gobiernos deben reorientar las políticas fiscales agrícolas y los aranceles relacionados con el comercio. Las Soluciones basadas en la Naturaleza pueden convertirse en una de las herramientas más eficaces para abordar el cambio climático y la degradación del medio ambiente, pero necesitan una financiación adecuada.

La ONU ha declarado los próximos diez años como la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030) y el pasado año se publico el primer borrador del futuro Marco Mundial de la Diversidad Biológica Posterior a 2020.

En lo que respecta a España es reseñable que en el Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente (PESMA), impulsado en colaboración por el Ministerio de Sanidad y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, introduce el enfoque “One Health” de la OMS, que determina que la salud humana está íntimamente conectada con la salud del planeta, los ecosistemas y los seres vivos que los pueblan. De esta manera, integra el impacto positivo de las soluciones basadas en la naturaleza en la salud humana

Hirinatur

Por su parte, Aclima ha creado el grupo de trabajo Hirinatur, orientado a aglutinar las organizaciones con proyectos que favorezcan el desarrollo de la cadena de valor de soluciones basadas en la naturaleza, buscando desarrollar un nicho de especialización que sea referente en Euskadi. En este grupo de trabajo se están canalizando proyectos y propuestas innovadoras dentro del marco de los nuevos objetivos de renaturalización urbana planteados desde Europa.

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